El extraño de H. P. Lovecraft
"Pero en la vida no solo existe el veneno que enferma de amargura sino también el bálsamo que cura, y ese bálsamo es el olvido."
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El extraño de H. P. Lovecraft
"Pero en la vida no solo existe el veneno que enferma de amargura sino también el bálsamo que cura, y ese bálsamo es el olvido."
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En las montañas de la locura de H. P. Lovecraft
Radiados, vegetales, monstruosidades, embriones estrellados... Fuesen lo que fuesen ¡eran hombres!
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El llamado de Cthulhu de H. P. Lovecraft
No está muerto aquello que, eterno, puede yacer, y con extraños eones hasta la muerte puede morir. |
El llamado de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Cuando los astros estaban en posición, Ellos podían transitar de mundo en mundo por el cielo; pero si no lo estaban, eran incapaces de vivir. Sin embargo, aunque ya no vivieran, tampoco morían en realidad. Todos yacen en casas de piedra en Su gran ciudad de R'yleh.
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El llamado de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Todos perecieron una infinidad de años antes de la llegada del hombre, pero por medio de ciertas artes era posible revivirlos, cuando las estrellas hubiesen vuelto a la posición correcta en el ciclo de la eternidad.
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El llamado de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Escritura, personaje y material pertenecían a algo horriblemente remoto y ajeno a la humanidad como la conocemos: algo espantosamente sugerente de ciclos de vida antiguos y profanos de los que nuestro mundo y nuestras concepciones no forman parte.
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El llamado de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Del 28 de febrero al 2 de abril un gran número de ellos había soñado cosas muy extrañas, cuya intensidad había sido inconmensurablemente mayor durante el período delirante del escultor.
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El llamado de Cthulhu de H. P. Lovecraft
No hay cosa más piadosa en el mundo, pienso yo, que la incapacidad de la mente humana de relacionar entre sí todo lo que alberga. Vivimos en una plácida isla de ignorancia rodeada por oscuros mares de infinito, y nuestro destino nunca fue viajar demasiado lejos.
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Las ratas de las paredes de H. P. Lovecraft
Pero ni yo mismo lo recordé de inmediato; el horror absoluto tiene la facultad de disolver la memoria.
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Las ratas de las paredes de H. P. Lovecraft
Si un descendiente mostraba inclinaciones más benévolas seguramente fallecía a edad tierna y de modo misterioso para dejar sitio a otro descendiente que hiciera más honor al apellido.
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Herbert West - Carne Fresca - Lovecraft Saracino Y Otros de H. P. Lovecraft
Ya no tienes nada que temer.
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El color que cayó del cielo de H. P. Lovecraft
En aquella amplia extensión no había vegetación de ninguna clase; no había más que una capa de fino polvo o ceniza gris, que ningún viento parecía ser capaz de arrastrar.
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La llamada de Cthulhu de H. P. Lovecraft
Hay una cualidad vocal propia de los hombres y una cualidad vocal propia de las bestias; y nada más terrible que oír una de ellas cuando el órgano de donde proviene debería emitir la otra.
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Dagón y otros relatos iniciales (Edición Ilustrada) de H. P. Lovecraft
Estoy escribiendo esto bajo una tensión mental apreciable, ya que esta noche ya no existiré...'
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H.P.Lovecraft anotado de H. P. Lovecraft
No estaría traicionando al espíritu de aquella cosa si digo que mi imaginación, algo calenturienta de por sí, creía percibir en ella, de forma simultánea, las figuras de un pulpo, un dragón, y una caricatura de ser humano. Una cabeza viscosa y cubierta de tentáculos destacaba sobre un cuerpo grotesco y escamoso con unas alas rudimentarias; pero era el perfil general de toda ella lo que resultaba más espantoso.
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El color que cayó del espacio de H. P. Lovecraft
Toda la granja brillaba con el espantoso y desconocido color; árboles, edificaciones e incluso la hierba que no había sido transformada aún en quebradiza y gris.
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Hongos de Yuggoth de H. P. Lovecraft
[...] Pero ahora la noche con rapidez excesiva se aproxima, ya tocó la cima desde la que tantas veces divisé la ciudad distante. Sus agujas y tejados están allí... ¡pero miren! ¡La oscuridad se desploma sobre las callecitas tenebrosas, ésas que son más sombrías que un sepulcro! |
Hongos de Yuggoth de H. P. Lovecraft
En mi hondura onírica el gran pájaro extrañamente cuchicheaba: me hablaba del cono oscuro de los desiertos del polo, que lóbrego y a solas se yergue sobre el yermo glaciar, batido y carcomido durante eones por borrascas feroces. Allí no palpita forma alguna de existencia terrena, apenas albas demacradas y soles moribundos fulgen sobre la peña perforada, cuyo origen arcaico tratan de adivinar en sombras los Antiguos. Si lo observaran los hombres, meramente se preguntarían qué extraño capricho natural es lo que miran; mas el pájaro también mencionó sectores aun más inmensos que cavilan escondidos bajo el denso sudario del hielo. ¡Dios auxilie al que sueña con demenciales visiones que muestran esos ojos extintos, incrustados en simas de cristal! |
Fue un escritor...