Tengo que confesar que tenía un poco de miedo porque he leído opiniones muy diversas sobre esta historia, pero al final he salido con un buen sabor de boca. Dicho esto, ¡aquí tenéis mi opinión!
La sinopsis no cuenta mucho de qué va el libro, más allá de presentar al personaje principal, por lo que voy a introducir un poco cómo comienza esta historia. El plan de Will es llegar a Heaven Falls para quedarse un tiempo con su amigo licántropo, Daniel, y su familia, ya que hace mucho tiempo que no se ven. Por el camino se encuentra a una chica llamada Kate que parece tener problemas para llegar al pueblo, así que la ayuda y la lleva a casa. Cuando por fin Will llega a su destino, todos los recuerdos pasados vuelven a resurgir y lo que no sabe Will es que en ese momento es cuando comienza su aventura.
Al principio, este libro peca de introductorio y cuenta con un ritmo más bien lento, pero yo he disfrutado de todas estas pequeñas pausas y descripciones porque creo que son necesarias para poder conectar tanto con los personajes como con la ambientación. Luego, el ritmo se vuelve frenético y todo es un no parar de sucesos, revelaciones y misterio.
Tanto la trama principal como las más secundarias son interesantes, aunque tengo que admitir que algunas partes son algo predecibles. A pesar de esto, he estado muy enganchada y siempre con ganas de saber más.
Una cosa que me ha gustado es que en esta novela los vampiros y los licántropos no se odian a muerte y pueden llegar a convivir los unos con los otros. No estamos ante la típica historia de lucha entre hombres lobos y vampiros, aquí hay algo más detrás de todos los tópicos. Por supuesto, no todos los vampiros están de acuerdo con esto, pero ya sabemos que no siempre es blanco o negro, existe el gris.
Con respecto a los personajes, William es nuestro protagonista principal. Es un personaje que tiene una gran personalidad y una buena evolución, además de ser alguien especial dentro de su especie. Su pasado es un poco turbio y se descubrirá poco a poco, al igual que su verdadera identidad. Kate no ha sido santo de mi devoción, la verdad. Es un personaje femenino que no me ha aportado nada nuevo, pero actúa con coherencia, así que ha cumplido con su papel en la trama. Supongo que en la segunda parte la conoceremos un poco más y será cuando empatizaremos con ella de verdad.
La familia de Daniel es maravillosa. Por supuesto, habrá personajes que nos gusten más que otros, pero la comunidad que crean es bonita y con mucha fuerza y amor. También estarán presentes la familia de Will y los seres más queridos de Kate así que personajes hay para rato y estoy segura de que no os dejarán indiferentes. En relación con los enemigos de nuestros personajes principales, de momento no comentaré nada; os hablaré más de ellos en la reseña del siguiente título.
El romance que se crea entre ellos comienza con un pequeño instalove, aunque tampoco está mal llevado porque puedo entender esa fugaz atracción que sienten el uno por el otro. Y sí, es cierto que el cliché chico vampiro que se enamora de chica humana no es muy original, pero en este caso a mí me ha encantado. Además, la parte romántica no es el núcleo de la novela, y eso es algo que he agradecido enormemente.
El estilo narrativo de la autora me ha gustado mucho, ya que usa un lenguaje coloquial y ameno en cuanto a descripciones y diálogos. Aunque al principio la autora se tome su tiempo para hacernos entrar en la trama, en general se lee muy deprisa ya que no hay altibajos y siempre existe ese toque de misterio que nos deja con la necesidad de querer seguir leyendo. ¡Espero poder leer la segunda parte!
Destino es una primera parte de trilogía bastante interesante y que me ha sorprendido en el buen sentido, a pesar de ser un poco introductoria. Nos adentraremos en un mundo oscuro lleno de humanos, vampiros y licántropos, conoceremos a unos personajes atractivos y viviremos una historia que, si bien tira de algo popular, sabe atrapar al lector.
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