Simplemente mágico de Mary Balogh
—No solo soy una mujer —dijo ella—. Soy una persona. Todas las mujeres somos personas. Si somos débiles y dependemos de los hombre, es porque hemos permitido que los hombres nos moldearan para que ofreciésemos esa imagen. Quizá los hombres se sientan bien y fuertes al vernos de esa forma. Y quizá la mayoría de las mujeres se conformen con ello. Quizá la sociedad funcione relativamente bien debido a que tanto los hombres como las mujeres nos sentimos insatisfechos con los papeles que nuestra sociedad nos ha impuesto. Pero yo me vi obligada desde muy joven a desenvolverme sola en la vida. Jamás diré que me alegro de que me ocurriera, pero sí me alegro de que las circunstancias me obligaran a vivir fuera del molde. Prefiero ser una persona completa que tan sólo una mujer, aunque ello me condene a estar sola. —No es preciso que esté sola —respondió él. —No —Ella sonrió—. Está dispuesto a casarse conmigo y a mantenerme y protegerme el resto de mi vida. Y así completaríamos el círculo. Lo siento, Peter. No pretendía soltar un discurso tan pomposo. Ni siquiera creía esas cosas hasta que las oí brotar de mis labios. Pero le aseguro que creo en ellas. |