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La Señora Dalloway de Virginia Woolf
Porque es una lástima muy grande no decir nunca lo que uno siente...
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Una habitación propia de Virginia Woolf
"[...] las mujeres y la novela siguen siendo, en lo q a mi respecta, problemas sin resolver." (Pág.10).
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La señora Dalloway (Clásicos Ilustrados) de Virginia Woolf
Era un sueño estúpido, completamente tonto, sentirse desgraciada.
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Flush de Virginia Woolf
Entre ellos se encontraba el abismo mayor que puede separar a un ser de otro. Ella hablaba. Él era mudo. Ella era una mujer; él, un perro. Así, unidos estrechamente, e inmensamente separados, se contemplaban. Entonces se subió Flush de un salto al sofá y se echó donde había de echarse toda su vida… en el edredón, a los pies de miss Barrett.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
Os pido por tanto que leáis toda clase de libros, sin titubear ante ningún tema, por trivial o inabarcable que parezca. Por las buenas o por las malas, espero que contéis con dinero suficiente para viajar y disfrutar de tiempo libre, para contemplar el futuro o el pasado del mundo, para sopar gracias a los libros y callejear sin rumbo y hundir la caña del pensamiento en el río.
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Orlando de Virginia Woolf
Vale más estar vestida de pobreza e ignorancia, estar libre de ambición marcial, de codicia del poder y del resto de los deseos varoniles con tal de disfrutar en su plenitud de los arrobamientos más sublimes que de que la mente humana es capaz, que son la contemplación, la soledad, el amor. Gracias a dios que soy una mujer.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
Realmente, es un eterno misterio el porqué ninguna mujer escribió una palabra de aquella literatura extraordinaria cuando un hombre de cada dos, parece, tenía disposición para la canción o el soneto. ¿Es qué condiciones vivían las mujeres?
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Una habitación propia de Virginia Woolf
La belleza del mundo que tan pronto perecerá tiene dos filos, uno de risa, otro de angustia, partiendo el corazón en dos.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
... las mujeres han ardido como faros en las obras de todos los poetas desde el principio de los tiempos...
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Las olas de Virginia Woolf
Quizá la vida no sea apta para el tratamiento que le damos, cuando intentamos contarla.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
Ahora bien, si Mrs. Seton y las mujeres como ella se hubieran metido en negocios a la edad de quince años, Mary - este era el punto flaco del argumento - no hubiera existido.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
De modo que cuando os pido que ganéis dinero y tengáis una habitación propia, os pido que viváis en presencia de la realidad, que llevéis una vida, al parecer, estimulante, os sea o no os sea posible comunicarla
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Las olas de Virginia Woolf
A intermitentes sacudidas, bruscas como el salto del tigre, la vida surge del mar jadeante, mostrando primero su oscura cresta.
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Las olas de Virginia Woolf
Ahora baja la marea. Ahora los árboles vuelven a la tierra, las olas que baten contra mis costillas avanzan y se retiran más suavemente, y mi corazón echa el ancla como un velero cuyas velas resbalan desde lo alto a la blanca cubierta.
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La Señora Dalloway de Virginia Woolf
Tenia la extrañisima sensación de que nadie la veía ni la conocía; se había acabado el matrimonio y tener hijos, solo quedaba aquel sorprendente avanzar de manera solemne, aquel ser la señora Dalloway; ni siquiera Clarissa ya; tan solo la señora de Richard Dalloway.
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La Señora Dalloway de Virginia Woolf
Pero, dijo Clarissa, sentada en el autobús que ascendía por Shaftesbury Avenue, ella se sentía en todas partes; no «aquí, aquí, aquí»; y golpeó el respaldo del asiento; sino en todas partes. Clarissa agitó la mano, mientras ascendían por Shaftesbury Avenue. Ella era todo aquello. De manera que, para conocer a Clarissa, o para conocer a cualquiera, uno debía buscar a la gente que lo completaba; incluso los lugares.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
"Durante todos estos siglos, las mujeres han sido espejos dotados del mágico y delicioso poder de reflejar una silueta del hombre de tamaño doble del natural. Sin este poder, la tierra sin duda seguiría siendo pantano y selva. Las glorias de todas nuestras guerras serían desconocidas.[...] Sea cual fuere su uso en las sociedades civilizadas, los espejos son imprescindibles para toda acción violenta o heroica. Por eso, tanto Napoleón como Mussolini insisten tan marcadamente en la inferioridad de las mujeres, ya que si ellas no fueran inferiores, ellos cesarían de agrandarse. Así queda en parte explicado que a menudo las mujeres sean imprescindibles para los hombres.[...] Porque si ellas se ponen a decir la verdad, la imagen del espejo se encoge; la robustez del hombre ante la vida disminuye." (Págs. 50-51).
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Kew Gardens de Virginia Woolf
Voces. Sí, voces. Voces sin palabras que rompían súbitamente el silencio con profunda alegría, con deseo apasionado o con frescura y sorpresa en el caso de los niños.
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Su nombre de nacimiento es: