Melodía silenciosa de Mary Balogh
¿Te han domesticado y tu corazón no ha protestado por la pérdida de su naturaleza indómita? ¿Te obligan a cantar como si fueras un jilguero en una jaula?
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Melodía silenciosa de Mary Balogh
¿Te han domesticado y tu corazón no ha protestado por la pérdida de su naturaleza indómita? ¿Te obligan a cantar como si fueras un jilguero en una jaula?
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Sin corazón de Mary Balogh
El amor no es la emoción dulce y sencilla que a veces nos pintan. Me gustaría poder conseguir que regresara para hacer las paces, pero está muerto. El amor duele
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Sin corazón de Mary Balogh
Herimos a los demás, sobre todo a nuestros seres queridos, y hay gente que no tiene la capacidad de soportar lo que otros sí aguantan. Quizá no pueden evitarlo.
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Sin corazón de Mary Balogh
El placer conllevaba consigo un disfrute vacío y sin emociones; la alegría conllevaba...bueno, todo. Conllevaba el amor, la felicidad, el miedo, el dolor, la vulnerabilidad.
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Sin corazón de Mary Balogh
El amor podría haber aliviado el orgullo y las emociones heridas. El amor podría haber reparado lo que se había roto. Y no parecía haber ningún amor en Luke. |
Sin corazón de Mary Balogh
La cuestión era que se había olvidado de cómo se amaba. Más que eso había aprendido a no hacerlo, a no exponerse a que lo hirieran, lo humillaran y lo traicionaran. Había sido feliz durante casi diez años...tan feliz como se podía ser cuando el amor no formaba parte de la vida de una persona.
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Sin corazón de Mary Balogh
Había aprendido que no se debía confiar en el amor, ni siquiera en el de la propia familia. Especialmente en el de la propia familia. Había aprendido a no esperar amor ni darlo.
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Sin corazón de Mary Balogh
El matrimonio no estaba hecho para él. El matrimonio significaba compromiso. Significaba pertenecer a alguien y que alguien te perteneciera. Significaba tener hijos y las ataduras que conllevaban. Significaba estar atado en cuerpo y alma. Significaba ser vulnerable...otra vez.
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Sin corazón de Mary Balogh
Entonces, hasta mañana por la noche, señora. Las horas se me harán interminables mientras espero el momento de volver a verla. Y la dejó sonriendo en el vestíbulo ¿Qué demonios le estaba pasando? "Las horas se me harán interminables mientras espero el momento de volver a verla" Luke estaba acostumbrado a decir tales galanterías a las mujeres que sabían que solo trataba de tener una aventuras con ellas. No tenía por costumbres decir esas cosas a inocentes damas de alta alcurnia. |
Sin corazón de Mary Balogh
Quiero volver a verte feliz, sonriente. Las sonrisas no eran solo artificio ¿Verdad? Me gustaban. Y quisiera verlas de nuevo.
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Sin corazón de Mary Balogh
—Oh, sí. Por supuesto. Estamos en el mundo real, ¿no es cierto? Un mundo donde hay unas normas para los hombres y otras para las mujeres. A mí se me debe condenar porque al parecer no era virgen en mi noche de bodas, pero tú puedes admitir con libertad que tienes la suficiente experiencia para detectar con facilidad mi secreto. Yo debo vivir sin recueros y ligarme a ti en cuerpo y alma y mientras tú te dedicas no solo en el recuerdo, sino en la realidad, a revivir esos recuerdos. ¿Te acuestas con ella? ¿O una esposa no está autorizada a preguntar sobre tales cuestiones a su esposo?
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Un romance irresistible: 1 de Mary Balogh
—Besadme —dijo él. (…) —¿Por qué? —preguntó con recelo. —Porque he deseado que lo hicieras desde la última vez que nos besamos —respondió él—. Porque no he podido olvidar el beso ni a vos. Porque si parto mañana sin haber solventado una cuestión con vos, vuestro recuerdo me perseguirá el resto de mi vida. Porque si puede perseguirme el recuerdo de alguien, es el vuestro. Y porque si alguien puede domaros, sospecho que soy yo. Porque os a… ¡Maldita sea, no puedo pronunciar esas palabras! Besadme. —¿A cuántas mujeres habéis endilgado ese discurso? —preguntó ella observándolo con suspicacia. —A ninguna —contestó él—. A vos. —No soy una bestia salvaje que hay que domar —declaró ella. —Ni yo —replicó él—. ¿Vais a besarme? —No lo sé —contestó ella. |
Simplemente mágico de Mary Balogh
—No solo soy una mujer —dijo ella—. Soy una persona. Todas las mujeres somos personas. Si somos débiles y dependemos de los hombre, es porque hemos permitido que los hombres nos moldearan para que ofreciésemos esa imagen. Quizá los hombres se sientan bien y fuertes al vernos de esa forma. Y quizá la mayoría de las mujeres se conformen con ello. Quizá la sociedad funcione relativamente bien debido a que tanto los hombres como las mujeres nos sentimos insatisfechos con los papeles que nuestra sociedad nos ha impuesto. Pero yo me vi obligada desde muy joven a desenvolverme sola en la vida. Jamás diré que me alegro de que me ocurriera, pero sí me alegro de que las circunstancias me obligaran a vivir fuera del molde. Prefiero ser una persona completa que tan sólo una mujer, aunque ello me condene a estar sola. —No es preciso que esté sola —respondió él. —No —Ella sonrió—. Está dispuesto a casarse conmigo y a mantenerme y protegerme el resto de mi vida. Y así completaríamos el círculo. Lo siento, Peter. No pretendía soltar un discurso tan pomposo. Ni siquiera creía esas cosas hasta que las oí brotar de mis labios. Pero le aseguro que creo en ellas. + Leer más |
Simplemente mágico de Mary Balogh
—No me mire así —murmuró ella. —¿De que forma? —Él la tomó por la muñeca y le retiró la mano de la boca. —Con lástima y compasión —Enojada, Susanna se apartó y se levantó bruscamente—. Siempre quiere «dar», «consolar», «proteger». ¿Nunca quiere «tomar», «exigir», hacer valer sus deseos? No necesito su compasión. ¿A qué diablos venía eso? Susanna se volvió de espaldas a él y avanzó unos pasos hacia el otro lado del claro situado en el centro del laberinto. El silencio de él era tan acusador como unas palabras. Ella sabía que le había herido, pero no podía retractarse. |
Simplemente mágico de Mary Balogh
Él bajó la mano y desató las cintas de su sombrero. Luego lo empujó hacia atrás y éste cayó sobre la hierba detrás de ella. Susana sintió el aire cálido sobre su rostro y fresco a través de su pelo ligeramente húmedo. Él tomo su rostro con ambas manos y lo atrajo hacia sí. Ella relajó la rigidez de sus piernas y se volvió, arrodillándose junto a él. Entonces sus labios se rozaron de nuevo. Fue un beso breve —e impactante— como el último. |
Simplemente mágico de Mary Balogh
—¿Se ha fijado —preguntó— que vivimos buena parte de nuestra vida en el pasado y la mayoría del resto en el futuro? ¿Se ha fijado que con frecuencia dejamos que el momento presente transcurra sin apenas prestarle atención? —Hasta que se convierte en pasado —contestó él—. Entonces le prestamos atención. Sí, tiene razón. ¿Cuántos momentos presentes cree que habrá hasta que regresemos a la casa? Y, a propósito, ¿cuánto dura un momento presente? Quizá podría decirse que es infinito, eterno. —O más fugaz que un segundo —apuntó ella. |
Simplemente mágico de Mary Balogh
—Pero la mayoría de los hombres sostendrían —dijo— que el hecho de educar a los jóvenes en el peor de los casos les produce encefalitis y en el mejor les resta atractivo. O quizá he confundido lo peor y lo mejor. —Supongo —contestó ella— que esos hombres se sienten inseguros en su masculinidad y temen que las mujeres puedan eclipsarlos. Debe de ser humillante tener que preguntar a una mujer la raíz cuadrada de ochenta y uno. |
Simplemente mágico de Mary Balogh
(...) Y Whitleaf es muy hábil a la hora de flirtear sin favorecer a una dama más que otras e infundirles esperanzas que sólo pueden conducir al desengaño. En mi opinión las mujeres saben bien de qué pie cojea, y buscan marido en otra parte. Así son los hábitos y costumbres de la sociedad. —En tal caso me alegro mucho —contestó Sussanna con aspereza— de no pertenecer a la alta sociedad. Todo eso me parece muy artificial. Pero al cruzar una mirada con su amiga, al principio sonrió y luego estalló en repentinas carcajadas. —Me expreso como una seca y mojigata maestra solterona. —Pero no lo pareces en absoluto —apostilló Frances, riendo también—. Supongo que Whitleaf, el muy bribón, flirtearía también contigo de regreso a Barclay Court, y que tú respondiese con cara serie y lengua mordaz, ¿no es así? ¡Pobre hombre! Me habría encantado oírlo. Ambas prorrumpieron de nuevo en carcajadas. Quizás había reaccionado juzgando con tanta severidad se se lo hubieran presentado como el vizconde de Jones o de Smith o cualquier otro nombre que no fuera Whitleaf. —En cualquier caso —dijo—, siempre he dicho que esperaré a conocer por lo menos un duque. Un simple vizconde no es nadie. Las dos se rieron de lo absurdo de ese comentario. ¡Un simple vizconde! + Leer más |
Simplemente enamorados de Mary Balogh
—¿Me permite que le enseñe la casa? —le preguntó. —Sí, por favor. He estado esperando eso todo el día. Entonces él hizo algo terriblemente penoso, algo que no hacía desde hacía tiempo. Le ofreció el brazo derecho para que lo cogiera. Y claro, no ocurrió nada. El brazo no existía. Ella echó a caminar a su lado sin siquiera enterarse de que había hecho ese gesto. Por un instante se había olvidado de que sólo era una mitad de hombre. |
Simplemente enamorados de Mary Balogh
—¿Y es feliz la mayor parte del tiempo? —le preguntó ella. Aunque él había reconocido que se sentía solo. —¿Feliz? ¿La mayor parte del tiempo? La felicidad es siempre algo pasajero, fugaz. Nunca es una estado permanente para nadie aunque muchos perseveremos en creer la tonta idea de que si ocurriera esto o aquello seríamos felices el resto de nuestra vida. Tengo momentos de felicidad como la mayoría. Tal vez he aprendido a encontrarla de maneras que pasarían inadvertidas para algunas personas. Siento el calor del verano aquí en este momento, veo los árboles y el agua y oigo esa gaviota invisible allá arriba. Siento la novedad de tener compañía cuando normalmente vengo aquí solo. Y este momento me produce felicidad. |
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