Los crímenes de la carretera

Después de leer muchas críticas de este libro, algunas positivas y otras bastante negativas, me decidí por darle una oportunidad.

El motivo principal? La saga del Cuarto Mono me encantó y siendo este libro del mismo autor tenía que catarlo...

Capítulos muy muy cortos. Un thriller que te hace pensar y pensar en quién puede ser el asesino/a. Que me hagan cambiar de parecer varias veces en un libro es lo que me gusta. También pensar en si uno mismo está loco o no...

Lo dicho, un libro un tanto escalofriante pero a la vez sorprendente!

Si cuando coges “Los crímenes de la carretera” ves que sus autores son nada más y nada menos que J.D. Barker y James Patterson ya sabes que tienes entre manos una novela inquietante, vertiginosa e imprevisible. Parece que J. D. Barker le ha cogido el gusto a colaborar con otros escritores y para esta ocasión se ha juntado con el gran James Patterson, uno de los autores norteamericanos que más vende en el mundo poseyendo el récord Guinness como el autor con más números uno en la lista de los libros más vendidos de The New York Times, casi nada. Además, James Patterson, en sus más de treinta años de carrera ha publicado más de 70 novelas, siendo reconocido por su serie de libros protagonizada por el agente del FBI Alex Cross. Por lo que respecta a J. D. Barker, decir que, entre otras, es el autor de la trilogía “El Cuarto Mono” (compuesta por El Cuarto Mono, La quinta víctima y La sexta trampa) con la que ha cosechado un impresionante éxito de crítica y lectores en todo el mundo.

“Los crímenes de la carretera” tienes como principales protagonistas a Michael y Megan Fitzgerald quienes, a pesar de haber sido adoptados por el Dr. Barton y la Dra. Rose Fitzgerald, un matrimonio con alto poder adquisitivo y muy influyente dentro del mundo de la psicología y psiquiatría, tuvieron una infancia perturbadora. Michael, harto de seguir sometido al yugo del Dr. Barton decide abandonar sus estudios, marcharse de casa y empezar una nueva vida como conductor de una compañía de camiones, lo que le permitirá recorrer el país de punta a punta pero, siempre, sin perder el contacto con su hermana Megan. Una noche, tras salir del cine, encontrándose en el supermercado realizando la compra, Michael recibe la llamada de una vecina alertándole de una fuga de agua en su apartamento. al entrar en su casa, descubre que el agua procede de la bañera. Michael sabe que no dejo el frigo abierto pero su sorpresa será mayor cuando encuentra en el interior de la bañera el cuerpo sin vida de una mujer, Alyssa Tepper. Michael no conoce a Alyssa Tepper y mucho menos tiene idea de cómo ha llegado hasta allí. Nada de esto tiene sentido para Michael, por lo que sintiéndose totalmente inocente, decide llamar a la policía. A partir de aquí, la situación se complicará extremadamente para Michael ya que su testimonio parece convincente pero todas las pruebas le incriminan como el asesino de Alyssa Tepper y, además, junto al cadáver se encuentra una pluma de gorrión, el macabro patrón de una serie de asesinatos ocurridos no solamente en Los Ángeles sino repartidos por todo el país, siendo entonces cuando el Departamento de Policía de Los Ángeles representado por el detective Garrett Dobbs y el FBI encabezado por Jessica Gimbre unirán fuerzas para dar caza a un asesino despiadado que lleva mucho tiempo jugando con ellos.

Quienes hemos leído la trilogía “El Cuarto Mono” de J. D. Barker, más o menos, imaginábamos lo que nos íbamos a encontrar en “Los crímenes de la carretera”: un ritmo frenético, con capítulos cortos (algunos de tan solo un par de páginas) y abundantes diálogos, lo que le aporta agilidad y frescura a la lectura, conllevando al lector a leer capítulo tras capítulo para avanzar en una investigación que cada vez se torna más complicada.

“Los crímenes de la carretera”, a pesar de ser una novela con una extensión larga, es de destacar que desde su inicio rebosa acción por los cuatro costados, de manera que el lector se va a encontrar con capítulos cargados de tensión y suspense que sale todavía más reforzada y potenciada con una narración en contrapunto donde, unas veces desde el punto de vista de Michael y otras de su hermana Megan conoceremos el entorno hostil en el que crecieron ambos hermanos, mientras que, por otro lado, a través de un narrador omnisciente seguiremos los pasos de los agentes Dobbs y Gimble en la investigación y persecución del asesino en serie que tiene en jaque al FBI. Esta narración desde distintos puntos de vista resulta esencial para el desarrollo y comprensión de la trama, así como para incrementar el suspense y mantener la incertidumbre en cada capítulo.

Como no podía ser de otra manera, teniendo a J.D. Barker y James Patterson como coautores, “Los crímenes de la carretera” cuenta con un extraordinario trabajo de planificación e ejecución donde el lector, por más que lo intente, nunca logra ir un paso por delante de los autores, adivinar cuál será el siguiente paso y llegar al fondo del asunto antes de que se desvele en sus páginas. Por si esto fuera poco, “Los crímenes de la carretera” viene cargadito de giros totalmente inesperados, de tal manera que el lector se va a encontrar con una trama donde las cosas nunca son lo que parecen por mucho que parezca que todo está resuelto y cerrado. Es increíble la maestría que demuestran J.D. Barker y James Patterson para jugar con la mente del lector haciéndole creer una cosa y desviándolo del camino correcto para suelo sorprenderlo con un estupendo giro totalmente inesperado.

“Los crímenes de la carretera” es un thriller psicológico adictivo, cautivante y emocionante donde la acción y suspense están perfectamente dosificados ya que los secretos se van revelando poco a poco como miguitas de pan que se van encontrando en el camino y que dirige al lector por una trama que se convierte en un rompecabezas cuyas piezas parecen no encajar para llegar a un final a la altura de sus dos autores J.D. Barker y James Patterson.

Estamos seguros que “Los crímenes de la carretera” y por eso os recomendamos su lectura.

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No voy a poner sinopsis, ni resumen ni nada, solamente diré lo que siento a una hora de terminar lo que no se como calificar. Me he sentido engañada, defraudada, esperaba ununa novela, un thriller lo llaman algunos; psicológico, para darle más bombo. Y esta es mi humilde opinión:
Es un guión cinematográfico, para una película entretenida. Se han juntado dos escritores que no tienen nada que ver uno con el otro para conseguir un contrato cinematográfico, con lo cual ya dicen bastante que el cine da más .... dinero. Flaco favor hacen a la escritura, a la literatura en general, y a los diferentes géneros. Vergonzoso escribir con sólo un motivo económico. Para el cine existen maravillosos guionistas, la literatura es algo diferente, más sublime, más artístico, más ...

Empecé esta novela con muchas ganas, esperando encontrar un thriller de esos vertiginosos que me engancharan a la lectura desde el principio y sí, efectivamente no se puede negar que la novela engancha, pero… ¡madre mía! también acaba resultando un tanto mareante con tanto giro y tanta vuelta de tuerca. Además, cuando ya se supone que está todo el pescado vendido, uno ya se huele que no, que seguramente todavía queda una última vuelta y claro, así es y tampoco es muy difícil imaginar cual va a ser (aunque no tengas muy claro el por qué).

La novela arranca de forma muy intrigante. Michael Fitzgerald se encuentra en la bañera de su casa a una mujer muerta que no ha visto en su vida, o al menos eso es lo que él dice, sin embargo las pruebas que la policía va encontrando dicen todo lo contrario. Viendo que las cosas se le están poniendo bien feas, Michael consigue poner pies en polvorosa y pide ayuda a su hermana Megan, comenzando así una persecución que pondrá en jaque a la policía y al FBI, mientras intenta descubrir quién le está incriminando en el asesinato de la mujer de la bañera (y en alguno más) y sobre todo por qué.

Mientras la trama avanza a ritmo supersónico, iremos viendo cómo fue la infancia de los Fitzgerald, adoptados desde muy pequeños por un matrimonio de psiquiatras de los que no recibieron ni el más mínimo gesto de cariño. A medida que avanzamos en la lectura y vamos alucinando con la cantidad de giros y cosas que pasan, seremos conscientes de la importancia que ha tenido su pasado en las cosas que están ocurriendo en el presente.

La novela desde luego vuela entre las manos. Los capítulos que son muy cortos (¿quizás demasiado en algún momento?) están narrados desde la perspectiva de varios personajes y también se va alternando la declaración escrita de Megan Fitzgerald sobre todo lo que acaba ocurriendo, pero llega un momento que resulta agotadora y algo enrevesada, o al menos a mí ya se me estaba haciendo demasiado larga. El libro además deja abierta la posibilidad de una continuación (que no sé si habrá o no) pero que en este momento desde luego yo no leería, aunque tampoco me atrevo a decir “de esta agua no beberé” .
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Michael y Megan Fitzgerald son los hermanos adoptivos de los Fitzgerald, un matrimonio famoso y de alto poder dentro de su ámbito de profesión: el Dr. Bart Fitzgerald, un psicólogo clínico de la Ivy League, y Rose Fitzgerald, psiquiatra. A pesar de haber sido adoptados en una familia acomodada, Michael y Megan tuvieron una infancia perturbadora. Sus padres adoptivos los trataron como sujetos de prueba en experimentos retorcidos, con abusos mentales y distorsión de recuerdos con el propósito de lograr grandes hazañas en sus respectivas profesiones. Michael logró marcharse de casa años atrás y empezó a buscarse la vida trabajando como camionero, aunque siempre ha estado en contacto con su hermana menor, Megan. Y, ahora, Michael necesita la ayuda de Megan, la única persona en la que confía. Cuando, tras un largo día de trabajo, llega a su casa y se encuentra con el cuerpo de una mujer sin vida en el interior de su bañera, Michael no recuerda nada de aquello, ni siquiera conoce a esa mujer. Sin embargo, todas las pruebas apuntan a él como el asesino y la policía no tardará en enlazar ese caso y el crimen con otra serie de asesinatos con el mismo modus operandi. ¿Qué es lo que de verdad está ocurriendo? ¿Es Michael el asesino en serie que tanto alboroto está dando en el condado o está siendo incriminado de alguna forma por otra persona? ¿Qué se oculta tras los experimentos de los Fitzgerald? ¿Podrá Michael probar su inocencia con la ayuda de su hermana?

Los Crímenes de la Carretera es todo acción, violencia y misterio pero, sobre todo, es una historia que destaca por desarrollar una trama donde las cosas nunca son lo que parecen, y eso es lo que más he disfrutado. Los autores han escrito un thriller lleno de acción y de adrenalina, de ritmo rápido, con capítulos cortos y ágiles desde una variedad de perspectivas, y cargado de suspense y tensión. La historia de Megan, la hermana del presunto asesino, se cuenta a través de una declaración escrita en la que Megan comparte detalles que incluyen el diálogo y otras piezas conmovedoras que normalmente no se incluirían en una declaración escrita. Estos capítulos son un bloque importante para la trama, aunque de primeras pueda no parecerlo. Entre los capítulos de Megan, también tenemos los capítulos dirigidos por los agentes federales encargados de la investigación, Dobbs y Gimble, los capítulos en primera persona de Michael, así como algún que otro capítulo de la Doctora Rose. Todas las voces narrativas aportan datos de gran valor para el desarrollo de la trama y me ha gustado mucho esta diversidad de fuentes y de información dada desde la perspectiva de cada personaje.

Michael Fitzgerald es un conductor de camión de larga distancia que no está teniendo el mejor de sus días. Cuando encuentra a una mujer muerta en su bañera y llama a la policía para comunicar el crimen, alega que es inocente, pero las pruebas dicen lo contrario. ¿Cuál es la verdad? Su testimonio parece convincente, pero las pruebas no engañan... Y sin nada ni nadie que pueda corroborar su coartada y librarle del delito, Michael contacta con su hermana, Megan, la única a la que puede recurrir. La infancia y el pasado traumático les une de forma especial y solo ella es capaz de entender por lo que Michael está pasando y ayudarle a desentrañar no solo el crimen o, mejor dicho, los crímenes por los que se le acusa, sino también la realidad oculta tras los experimentos médicos de los Fitzgerald.

A medida que aumenta el número de muertos, también lo hace la tensión, el suspense y aún más las preguntas sobre en qué y en quién se puede confiar. Si crees saber lo que está pasando, si crees que lo has resuelto, si crees que estás un paso por delante de los autores... ¡piénsalo de nuevo! Hay giros de trama y sorpresas que te dejarán con la boca abierta. Cuando piensas que todo ha terminado, que ya se ha resuelto la base de la trama, Barker y Patterson vuelven a jugar con maestría, desvelando un nuevo dato sorprendente, llegando a un final del que solo puedo decir ¡chapó! Es increíble la habilidad de los autores para jugar con la mente del lector y hacerle creer una cosa, luego otra y así sucesivamente hasta que, llegados al final de la novela, nos vengan con el último y más sorprendente de los giros.

J.D. Barker se ha asociado con James Patterson en uno de los thrillers psicológicos más retorcidos e impactantes que he leído hasta la fecha. Ya era fan de J.D. Barker tras la lectura de la trilogía El Cuarto Mono y, con Los Crímenes de la Carretera, vuelve a confirmar por qué disfruto tanto con su forma de idear y trazar tramas de crímenes e investigación policial. Es una novela que recomiendo a todo fan de los thrillers psicológicos bien asentados y desarrollados y con giros de trama que sorprenden paso a paso. Es imposible ir un paso por delante de los autores, adivinar cuál será el siguiente paso y llegar al fondo del asunto antes de que se desvele en sus páginas. Y cuando una novela del género logra dejarte en un callejón sin salida constante, es que sus autores han hecho un trabajo formidable. Un thriller psicológico adictivo, cautivante y emocionante.

En resumen, 'Los Crímenes de la Carretera' es una novela que recomiendo a todo fan de los thrillers psicológicos bien asentados y desarrollados y con giros de trama que sorprenden paso a paso. Es imposible ir un paso por delante de los autores, adivinar cuál será el siguiente paso y llegar al fondo del asunto antes de que se desvele en sus páginas. Y cuando una novela del género logra dejarte en un callejón sin salida constante, es que sus autores han hecho un trabajo formidable. Un thriller psicológico adictivo, cautivante y emocionante.

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Otra vez J. D. Barker me ha vuelto ha sorprender en este thriller, esta vez coescrito junto a James Patterson, me ha gustado mucho, no me ha dado tregua de principio a fin, he sospechado hasta del apuntador y aún así no he llegado a acercarme a la verdad en ningún momento.

Es una novela ágil, con un ritmo trepidante y lleno de giros y con un final, que en mi caso, no me esperaba para nada.

Tras el éxito de la trilogía del cuarto mono, este a sido un libro muy esperado y he quedado un poco defraudada con todo el dolor de mi corazón.
No he tenido complicidad con ningún personaje, ha habido partes que no me convencían y que no entendía nada, me ha costado terminarlo la verdad me esperaba otra cosa.

Pero una cosa no quita la otra y siempre será mi top 1

Al principio el libro me tenía enganchada, con un ritmo trepidante y vertiginoso, lleno de asesinatos, persecuciones...
Hacia la mitad se empezó a desinflar. Que casi pareciese resuelto, me hizo perder interés y tanto tiroteo me dejó cao a mí también.
Aunque la idea que me hacía del asesino me parecía una historia bastante usada, el último tercio volvió a engancharme.
El giro final me parece muy precipitado (se resuelve en muy pocas páginas) y que está cogido por los pelos. Siendo difícil volver a analizar todo lo ocurrido en el libro bajo esa perspectiva, no queda otra que creer lo que el autor escribió, y puede resultar creíble, aunque a mí me da la sensación de que hay cosas que no cuadran, o hay que hacer encaje de bolillos para que todo tenga sentido. Esto encaja con una frase del libro, “Hay ocasiones en que lo único que separa lo falso de lo cierto es la percepción”.
Es el primero que leo de este autor, y aunque a mí por momentos se me hizo eterno, reconozco un gran trabajo de planificación, de hacerme creer una cosa para terminar siendo otra, dar la sensación todo el libro de que estaba todo resuelto para dar un giro final sorprendente, y que las piezas, más o menos, encajen con la versión que uno se imagina y la que resulta al final.
Mi valoración es 7/10

El libro me ha parecido largo, muy largo. Demasiadas descripciones sobre si va a la derecha y luego a la izquierda y luego tuerce otra vez, jejejejejeje. Hay partes que se me han hecho pesadas.
Si tengo que valorar el libro globalmente puedo decir que bueno, no ha estado mal. El final muy precipitado: en 10 páginas condensan el final y el desenlace en un libro de 600 páginas. Y esto no me ha gustado.
Si tengo que valorar los diferentes ritmos del libro y las diferentes partes, pues han habido más partes que se me han hecho pesada por la descripción que las partes en las que había acción. Hay muchos asuntos cogidos por los pelos como la fabricación de una llave a partir de una tarjeta de crédito. O el final.
El final desde mi punto de vista es un final abierto con diferentes interpretaciones. ¿Lo ha hecho así el autor para poder escribir una segunda parte si este libro tiene tirón? Puede ser.

Cuando vi entre las novedades de la editorial este título y el nombre de sus autores no tuve duda ninguna, supe que tenía que leerlo sin remedio. Hoy os confirmo que la unión de estos dos cracks de la novela de suspense ha sido muy acertada y no defraudará a sus millones de lectores, porque han tejido un thriller de acción intensa cuya lectura se convierte en un vicio y engancha como la droga al yonqui, desde la primera escena.
Michael Fitzgerald llega a su apartamento de Los Ángeles y descubre a una joven en su bañera. ¡Muerta! Nunca la había visto antes y no tiene ni idea de cómo ha llegado allí. Inmediatamente llama a su hermana Megan, una estudiante de psicología, para pedirle ayuda y ella le recomienda que avise a la policía. Nada de esto tiene sentido para Michael y las cosas irán de mal en peor cuando en la escena del crimen aparece un equipo del FBI, que se hace cargo del caso. Investigan a un asesino en serie que está dejando un rastro de cadáveres por todo el país y tienen pruebas fehacientes para vincular a Michael con esas muertes…
Partiendo de esta sugestiva premisa, en la que es tal el grado de tensión y el suspense generado tan espeso que casi podría masticarse, el lector se verá en serias dificultades para hacer un alto y coger un poco de aire antes de infartar. de la mano de estos dos reconocidos maestros del género, Barker y Patterson, nos adentraremos en un thriller de vertiginoso ritmo en el que se da absoluta prioridad a la acción, que rebosa de sus páginas, dejando en un segundo plano a sus personajes cuyos contornos están desdibujados, aunque con las breves pinceladas que nos ofrecen de cada uno de ellos es suficiente para que nos hagamos una ligera idea de quiénes son y el papel que van a desempeñar.
"Los crímenes de la carretera" es una intrincada historia que se enreda y retuerce, cuenta con una narración fluida gracias a su lenguaje sobrio y muy visual y descripciones superfluas. Está narrada desde múltiples puntos de vista que se irán alternando indistintamente, necesarios todos ellos para el desarrollo y comprensión de la trama, así como para incrementar el suspense y mantener la tensión, aunque a mí personalmente estos cambios de narrador me descolocaban, pero es algo que conforme avanzaba en la lectura fui obviando. Dos de sus narradores lo hacen en primera persona, Michael y Megan (esta última en forma de declaración a la policía, una perspectiva interesante para conocer el entorno hostil en el que han crecido ambos hermanos), y un tercero omnisciente que será el encargado de conducirnos con destreza a través del proceso de investigación llevado a cabo por el FBI en compañía del detective Dobbs, del Departamento de Policía de Los Ángeles.
A pesar de su extensión, la novela cuenta con un ritmo muy marcado que fluye sin pausa propiciado a golpe de capítulos de muy corta extensión (esto es una seña de identidad en las novelas de Barker y Patterson), algunos de tan solo un par de páginas, y abundancia de diálogos, lo que le aporta agilidad y frescura a la lectura, incitando al lector a adentrarse en una investigación que cada vez se torna más complicada, y una serie de giros inesperados que lo ponen todo patas arriba continuamente. Sus autores consiguen arrastrarnos hacia una espiral de acción y suspense bien dosificados en una trama que, a pesar de tener alguna que otra incoherencia, perdonable porque no afecta al conjunto de la historia, atrapa al lector como insecto en una tela de araña, con la necesidad casi vital de seguir leyendo para descubrir cómo acabará todo.

Sintetizando: "Los crímenes de la carretera" es un thriller que recomiendo a aquellos que disfrutaron con la trilogía de "El Cuarto mono" y con las novelas de Patterson, el escritor más prolífico y de mayor éxito en el mundo. Un rompecabezas cuyas piezas parecen no encajar, donde el suspense está presente desde su primer capítulo, en una atmósfera de creciente tensión narrativa que perdura a lo largo de todo el relato gracias a una serie de giros inesperados, entre los que destaca su sorprendente desenlace, con el que se insinúa sutilmente que se podría avecinar una próxima secuela.

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