Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Tendrás que aprender algo de mi filosofía. No recuerdes del pasado más de lo que te sea grato.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Tendrás que aprender algo de mi filosofía. No recuerdes del pasado más de lo que te sea grato.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
CAPÍTULO 48 "Parecía que todo Meryton denigraba a porfia al hombre que hacía solo tres meses había sido casi un ángel de luz. (...) Todos declaraban que era el joven más malvado del mundo, y todos empezaron a descubrir que siempre habían desconfiado de su aspecto de bondad" |
Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Con todo lo desgraciado que debe de ser el caso para Lydia, podemos extraer de él una lección beneficiosa: que la pérdida de la virtud en la mujer es irrecuperable; que un paso en falso le produce la ruina inacabable; que su honra es tan frágil como hermosa; y que toda cautela es poca ante los desaprensivos del otro sexo. Elizabeth levantó los ojos con asombro, pero estaba demasiado abrumada para responder. |
Persuasión de Jane Austen
No hay prácticamente ningún defecto personal que un carácter amable no sea capaz de hacer poco a poco tolerable.
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Persuasión de Jane Austen
El tiempo había atenuado, borrado quizá, casi todo el afecto que sentía por él; pero ella había dependido demasiado del tiempo sólo; no había tenido la ayuda de un cambio de residencia (salvo una visita a Bath, poco después de la ruptura), ni había hecho ninguna amistad nueva ni ampliado el número de sus conocidos. No se había incorporado nadie al círculo de Kellynch que resistiese una comparación con Frederick Wentworth según ella le recordaba. Ningún segundo amor —única cura absolutamente natural, feliz y suficiente en esa etapa de la vida— había sido posible para el tono delicado de su espíritu, para la exigencia de su gusto, en el reducido entorno que la rodeaba.
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Orgullo y prejuicio (la novela gráfica) de Jane Austen
Hay en mí una obstinación que me impide doblegarme ante la voluntad ajena.
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Orgullo y prejuicio (la novela gráfica) de Jane Austen
No cedas ante pensamientos como ése, echarán a perder tu felicidad.
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Lady Susan de Jane Austen
Proporcionan un exquisito placer someter a un espíritu insolente y hacer que una persona predispuesta a aborrecerte acepte tu superioridad.
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Los Watson de Jane Austen
Usted piensa que nosotras siempre logramos lo que queremos. Ese es un tema sobre el que las damas y los caballeros han estado mucho tiempo en desacuerdo, pero, sin pretender resolverlo, puedo decir que existen algunas circunstancias que ni siquiera las mujeres pueden controlar.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero en posesión de una buena fortuna ha de buscar esposa.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
-Nada más engañoso que la humildad aparente- dijo Darcy-. Con frecuencia no es más que un deprecio a la opinión de los demás, y a veces es un forma indirecta de jactarse
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Usted me enseñó cuan insuficientes eran mis pretensiones para complacer a una mujer que se merece ser complacida
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Mansfield Park de Jane Austen
Al terminar la velada se marchó a la cama todavía embargada por él, con los nervios alterados por la violencia del ataque de su primo Tom, tan público e insistente, y el ánimo por los suelos a causa de las desabridas reflexiones y reproches de su tía. Llamarle la atención de esa manera, escuchar lo que no era sino preludio de algo infinitamente peor, insistirle en que hiciera algo tan imposible como tomar parte en una obra de teatro, y lanzarle luego la acusación de terquedad e ingratitud, reforzándola con una alusión a la dependencia de su situación, había sido demasiado desagradable en su momento para que perdiese importancia al recordarlo sola; sobre todo, con el temor añadido de lo que podía ocurrir por la mañana como continuación del asunto.
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Mansfield Park de Jane Austen
—Mi querida señorita Price —dijo la señorita Crawford en cuanto estuvo lo bastante cerca para hacerse oír—. Vengo a presentarle mis disculpas por haberla hecho esperar; pero no tengo absolutamente ninguna excusa; sabía que era tarde, y que me estaba portando muy mal; así que, por favor perdóneme. Como sabe, hay que perdonar siempre el egoísmo porque no tiene cura.
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Mansfield Park de Jane Austen
Edmundo era el único de la familia que consideraba una equivocación este noviazgo, y ninguno de los argumentos de su tía podía inclinarle a encontrar en el señor Rushworth un compañero deseable. Reconocía que su hermana era la mejor juez de su propia felicidad; pero no le gustaba que su felicidad se cifrara en una renta cuantiosa, ni dejaba de decirse a sí mismo a menudo, cuando tenía delante al señor Rushworth: «Si este hombre no tuviera doce mil al año, sería muy estúpido». |
Mansfield Park de Jane Austen
Asustada de todos, avergonzada de sí misma, deseosa de volver a su casa y de que la dejaran sola, no acertaba a alzar los ojos, y a duras penas conseguía hacerse oír, o contenerse para no llorar. Durante todo el trayecto desde Northampton, la señora Norris había venido hablándole de la inmensa suerte que había tenido, y de la infinita gratitud y buen comportamiento que debía mostrar; y su sentimiento de desventura aumentó al pensar que sería una perversidad por su parte no ser feliz.
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Mansfield Park de Jane Austen
—Encontraremos dificultades en nuestra empresa, señora Norris —comentó sir Thomas—, en cuanto a la oportuna distinción que habrá que establecer entre las niñas a medida que crezcan: cómo preservar en la mente de mis hijas la conciencia de lo que son, sin hacer que consideren demasiado inferior a su prima; y cómo sin rebajarla demasiado, recordarle que no es una señorita Bertram.
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Jane Austen (16 de diciembre de 1775-18 de julio de 1817) fue una novelista británica que vivió durante la