Yukio Mishima
¿A ustedes les parece que causan lástima estas nobles tumbas? -dijo Kashigashi-. El que fue poderoso por la política o por el dinero, deja esculturas suntuosas, verdaderamente impresionantes. Esta gente, que no tuvo una onza de imaginación mientras vivió ha levantado sepulcros, como era de esperar, donde absolutamente nada puede servir de trampolín para la imaginación. Pero la gente de bien, la que sólo vive de imaginación, la suya, y la de los otros, dejan tumbas como ésta, que decididamente dan impulso a la fantasía: lo más triste para mí es que, incluso muertos, les es preciso continuar pidiendo a la gente, como los mendigos, que tengan a bien querer seguir sirviéndose de su imaginación.