|
|
Las mil noches y una noche de Mario Vargas Llosa
No hables nunca de lo que no te importe, si no, oirás cosas que no te gusten.
|
|
Medio siglo con Borges de Mario Vargas Llosa
El género novelesco fue menospreciado por Borges, le tenía antipatía pertinaz y definía la novela como un desvarío laborioso y empobrecedor. En novela solo se salvaban Henry James, James Joyce, Virginia Wolf, Faulkner, Hemingway y otros pocos.
|
Medio siglo con Borges de Mario Vargas Llosa
El estilo borgiano es uno de los milagros estéticos del siglo XX, un estilo que desinfló la lengua española de la elefantiasis retórica, del énfasis y la reiteración que la asfixiaban, que la depuró hasta casi la anorexia y obligó a ser luminosamente inteligente.
|
Medio siglo con Borges de Mario Vargas Llosa
Francia hizo gran caso de Borges y se interesó a su obra de manera exhaustiva, incluso la publicó en La Pleïade, Le Nirvana de los escritores reconocidos, con dos volúmenes. Paris lo descubrió en 1963 cuando dio una charla sobre Shakespeare, en un momento de su carrera donde sólo era conocido por unos happy few, incluso en su país.
|
Medio siglo con Borges de Mario Vargas Llosa
La singularidad del mundo borgiano consiste en que, en él, lo existencial, lo histórico, el sexo, la psicología, los sentimientos, el instinto, etc, han sido disueltos y reducidos a una dimensión exclusivamente intelectual. Y la vida, ese hirviente y caótico tumulto, llega al lector sublimada y conceptualizada, mudada en mito literario por el filtro borgiano, un filtro de una pulcritud lógica tan acabada y perfecta que parece, a veces, no quintaesenciar la vida sino abolirla.
|
Medio siglo con Borges de Mario Vargas Llosa
No hay en los excesos retóricos típicos del español nada de censurable, ellos expresan la idiosincracia profunda de un pueblo, una manera de ser en la que lo emotivo y lo concreto prevalecen sobre lo intelectual y lo abstracto.
|
Medio siglo con Borges de Mario Vargas Llosa
Lo revolucionario de Borges es que en su prosa hay casi tantas ideas como palabras, pues su precisión y su concisión son absolutas, lo que no es infrecuente en la literatura inglesa e incluso en la francesa, pero que, en cambio, en la lengua española tiene escasos precedentes.
|
Medio siglo con Borges de Mario Vargas Llosa
Para MVL Borges ha sido lo más importante que le ocurrió a la literatura en lengua española moderna porque para el escritor latinoamericano, Borges significó la ruptura de un cierto tipo de complejo de inferioridad que, de manera inconsciente, por supuesto, lo inhibía de abordar ciertos asuntos y lo encarcelaba dentro de un horizonte provinciano. Además que pocos escritores europeos han asumido de manera tan plena y tan cabal la herencia de Occidente como Jorge Luis Borges.
|
Medio siglo con Borges de Mario Vargas Llosa
Borges piensa que una de las riquezas de Argentina es la nostalgia: la nostalgia de Europa (la gran mayoría de los argentinos se siente « europeo », más que sudamericano), sobre todo que un europeo no puede sentir porque un europeo no se siente europeo, sino, digamos, inglés, francés, alemán, español, italiano, ruso...
|
La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa
Ni en la guerra debe haber muertos inútiles. Usted me entiende, vaya al colegio y trate en el futuro de que la muerte del cadete Arana sirva para algo.
|
Medio siglo con Borges de Mario Vargas Llosa
Del capítulo "el viaje en globo". (...) cuando están recorriendo las islas del Tigre, en una de las cuales se suicidó Leopoldo Lugones, Borges recuerda "con una suerte de agridulce melancolía que todas las cosas del mundo me llevan a una cita o aún libro". |
Historia de Mayta de Mario Vargas Llosa
Y recuerdo, entonces, que hace un año comencé a fabular esta historia mencionando, como la terminó, las basuras que van invadiendo los barrios de la capital del Perú.
|
Conversación en Princeton de Mario Vargas Llosa
Extracto de la charla con Phillipe Lancon, periodista sobreviviente al atentando islamista a la revista francesa Charlie Hebdo: PL: (...) ese día yo no podía reírme, ni siquiera sonreír-por el estado de mi cuerpo-pero para mí era muy importante hacer que los demás se rieran o por lo menos que sonrieron. Sentia que su sonrisa era un reflejo de la mía, como si la hubiera prestado, y que también era un acto de resistencia contra los que querían borrar las sonrisas de todos nuestros rostros. Yo seguía de pie, frente al presidente, sosteniendo esa charla-y me esforzaba por ser tan civilizado como me lo permitieran mis labios-, acompañado de mi cirujana. (...) el presidente pasó cuarenta minutos en mi habitación, hablando conmigo, y con mi cirujana, que es una mujer joven, bella, inteligente sima, y que además de ser una excelente doctora tiene una gran sentido del humor. Hollande quedó seducido por ella-y yo hubiera querido sonreír, pensando que incluso después de un atentado, en un cuarto de hospital, la seducción sigue siendo posible y que el presidente sigue siendo un hombre seductor. + Leer más |
La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa
Los zorros del desierto de Sechura aúllan como demonios cuando llega la noche; ¿sabes por qué?: para quebrar el silencio que los atemoriza
|
La civilización del espectáculo de Mario Vargas Llosa
Esos alumnos no tienen la culpa de ser ahoraincapaces de leer La guerra y la paz o el Quijote. Acostumbrados a picotear información en sus computadoras, sin tener necesidad de hacer prolongados esfuerzos de concentración, han ido perdiendo el hábito y hasta la facultad de hacerlo, y han sido condicionados para contentarse con ese mariposeo cognitivo a que los acostumbra la Red, con sus infinitas conexiones y saltos hacia añadidos y complementos, de modo que han quedado en cierta forma vacunados contra el tipo de atención, reflexión, paciencia y prolongado abandono a aquello que se lee, y que es la única manera de leer, gozando, la gran literatura.
|
La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa
Dudaba a veces de la trascendencia, de Dios, pero nunca de la función irremplazable del catolicismo como instrumento de contención social de las pasiones y apetitos desquiciadores de la bestia humana.
|
La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa
Yo no quería creer que hubiera traicionado a su compañero de toda la vida. Bueno, la política es eso, abrirse camino entre cadáveres.
|
La guerra del fin del mundo de Mario Vargas Llosa
El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil. Su piel era oscura, sus huesos prominentes y sus ojos ardían con fuego perpetuo. Calzaba sandalias de pastor y la túnica morada que le caía sobre el cuerpo recordaba el hábito de esos misioneros que, de cuando en cuando, visitaban los pueblos del sertón bautizando muchedumbres de niños y casando a las parejas amancebadas. Era imposible saber su edad, su procedencia, su historia, pero algo había en su facha tranquila, en sus costumbres frugales, en su imperturbable seriedad que, aun antes de que diera consejos, atraía a las gentes.
|
¿Quién escribió la saga?