"No creo que podamos cambiar el curso de los acontecimientos mientras vivamos. Pero es posible que se creen algunos centros de resistencia, grupos de descontentos que vayan aumentando e incluso dejando testimonios tras ellos de modo que la generación siguiente pueda recoger la antorcha y continuar nuestra obra."
Vamos por partes. A mí modo de ver, esta novela clásica, distópica y tan aclamada está muy bien escrita, la verdad. Un lenguaje perfecto, a pesar de aquella época, y una historia interesante que te obliga a pensar muchísimo y a relacionarlo con el hoy. Hasta ahí muy bien. Pero hasta ahí, me explico.
Un libro partido en 3 partes. La primera me ha parecido lenta, tediosa y muy aburrida. Algo que puedo llegar a entender, puesto que hablamos de un libro escrito hace más de 70 años y quizá, por el contexto, fuera necesario situar las acciones, los personajes y el lugar, pero a mí toda esa primera parte se me hizo una montaña muy empinada y me agobiaba por no avanzar como me hubiera gustado. Luego está la segunda parte y que tampoco me ha gustado mucho. Lo siento pero no me apasiona demasiado el mundo de la política, lo histórico y, a pesar de ser bastante interesante, a mí me ha vuelto a aburrir. ¿Acaso no es aburrido todo lo que huele a política? Y llegamos a la tercera parte y, por fin, se viene la acción, la cosa avanza y se viene la chicha, los sucesos, lo inesperado, las ganas de seguir leyendo. Esta última parte me ha parecido brutal y mejora muchísimo al resto del libro.
Lo más curioso y aterrador son todas esas similitudes entre la sociedad que en la obra de Orwell se presentan y el como las presiente y la sociedad que hoy día sufrimos. Me parece curioso lo próximo que puede estar el "Gran Hermano" a nuestro mundo actual: las redes sociales e Internet en general, controlados ellos entonces y controlados nosotros ahora. Todo esto hace que me sienta orgulloso, cada vez más, de mí mismo y de mis aficiones, del enorme placer de ser un disfrutón de cosas mucho más sencillas y más saludables: el deporte, la música, la soledad, el silencio, la escritura o la lectura, ahí seguro que nadie me puede controlar ni perseguir y mucho menos coaccionar en mis decisiones y pensamientos.
Mi nota (personal) es de un 7. Lo siento por la policía del pensamiento y por los que sí lo hayáis disfrutado mucho, pero quizá son este tipo de libros que no me gustan demasiado, pero para gustos los colores. Ahora a por el siguiente.
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