Tengo que decir que me conozco el musical de memoria y fue lo primero que me llevó a conseguir el libro, aún sabiendo que seguramente me iba a encontrar una historia muy diferente, dado que las adaptaciones suelen tomarse grandes libertades y en este caso no pudo ser menos. Y en verdad, parte de lo que más me ha gustado del libro es la diferencia del musical, conocer a los mismos personajes desde otro prisma muy distinto, explorar otras emociones y acciones de ellos, mientras a mi mente acudía la melodía por momentos. Además, la edición de Alma, con sus ilustraciones, ayuda a meterse en la historia, a ver a los personajes incluso cuando ya se tiene una imagen de ellos. Si algo critico es que no consiga que conecte con los protagonistas, las "victimas" del fantasma. A lo largo de la lectura tuve que parar para convencerme de que se escribió y estaba ambientado en otra época para intentar justificar el comportamiento tóxico, infantil e insoportable de Raoul, el supuesto héroe romántico. Christine también parece tener una dualidad que casi da la razón al pensamiento de Raoul, entre idealizarla y odiarla en todo momento, que termina por no convencer, dado que no queda claro si es realmente el ángel o simplemente está manipulando y jugando con los demás. Pero sin duda Erik, el Fantasma, ese ser misterioso y capaz de grandes atrocidades e ingenios, capta toda la atención cuando se hace mención a su figura, despertando la curiosidad por sus métodos, que se van desvelando en los últimos capítulos. Solo puedo decir, que si paso por París, habrá que hacer una visita a la Ópera. + Leer más |