Sin corazón de Mary Balogh
—Oh, sí. Por supuesto. Estamos en el mundo real, ¿no es cierto? Un mundo donde hay unas normas para los hombres y otras para las mujeres. A mí se me debe condenar porque al parecer no era virgen en mi noche de bodas, pero tú puedes admitir con libertad que tienes la suficiente experiencia para detectar con facilidad mi secreto. Yo debo vivir sin recueros y ligarme a ti en cuerpo y alma y mientras tú te dedicas no solo en el recuerdo, sino en la realidad, a revivir esos recuerdos. ¿Te acuestas con ella? ¿O una esposa no está autorizada a preguntar sobre tales cuestiones a su esposo?
|