No les des ninguna materia delicada como Filosofía o la Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino, se encuentra la melancolía.
|
No les des ninguna materia delicada como Filosofía o la Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino, se encuentra la melancolía.
|
-Vive como si fueras a morir dentro de diez segundos. Ve al mundo. Es más fantástico que, cualquier sueño real o imaginario. No pidas garantías, no pidas seguridad. Nunca ha existido algo así.
|
Las hojas otoñales se arrastraban por el pavimento iluminado por el claro de luna. Y hacían que la muchacha que se movía allí pareciese estar andando sin desplazarse, dejando que el impulso del viento y de las hojas la empujara hacia delante.
|
La noche en que falleció el mundo sufrió una pérdida de diez millones de buenas acciones.
|
No conviene que nos dejen en paz. Conviene que nos molesten de vez en cuando. ¿Cuánto tiempo hace que no te molesta algo? Algo importante, algo de verdad.
|
El televisor es real. Es inmediato, tiene dimensión.Te dice lo que debes pensar y te lo dice a gritos. Ha de tener razón. Parece tenerla. Te hostigan tan apremiantemente para que aceptes tu propias conclusiones, que tu mente no tiene tiempo para protestar, para gritar: Que tontería!!!
|
Coneixem totes les maleïdes estupideces que hem fet durant mil anys, i mentre ho sapiguem i ho tinguem sempre ben a la vista hi ha la possibilitat que un dia deixem de construir les pires maleïdes i de saltar-hi al mig. A cada generació guanyem unes quantes personaes més que se’n recorden.
|
—Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. «No importa lo que hagas —decía—, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ellos tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado allí, el jardinero estará allí para siempre.»
|
Tranquilidad, Montag. Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian.
|
—¡Dejarte tranquila! Esto está muy bien, pero, ¿cómo puedo dejarme tranquilo a mí mismo? No necesitamos que nos dejen tranquilos. De cuando en cuando, precisamos estar seriamente preocupados. ¿Cuánto tiempo hace que no has tenido una verdadera preocupación? ¿Por algo importante, por algo real?
|
¿En qué año se publicó?