Por regla general, los últimos libros de trilogías, bilogías y sagas suelen ser mis favoritos. Sin embargo, eso no impide que llegar a ellos me llene de tristeza. Aunque sepas que habrá más historias y que verás a los personajes en ellas, es muy difícil decir adiós. Por eso, he cerrado Rule of Wolves sintiendo ganas de volver a él, de no despedirme todavía.
SPOILER DEL PRIMER LIBRO
Continuamos la historia por donde la dejamos, Fjerda ha declarado la guerra y es cuestión de tiempo que entre en Ravka, la reina de Shu Han está lista para asesinar a Nikolai o declararles la guerra por algún error ravkano y el Oscuro ha vuelto al mundo de los vivos. Acusan a Nikolai de bastardo y quieren quitarle el trono y los Grisha tienen que vivir en el mismo lugar en el que encierran al hombre que tanto daño les había hecho. Parece que los problemas se multiplican, pero Zoya, Nikolai y los demás están preparados para cualquier cosa porque lo que puede salir mal, saldrá peor en Ravka.
FIN DEL SPOILER
Es ya un hecho que
Leigh Bardugo es capaz de mejorar con cada libro que escribe y, si tenemos cuenta que este es el último publicado, era lógico que fuese muy bueno en cuanto a estilo. El ritmo acompaña a la historia. Mientras que el primero pedía ir más lento al principio e ir acelerando conforme acaba, en el segundo necesitaba algo más trepidante que te llene de tensión y te haga sentir la presión que los ravkanos sienten al verse rodeados. La trama, además, añade más sorpresas y subtramas que te dejan con la boca abierta.
Otra mejora la encontramos en los personajes. Conforme pasamos de Grisha a
Seis de cuervos, vamos viendo un avance en los personajes que aparecen como importantes en la trilogía y mencionados en la bilogía. Sin embargo, cuando empieza
El rey marcado observamos como han cambiado realmente durante el tiempo que pasa desde el final de la guerra. Crees que ya no pueden mejorar más o mostrar una mayor profundidad, pero al llegar al final de la bilogía te das cuenta de lo mucho que escondían y como todos tenían una armadura que le protegía de los demás u ocultaban secretos que no conocíamos.
Otro detalle precioso de los personajes es considerado spoiler, así que voy a mantenerlo oculto al final de este párrafo. Lo mismo ocurre con el único aspecto negativo que también está conectado con este apartado.
SPOILER
Ha sido precioso que apareciesen los personajes de la bilogía anterior y que estos ayudasen a Ravka de la misma forma que Nikolai y los demás colaboraron con ellos en su último libro. Además, la forma en la que han dejado un hilo conductor entre el final de este y lo que ocurrirá con el próximo libro de Kaz y su grupo, me ha hecho sonreír.
Lo que no me ha gustado ha sido que volviese a traer de vuelta a El Oscuro. Rescatar a los antiguos malos siempre me ha parecido un recurso fácil y, si este era alguien que podía haber sido muy buen villano, pero que terminó siendo simple, la historia parece alargarse. Aun así, debo admitir que ha sabido hacerlo aparecer como forma de cerrar un capítulo para Genya, Alina y Zoya. de esta forma pueden ir dejar su rencor y vivir en paz sin temer lo que fue.
FIN DE SPOILER
Lo más fascinante de la historia han sido estos tres aspectos: los prejuicios, la fe y la representación. Son temas recurrentes y muy bien planteados, lo que los hace tan importantes de mencionar.
En cuanto al primero, vemos como los prejuicios surgen por el temor a lo desconocido. Los Grisha tienen poderes desconocidos y los Suli tienen creencias antiguas que ya se han olvidado. Ambos grupos son perseguidos y son acusados de ser los que provocan los males que acechan el mundo. Ante esto, Kerch los esclaviza fingiendo que no lo hace, Fjerda los asesina por ser brujos, Shu Han los acepta, pero con innumerables abusos y Ravka (hasta Nikolai) solo les daba oportunidades a los primeros si entraban en el Segundo Ejercito y a los segundos los echaban los ciudadanos pensando que solo causaban penurias. Esto, en parte, venía de la mano de la educación. Lo vemos, sobre todo, en Fjerda con la que
Leigh Bardugo nos plantea la siguiente cuestión: ¿Debemos culpar a quienes han sido educados para odiar lo desconocido y aferrarse a su cultura?
En cuanto a la fe, plantea de forma sorprendente como las personas necesitan aferrarse a algo en tiempos de penurias y catástrofes. Esto hace que muchos se aprovechen de las creencias para sus propios actos como vimos en libros anteriores (cuidado posible SPOILER).
El Apparat quiere dominar Ravka empleando a un santo maleable, el Oscuro quiere ser recordado extendiendo su religión, Fjerda educa a su pueblo bajo las amenazas de Djel, su dios, y Nina aprovecha los poderes Grisha para hacerles creer en los milagros de los santos.
De todo esto, lo que más me gusta es lo mucho que abarca
Leigh Bardugo al representar la diversidad del mundo en el que vivimos. Encontramos desde personajes del colectivo LGBTI+ hasta distintas razas que se acercan a las que tenemos en la realidad. Sin embargo, lo que más me ha captado la atención, es la manera en la que incluye personajes con TDAH, dislexia, autismo, etc. Sin duda, es de las autoras que mejor plasman la diversidad del mundo y eso es algo que tenía que añadir.
En conclusión, el final perfecto para la bilogía de Nikolai. Los personajes han avanzado mucho y la historia ha conseguido una mayor profundidad. Merece mucho la pena seguir leyendo el Grishaverse porque
Leigh Bardugo sabe manter tu interés y mejora con cada libro.
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