Tierras de niebla y miel

Tierras de niebla y miel, Marta Abelló.
¡Hola criminales!

¿Qué tal va todo?

Hoy os traigo un libro que transcurre por tierras andaluzas y que hará las delicias de cualquiera, se trata de Tierras de niebla y miel, de Marta Abelló. Está editado en tapa dura por Planeta y tiene 527 páginas llenas de bandoleros, sacamantecas, profecías y valientes y poderosas damas.

La historia...

Estamos en 1899. Martina de Icaza vuelve a Cádiz desde Nueva Orleans huyendo de su esposo, Conrado Lefebvre, cuyo carácter voluble y colérico ha colmado la paciencia de Martina. al llegar a casa se entera de que se ha quedado huérfana y lo ha perdido todo. No le queda más remedio que trabajar en la pensión de su tía Balbina, "La gaviota". Balbina, que no es precisamente trigo limpio, se aprovecha de Martina y de su doncella todo lo que puede. al desaparecer Candela, la hija de Balbina todo se precipita y Martina se ve obligada a trabajar de institutriz en la Casa Baena, finca de un rico señorito andaluz, bajo el nombre de Catalina Valdivia. En la finca tratará de desentrañar las oscuras tramas que se ciernen sobre una profecía que tiene como protagonista a una niña pequeña.

Los personajes...

Nuestra protagonista es Martina de Icaza, de noble familia gaditana que ha hecho un buen matrimonio con Conrado Lefebvre, yéndose ambos a vivir a Nueva Orleans. de ahí escapa Martina fingiendo su muerte y tomando el nombre de Catalina Valdivia, embarcando con su doncella Erlinda en el transatlántico Montevideo que la llevará de vuelta a su Cádiz natal, donde se enterará de que han muerto sus padres y ha perdido la casa familiar, al heredarla su marido.


Erlinda es su fiel doncella que la acompaña hasta la pensión de su tía Balbina, única pariente viva que le queda aparte de su abuela, que abandonó su familia para seguir otros caminos muchos años antes. Balbina es una mujer vengativa y ruin, la oveja negra de la familia Icaza y no puede evitar intentar vengarse de todos los agravios recibidos en la persona de su sobrina Martina sabiéndola en una total indefensión. Junto a ellas en la pensión La gaviota vive también su hija Candela, una niña enfermiza y soñadora a la que trata de proteger de todo mal teniéndola aislada en el desván. En la pensión también para Benigno, un pobre hombre abandonado por su mujer, que se ha ido a trabajar a la Casa Baena, una gran finca que hay por la región. Benigno ha quedado al cuidado de su suegra, la madre de su esposa Simona, Dorita, que anda medio loca cantando y viendo visiones por las playas de Cádiz.
Cuando Candela desaparece de la gaviota, Martina decide partir en su busca. En el camino conocerá a la maravillosa novicia Milagros, señorita bien de fuerte carácter y que se siente dada de lado por su familia, ya que su padre, tras enviudar de su madre, ha vuelto a casarse con una chica apenas dos años mayor que la propia Milagros.

En la Casa Baena tenemos a Alejandro, el joven señor que lleva la finca y que se encuentra cada vez más débil y está quejado de una enfermedad que lo tiene cada vez más melancólico, eso y su mal de amores con la niñera de su sobrina Genoveva, la institutriz Clara Fornells. También está Simona, la esposa de Benigno, al que ha dejado atrás sin apenas remordimientos para vivir una vida más cómoda en un entorno más rico, aunque sea de ama de llaves. Celosa de sus responsabilidades, lleva la finca y a sus servidores con mano de hierro y oscuros pensamientos. En la misma casa, y haciendo crecer unas maravillosas flores negras está la señora Fiona Baena, que aún mantiene el acento inglés de su tierra de origen, y que mira con preocupación a su hijo Alejandro, que no sienta la cabeza mientras no para de toser. Entre otros criados y doncellas tenemos trabajando aquí a Casimira, a María Setecilla, al niño Ceferino, siempre pensando en travesuras y con ojos en todas partes. A Curro y mucha gente más.

Además también conoceremos a la cuadrilla de bandoleros que siembra el terror entre los viajeros y los cortijos de ricos señoritos de la zona, la banda del Cañamero. al niño mielero que recorre la región y se duerme allá donde le pilla la noche. al buhonero Gaspar El Tuerto, que va, como sombra oscura, sembrando el mal. al Manquillo, que se rodea siempre de malas compañías que lo llevan por el mal camino. A doña Regina, que ve más allá de lo que todos ven, a pesar de su avanzada edad y de las enormes renuncias que ha tenido que hacer para poder seguir su vida y vivirla con plenitud.

Mi opinión...

Está claro que hay personas que tienen magia en las manos, y aquí tenemos un ejemplo en Marta Abelló. La historia fluye como una antigua leyenda andaluza, por serranías y pueblos blancos, cuadrillas de bandoleros, antiguas profecías, gente que lleva el mal de un sitio a otro y que tiene una función que cumplir. Y todo confluye de manera magistral, gracias a esa magia que he mencionado antes, y claro, también gracias al oficio, porque escribir así de bonito tiene que ser consecuencia de un trabajo brutal y en este libro se nota que ha tenido que haber una gran labor de documentación.

Los capítulos se leen prácticamente solos, algunos de ellos son realmente breves, lo que hace que la lectura coja una velocidad de vértigo y que sus más de quinientas páginas se nos vayan en apenas unas horas si tenéis tiempo, pero creedme, querréis hacer durar esta historia, y será de las que dosifiquéis para que Martina y todo su mundo permanezca algún tiempo más con vosotros.

Los ambientes están perfectamente dibujados, los personajes, hasta el más nimio, bien perfilados y con una historia que contar. Lo mágico y lo real se mezclan de forma tal que suma a la historia. A veces, hay refranes en boca de los personajes que os dibujarán una sonrisa. La dura vida de los sirvientes, la falta de seguridad de los caminos, el mal siempre acechando, te hace estar en guardia en cada página y habrá pasajes que os helarán la sangre en las venas. Ancianas damas o locas perdidas que no son lo que parecen y están llenas de sabiduría ancestral y que serán determinantes en el desenlace de la trama, para bien o para mal. Y como remate, tenemos algunos guiños para los seguidores de Jane Eyre.

Resumiendo, que Tierras de niebla y miel se convierte en un imperdible de este año, no lo dejéis pasar si tenéis la oportunidad de leerlo, y seguro que no os arrepentiréis.

TIERRAS DE NIEBLA Y MIEL: NUEVE Y MEDIO.

PD: "Uno, dó, tré y cuatro, la curiosidá..."

Este libro participa en la Yincana Criminal 2021, en la sección Made in Spain, en el apartado, la víctima o el asesino pertenecen a la clase baja o marginal.
Enlace: http://readinginmyroom.blogs..

“La libertad no necesitaba ostentación ni toallas de algodón egipcio.”

Mis últimas lecturas han sido obra de autores que hasta hoy no conocía y he de decir que ninguno de ellos me ha defraudado. al contrario, he encontrado en cada uno de ellos una forma distinta de disfrute y en el caso de la novela que nos ocupa, muchas y variadas fuentes de disfrute.
Estamos ante una novela difícil de calificar, una novela que ahonda en la novela histórica, en la novela costumbrista, en la novela negra y en las creencias ancestrales. Y todo ello aderezado por una y/o varias historias de amor.
¿Que como se conjuga todo eso? Pues solo os puedo decir que con mucho arte, porque la trama no es de las de andar por casa y los caminos de la novela son tantos que, a veces da la impresión de que la autora no va a ser capaz de cerrarlos, pero lo hace, claro que lo hace y por todo lo alto.
Tenemos una protagonista clave, no hay duda, Martina de Icaza, una protagonista de esas ante las que tienes que quitarte el sombrero; una mujer valiente, que no se achanta con nada ni nadie en una situación que no tiene nada de halagüeño, en una situación en la que sin familia que la proteja se ve pasar de la “cómoda vida” que en principio cree que la espera al volver con su familia, a verse atrapada en un trabajo de sirvienta para poder ganarse la vida.

“Martina comprendió que todas las vidas pasaban sus víacrucis y que caerse implicaba comenzar de nuevo. A una herida, aún rota.”

Pero Martina no se achanta y buscando la forma de subsistir va en busca de su único vínculo familiar y, en ese camino se ve viviendo su vida entre bandoleros, mitologías, mujeres con poderes especiales, asesinatos inexplicables que parecen responder a algún tipo de rito…
Por su vida desfilan un gran número de mujeres que harán de su presente y su futuro lo que es, mujeres buenas, entre las que no quiero olvidar ni a la fiel Erlinda, ni a Regina, ni a la incidental amiga Milagros, ni a Dorita, esa loca que no lo es tanto…. Y malas, entre las que merece una especial mención Balbina y Simona.

“- Las mujeres que tenemos el don de la mediumnidad no somos brujas ni adivinas, sino canales. A mi mesa parlante acuden tanto maestros de escuela, criadas y obreros como aristócratas masones. Todos tienen cabida, hombres y mujeres, sea cual sea su condición, pues todos somos de carne y hueso en esta vida.”

Junto a ellas personajes de todo tipo y condición, niños trabajadores y niños “ricos”, bandoleros e intelectuales, mujeres de la calle… es esta una novela llena de personajes a cual más sólido, a cual más representativo el papel que ocupa en la trama.
De los paisajes que os podría decir… el nivel de descripción de la autora es fantástico sin llegar a empalagar, te ves de repente montado en un barco que atraviesa el atlántico, en una diligencia, o cabalgando a caballo por la serranía gaditana, viajando a los confines de la tierra a través de pozos rituales y recalando en la Casa Baena, esa casa llena de secretos, misterios y mas que segundas intenciones.

“En el camino hacia Granada y a un cuarto de legua de Antequera, rodeado de cielo y olivares. Menga emergía extraño y poderoso; también impío, no en vano la Iglesia se empeñó en destruir y ocultar los lugares pertenecientes a una época en qué se adoraba a la luna, a las piedras y a los arboles como a dioses.”

Una novela que, además encierra su propio homenaje a los libros, a Jane Eyre, a Bequer… a los refranes, los dichos populares y las palabras propias de la zona en la que se desarrolla.
Ha sido una lectura apasionante, más de quinientas páginas que no parecen tantas tan rápido como se deslizan entre nuestros dedos; una novela que os aconsejo encarecidamente leer si queréis disfrutar de una gran aventura llena de mujeres y hombres fuertes a pesar de todos los pesares. Una autora cuyas críticas de “Los hijos de Enoc. El Libro de Thoth”, su novela anterior, suponían ya un gran aliciente para leer esta novela. Mis expectativas ante la lectura de esta historia se han visto más que superadas y si de algo os sirve mi opinión, yo de vosotros no dejaría de leerla.

“Vió todo aquello y supo que el pasado siempre regresaba, de algún modo; que el circulo de la vida era orden y era caos a la vez.”

Hoy nos remontamos a finales del siglo XIX y viajaremos a tierras andaluzas, al triángulo comprendido entre Cádiz, Antequera y Málaga, de la mano de Marta Abelló y su novela Tierras de niebla y miel. ¿Os venís?

La novela se inicia en el vapor Montevideo, que parte de Nueva Orleans rumbo a Cádiz con una joven a bordo que pretende romper con su pasado: Martina de Icaza huye de un matrimonio precipitado que resultó no ser tan bueno como parecía. de hecho la primera frase del libro es contundente:

«Decidió marcharse el día del eclipse, bajo el influjo de la luna roja. Compró un nombre falso, fingió su muerte y con el miedo en las entrañas huyó de Nueva Orleans. A sus veintitrés años y quebrando su destino, Martina de Icaza regresaba a Cádiz.»

Sin embargo, al llegar descubre que sus padres han fallecido y la casa familiar está en manos de su aún esposo, que la cree muerta. Así las cosas, Martina acaba en La Gaviota, la pensión de su tía Balbina, donde se pone a trabajar tratando de discurrir cuáles serán sus siguientes pasos. Pero una persona cercana desaparece y, siguiendo su pista, Martina acaba como institutriz en la hacienda de Alejandro Baena, donde nada es como parece. Por el camino, secuestros de bandoleros, asesinatos de muchachas pelirrojas, una monja sin vocación que escapa a su destino, ritos masones, señoritos de campo, un sacamantecas, un ama de llaves a la altura de la señora Danvers y el inesperado protagonismo del dolmen de Menga.

Cuento esto y, no obstante, me da la impresión de que no consigo hacerle justicia del todo al libro, porque esta novela me ha parecido extraordinaria en muchos aspectos: por un lado, la capacidad de Marta Abelló de tejer una novela tan compleja, con tantas capas y tantísimos personajes, y dotar a cada uno de ellos con una voz tan singular, por ejemplo Dorita cantando «La Taraaara, sí; la Taraaara, no...», o Gaspar con su característica forma de hablar, que la edición del libro reproduce a la perfección: «Uno, do, tre ¡y cuatro! ¡La curiosidá mató ar gato!». La autora utiliza recursos nada habituales que confieren un carácter muy particular a la novela, que me ha conquistado totalmente. Como digo, cada personaje tiene una forma de hablar característica (no me gustan esos libros en los que todo el mundo habla igual, sin importar el origen social, la edad o el carácter que tengan), pero no solo eso, sino que tanto las descripciones como las costumbres de los personajes y el vocabulario que utilizan consiguen transportarte a finales del siglo XIX, y eso me ha parecido un recurso logradísimo.

Todos los personajes me han parecido memorables, desde las entrañables Erlinda y Milagros, con la que me partía de la risa, hasta los villanos (Simona, Conrado y el singular personaje que es Gaspar). Y el peso de la novela lo lleva sin problemas un personaje fuerte y vulnerable a la vez como es Martina de Icaza, una mujer que luchó por librarse del maltrato en una época en que las mujeres de cierta posición no eran sino complementos («jarrones» las llegan a llamar en la novela) del marido.

Sin embargo, Martina no se deja doblegar pese a lo difícil de su posición, y cita unas palabras de Juana Eyre (me encanta que utilice el nombre traducido, como era muchas veces costumbre en las primeras traducciones publicadas de esa novela):

«No soy un pájaro y ninguna red me atrapa.»

También me ha gustado cómo la autora describe el lacerante contraste entre los señoritos que toman champán en copas de cristal y el té en tacitas con cucharas de plata, y los jornaleros, que comen gachas en cuencos de madera. Esta diferencia de clases es protagonista a lo largo de toda la novela y me ha parecido muy bien descrita.

Como digo, la novela tiene multitud de personajes y subtramas y en ocasiones reconozco que andaba perdida en ese «quién es quién», pero pese a ello la novela, estructurada en capítulos muy cortos y nada menos que 36 partes, no se lee sino que se devora. Quizá me hubiera gustado que los personajes fueran menos, para evitar esa sensación de ir un poco perdido en algunas partes de la trama, y también creo que hay escenas que podrían haberse suprimido sin afectar al ritmo general de la novela, pero son dos temas menores. Es una novela que se disfruta mucho y con la que he aprendido un montón acerca de una zona tan desconocida para mí como es el Torcal de Antequera. Los escenarios de esta novela son muchos y muy variados, y la autora consigue dejarte con ganas de saber más y más acerca de todos ellos.

En definitiva, una novela que no voy a dudar en recomendar, con dosis de aventura, misterio, historia, amor y desamor, al tiempo que retrata magníficamente una época que no nos queda tan lejana y que incluso cuenta con algún que otro personaje que existió en la realidad. A ver si sabéis quién es...

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Un secreto familiar: Un crimen profetizado. Una historia de coraje y destino.

Año 1889. La joven Martina de Icaza regresa a su Cádiz natal huyendo de un matrimonio fracasado. Pero al desembarcar descubre que se ha quedado huérfana y sin hogar.
Desamparada, tiene que trabajar como sirvienta en la humilde pensión de su tía Balbina, hasta que un buen día su prima Candela desaparece.
A partir de entonces, Martina se ve envuelta en una trama de intrigas, aventuras, crímenes y pasiones que la lleva a adentrarse en la Casa Baena, una imponente mansión malagueña llena de secretos y misterios.
Un cortijo en tierras Malagueñas… Casa Baena
Alejandro es el dueño de la casa Baena, rodeado de servidumbre y su sobrina Genoveva a la que acogió cuando sus padres murieron, pasa sus días viendo como su vida se le escapan de los dedos y sumido en la pena por la desaparición de la institutriz de su sobrina, Clara de Fornells de la que está locamente enamorado.
Simona es la ama de llaves de la gran casa. Una mujer pasados los cuarenta, dura, regia y estricta pero que guarda infinidad de secretos y una oscuridad que la come por dentro. la envidia hacía todas aquellas mujeres que se logren acercar a su amor prohibido: Alejandro Baena.
Un asesino acecha en las sombras…
Víctor San Román y Fonseca serán los agentes de investigar las extrañas muertes acontecidas en las inmediaciones de la casa Baena. Chicas pelirrojas asesinadas de la forma más despiada y siguiendo algún tipo de ritual ya que en cada escena del crimen se encuentra una extraña representación en barro de una escultura ancestral.

Una época de Bandoleros…
Los bandoleros fueron personajes a veces enigmáticos y otras huraños, pero forman parte de la historia del país. Entre los últimos años del siglo XVIII y el primer tercio del XX las escarpadas sierras malagueñas fueron refugios para muchos de ellos. En ese período fueron muchos los que, aunque no nacieran ni murieran en lo que hoy es la provincia de Málaga, dejaron huella en estas tierras.
Martina por una serie de circunstancias decide ir en busca de su abuela Regina, en su traslado de Cádiz a Málaga conoce a Milagros, una muchacha que regresa a casa sin tener éxito con las monjas del convento donde su familia la ha dejado interna. Ambas hacen buenas migas y deciden hacer el viaje juntas, hasta que la banda de Bandoleros de la zona las secuestra para pedir un rescate.

Ritos ancestrales…
El dolmen de Menga será el nexo de esta historia, un monumento relacionado con los ritos y las ofrenda a dioses. Angus Slorrance será el encargado de inculcar un pensamiento en Alejandro Baena que desencadenará toda la historia hacía un punto de no retorno.

Mi opinión:
En Tierras de niebla y Miel nos encontramos ante un libro con multitud de capas. Martina es el personaje central de la historia, pero a ella la acompaña un sinfín de personajes de los cuales puede parecer un completo caos al principio pero que todo va encajando a la perfección conforme se avanza por sus casi 530 páginas.
Estructurada en treinta seis grandes capítulos, pero a su vez cada uno de ellos divididos en cortos capítulos, vamos conociendo a todos y cada uno de esos personajes, ya que cada uno tiene una historia que contarnos y todos al final se encajan para completar este gran libro.
Con un ritmo ágil, y una narración que invita a leer sin parar, Marta nos lleva a una época de Señores, sirvientes, bandoleros y todo ello rodeado de premoniciones de crímenes y una mujer que lucha con coraje por cambiar su destino.

En conclusión, un libro lleno de matices de esas historias llenas de misterio, de secretos familiares en este caso que es el centro de la novela y aderezado con tintes de novela de thriller, con un asesino que va matando sin compasión. Envidias, amores que duelen y amores que son liberadores son los que componen Tierras de niebla y miel, una novela que llegará tan lejos como cuando soplas un diente de león donde sus semillas al ser sopladas llegan lejos a lugares nuevos para crecer, igual que hará esta novela, llegar lejos para ser leída.
Una mujer que luchó contra el miedo y triunfó sobre él.

La novela comienza en el año 1889 cuando Martina de Icaza regresa a Cádiz, lugar donde nació. Lo hace huyendo de su marido con el que vivía en Nueva Orleans y con la sola compañía de su doncella Erlinda. Allí se encuentra con que sus padres han fallecido y ella ha perdido todo por lo que ha de pedir asilo en la pensión de su tía Balbina, la mujer de su difunto tío; una mujer que nunca fue bien vista por la familia. Balbina vive junto a su adorada hija Candela, una niña de frágil salud que no sale de casa. Pero un día Candela desaparece.

Martina decide buscarla y acaba trabajando como institutriz en la rica casa Baena, perteneciente a un poderoso señorito andaluz.

“Tierras de niebla y miel” es una novela sobre secretos familiares pero también una novela de aventuras en la que se conjugan oscuras leyendas nacidas en el inicio de los tiempos.

Martína –o Catalina Valdivia, pues decide cambiarse de nombre para no ser reconocida- y una novicia llamada Milagros son los personajes sobre los que se asienta esta novela a la que, reconozco, me costó coger el punto. No estaba yo esos días especialmente concentrada y la trama de “Tierras de niebla y miel” es una tanto compleja, al menos hasta que te haces con las diferentes tramas y subtramas y con los personajes- Es por eso que en la primera mitad andaba yo un poco perdida sin acabar de meterme en la historia. Pero también es cierto que todo cambió a partir de la segunda mitad: entonces me metí de lleno en ella, empaticé con los personajes, se me hizo más fácil y ágil la lectura y acabé disfrutándola. Como ya digo, es algo absolutamente personal: no es que cambie de estilo en esa segunda parte, es que a mí me costó un tiempo amoldarme al estilo narrativo de Marta.

Una de las cosas que más me han gustado de la novela es la fantástica ambientación en tierras malagueñas. Málaga y finales del siglo XIX. Una época de señores y criados, de ricos terratenientes y grandes señoríos, de salteadores de caminos…, una época en la que cualquier aventura es posible. Los escenarios son fantásticos, destacando el que me hizo decidirme por esta novela: el dolmen de Menga. Hace unos cuatro o cinco años visité varias poblaciones de Andalucía y uno de mis destinos fue Antequera. Allí conoce la existencia de este dolmen del que, hasta el momento, no había oído hablar. Como me interesan mucho los tiempos antiguos, decidimos hacer la visita guiada (interesantísima, por cierto) y alucinamos en colores. Es una auténtica maravilla, un lugar en el que piensas que todo puede ser posible. Esa construcción, ese sentido místico del lugar en el que está construido y hacia el que mira…, sientes que estás ante algo especial. También nos quedamos alucinados, por cierto, de que el dolmen no sea muy conocido. Nosotros no habíamos oído hablar de él y, sin embargo, ¿quién no ha oído hablar de, por ejemplo, Stonenhege que nos pilla muchísimo más lejos? Sin desmerecer Stonenhege que no conozco y que seguro que es maravilloso, Menga no tiene nada que envidiarle. de verdad, si vais por la zona es visita obligada.

Los personajes están muy bien definidos, especialmente Martina o Catalina y la novicia Milagros. Ambas mujeres provienen de familias poderosas y han vivido siempre entre algodones pero no son señoritingas sino mujeres fuertes que no dudan en hacer lo que desean. Así, Martina no duda en abandonar un matrimonio “bien” que no le satisface y huir de su marido con todo lo que en aquella época eso conlleva. Y Milagros es especial, uno de mis personajes favoritos. Los personajes secundarios también nos dan unas cuantas alegrías como por ejemplo el señorito Alejandro de salud débil que va a ser el detonante de muchas cosas o esos atractivos bandoleros que van a meterse en la trama de la manera más inesperada…

No había leído nada de Marta Abelló y me ha gustado descubrirla. Tiene una forma muy bonita de contar las cosas mezclando lo real y la leyenda y a personajes de diferentes raleas. La novela mezcla muchos géneros y puede calificarse de novela de aventuras, de ambientación histórica, hay una parte de misterio, alguna historia de amor, historias familiares, leyendas, costumbrismo…, lo que la hace apta para casi cualquier lector. Hay tantas piezas que, como digo, al principio me costó hacerme con la novela. Y llegó un momento en que no tenía claro que la autora fuese capaz de encajarlas todas: obviamente, su buen hacer lo consigue y cuando la terminas te das cuenta de la compleja novela que has leído. Lo que no quita para que sea una lectura fluida, amena y entretenida.

Conclusión final

“Tierras de niebla y miel” es una novela diferente que nos trae una historia de aventuras en unos escenarios fantásticos y con unos personajes muy atractivos. Recomendable
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