La Señora Dalloway de Virginia Woolf
Tenia la extrañisima sensación de que nadie la veía ni la conocía; se había acabado el matrimonio y tener hijos, solo quedaba aquel sorprendente avanzar de manera solemne, aquel ser la señora Dalloway; ni siquiera Clarissa ya; tan solo la señora de Richard Dalloway.
|