Hongos de Yuggoth de H. P. Lovecraft
En mi hondura onírica el gran pájaro extrañamente cuchicheaba: me hablaba del cono oscuro de los desiertos del polo, que lóbrego y a solas se yergue sobre el yermo glaciar, batido y carcomido durante eones por borrascas feroces. Allí no palpita forma alguna de existencia terrena, apenas albas demacradas y soles moribundos fulgen sobre la peña perforada, cuyo origen arcaico tratan de adivinar en sombras los Antiguos. Si lo observaran los hombres, meramente se preguntarían qué extraño capricho natural es lo que miran; mas el pájaro también mencionó sectores aun más inmensos que cavilan escondidos bajo el denso sudario del hielo. ¡Dios auxilie al que sueña con demenciales visiones que muestran esos ojos extintos, incrustados en simas de cristal! |