Sin sangre

Sin sangre de Alessandro Baricco es una historia más de la sinrazón humana, de odios y venganzas que no cesan aunque se haya dado por finalizada la contienda que presuntamente las justifica.

Tres hombres se dirigen a la granja de Manuel Roca con el objetivo de tomarse la justicia por su mano, sin reparar en que pueda estar acompañado por sus hijos y que puedan originarse nuevas víctimas inocentes.

Cuando alguien está cegado por el odio o piensa que persigue un alto ideal, no es difícil justificar los daños colaterales que deriven de una acción. Aunque después nos visiten las dudas, el remordimiento... el miedo.

Una obra más de Baricco jugando con la realidad y la locura, desplazando a sus dos protagonistas 50 años en el tiempo para volver a mirarse a los ojos y tratar de liberarse de sus demonios.

Me gusta el estilo y la manera inteligente de este autor de introducir giros originales y frases brillantes pero de los tres libros que he leído (tras Seda y Torres de Cristal, ambos anteriores) este es el que he encontrado menos dotado de esos elementos característicos. Es una buena historia, esta bien escrita pero no tiene la generosidad creativa ni la magia de los anteriores trabajos.

A todo el mundo le pasa, incluso a los grandes, un mal día, estrés acumulado, defensas bajas...¡Qué sé yo!
Crees que tienes la situación controlada, que sentirás alivio, apuntas, disparas... y, ¡zasca! Lo que prometía ser algo musical, virtuoso y rítmico se convierte en un pedo de los que mancha la ropa interior.

De la misma forma que hablé maravillas de Seda y Novecento, Sin sangre es un despropósito, un retortijón, una flojera estomacal, una ventosidad donde todo suena muy mal.
Y huele peor.

La obra es un desajuste, noy hay música, ni armonía, no está bien planteada y la ejecución deja mucho que desear, con buena letra e intención, a Baricco le abandona el duende, y en su ausencia todo es áspero y gris.

La novelilla (yo no soy ni francés ni culto, para poner nouvelle) se divide en dos partes:

La primera, juro por Posteguillo que me pareció una película de Steven Seagal, donde los malos aparecen primero y después esperas que el engominado reparta coces a diestro y siniestro.

La segunda parte, es una venganza sí, pero con andador, con reflexiones encapsuladas, dentaduras postizas, un supositorio metido con calzador.

Reconozco que el texto tiene fuerza en algunos tramos que solo brillan de forma individual, pero en su conjunto, no empasta, experimenta, arriesga y rompe.

Sé que soy un maniático de la estructura y composición literaria, y que encajo bastante mal los juegos malabares, pero en Sin sangre, a Baricco se le caen continuamente las pelotitas y mi mano ha visitado la frente casi como un tic 🤦🤦🤦🤦🤦

Chocolate puro, sin chocolate.
Es decir, mala a rabiar.

Se podría pensar que el verdugo no sufre. Se podría pensar que el violento es insensible. Una bestia. Alguien con poco cerebro y mucho odio acumulado. Pero no siempre es así.

A los que han tenido una vida cómoda, quizá les cuesta ponerse en el lugar de ciertas personas. Como (yo) he tenido una vida incómoda, me pongo en lugar de casi todos. Y me digo que detrás de cada acto violento quedan dos víctimas. El propio agresor, si no está loco, se convierte en víctima al agredir. Y solo él podrá perdonarse.

Si tú has hecho algo malo, sabrás lo difícil que es perdonarse. Si has hecho algo realmente malo, creo que nunca te vas a perdonar. Y cuando hablo de algo malo (o realmente malo) ni siquiera pienso en asesinatos y violaciones.

Si has asesinado, estás listo: la culpa te perseguirá hasta la muerte.

Si has violado, te has violado: la culpa te perseguirá hasta la muerte.

Mi lector imaginario me dice que algunos criminales no tienen conciencia.

Es probable, pienso. Pero, como ya he dicho, también pienso que un ser humano sin conciencia es un ser humano enfermo. Muy enfermo.

Del sufrimiento del verdugo. del sufrimiento de la víctima. de esos sufrimientos nos habla Alessandro Baricco en su novela corta Sin sangre. La protagonista se llama Nina. El protagonista, Pedro.

A mí me encantan estas novelas de cien páginas (letra gorda) con magia. No es fácil encontrar magia en la Literatura. Cuántas obras empiezo y qué pocas acabo. Y mira, esta seguro que la leeré otra vez (algún día).

Lo curioso de Baricco es que ya avisa en las primeras páginas. Te dice lo que va a pasar. de alguna forma te lo dice. al menos, a mí me lo dice. Lo que no me dice es cómo va a pasar.

Me describe una situación. Me describe a Nina. Me describe a Pedro. Oh, sí, hay otros personajes, pero Baricco y yo sabemos que irán quedando atrás. Alessandro me hace sentir cómplice. Me reta.

Nunca he leído a Baricco en italiano. Pero es un idioma parecido al nuestro y supongo que las traducciones son fáciles y por lo tanto casi-perfectas. No, no hablo italiano.

A mí me encanta la prosa de Baricco. Diría que es: sencillamente mágica. Alessandro escribe así: “El hombre dijo que se acordaba. Que no había hecho otra cosa, durante años, que acordarse de todo”.

En esta novela, cuando sus protagonistas hablan a gritos, Baricco escribe sus palabras con mayúsculas: “¿QUÉ DEMONIOS ESTÁS DICIENDO?”. Y cuando decide ocultar un fragmento al lector, se lo oculta literalmente, dejando el correspondiente espacio en blanco sin puntuación de ningún tipo:

“…los habíais dejado en tal estado que sólo querían morir, lo más pronto posible, no querían ser salvados, querían que los mataran



encontré a mi hermano

en una cama en medio de las otras, abajo, en la capilla, me miró como si yo fuera un lejano espejismo…”

Sin sangre es una obra inquietante. Desde el principio sabes que no puede acabar bien, pero esperas que acabe regular. Esperas que la magia de Baricco te regale un soplo de esperanza.

Sin sangre es lo mejor que he leído este año.
Enlace: https://revistaliterariamono..

Cuando leí "Océano mar", "Seda" y "Novecento" me gustaron tanto que quise leer todas las obras de Alessandro Baricco.
Pero tengo que reconocer que de momento no he encontrado ningún otro libro que se pueda comparar a estos tres.

Sin sangre es un relato de apenas 100 páginas, así que no contaré mucho, en el que habla del ser humano. de una niña perdida, del odio, el rencor, la venganza, de la necesidad del perdón. Un asesinato a sangre fría que condiciona toda una vida, con un final inesperado que sorprende y desconcierta, que descoloca y a la vez encaja.

No es lo mejor de Baricco, pero tiene ese algo tan suyo que te atrapa. Tal vez por su forma de narrar, por el impacto que te produce, por lo que te hace reflexionar, por las emociones que transmite... Baricco, incluso sin brillar como en los otros, sigue siendo muy bueno.

Sin sangre, de Alessandro Baricco.

Como prometí en su día, tras leer el primer libro de este escritor, estoy intentando leer todos sus libros que me llamen la atención (no sé si acabaré leyéndolos todos), porque me encanta la manera que tiene tan personal y sutil de contar historias. Este es mi tercer Baricco después de Seda y Novecento. Y aunque me ha gustado, no supera a sus predecesores.

Un padre y sus dos hijos viven aislados en una granja, en la que un día, reciben una visita posiblemente esperada que cambiará para siempre la vida de una pequeña niña llamada Nina.

Un relato en dos tiempos que nos habla de la venganza, el dolor y la muerte. Ambientado en una época de posguerra —de ningún país en particular— donde todavía quedan conflictos por resolver.

No puedo contar mucho de esta historia porque como Seda, es un relato corto y lo mejor es ir a ciegas. Yo así lo hice y me encontré a un Alessandro parcialmente diferente, tanto en la ambientación como en los crudos hechos que suceden en la primera parte del relato.

En la segunda parte (años más tarde de lo sucedido), reaparece la magia y la sutileza del autor y nos deleita con unos diálogos brutales repletos de tensión e incomodidad, capaces de hacer sentir lo que sienten los personajes. Con un final totalmente sorprendente y que no deja indiferente.
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Alessandro Baricco es autor de "Sin sangre" y de "Seda", quizá su novela más famosa. Y es muy curioso porque ambos libros son absolutamente diferentes. Más allá de la brevedad (unas 100 páginas cada novela), poco hay de semejante entre ambos textos.
"Sin sangre" narra una historia de violencia, venganza, guerras y perdón en torno a una familia formada por un padre, un hijo y una hija, y un grupo de victimarios.
Sin profundizar en la sinopsis, la novela me ha resultado, aunque entretenida, quizá algo apresurada o poco trabajada; como si quisiera publicarse cuanto antes. Y, claro, comparada con "Seda", una novela absolutamente trabajada y de una perfección formal apabullante, "Sin sangre" palidece a su lado.
No obstante, es una buena novela, con algunos puntos interesantes en la que Baricco mantiene en todo momento el pulso narrativo bien sujeto en una lectura que, sin duda, atrapará al lector. Si bien es cierto que no es una novela con grandes florituras ni grandes innovaciones temáticas o formales, es una novela correcta que, seguramente, agradará a todo lector.

Me resulta complicado hacer una reseña de este libro, tan impresionante, de Baricco sin hacer revelar aspectos fundamentales de la trama.
En una novela breve, a través de un argumento trepidante, se cuenta la historia de una mujer que, siendo niña es testigo de un acontecimiento traumático.
Y si el aleteo de una mariposa en Europa puede provocar un huracán en el otro extremo del mundo, en esta historia vemos como un acontecimiento de un pasado remoto tiene consecuencias trascendentales en la vida de las personas después de toda una vida.
Recomendable

Son relatos cortos de menos de 100 páginas con esa sensualidad de Baricco : un episodio de venganza percibido por una niña que ve asesinar a su hermano y jura venganza...la soledad y la ternura triunfan y no comete el último acto.