Mansfield Park de Jane Austen
—Mi querida señorita Price —dijo la señorita Crawford en cuanto estuvo lo bastante cerca para hacerse oír—. Vengo a presentarle mis disculpas por haberla hecho esperar; pero no tengo absolutamente ninguna excusa; sabía que era tarde, y que me estaba portando muy mal; así que, por favor perdóneme. Como sabe, hay que perdonar siempre el egoísmo porque no tiene cura.
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