El idiota de Fiódor Dostoyevski
A finales de noviembre, a las nueve de la mañana de un día de deshielo, el tren de Varsovia se acercaba a todo vapor a Petersburgo. (Primera parte. 1)
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El idiota de Fiódor Dostoyevski
A finales de noviembre, a las nueve de la mañana de un día de deshielo, el tren de Varsovia se acercaba a todo vapor a Petersburgo. (Primera parte. 1)
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Pobre gente de Fiódor Dostoyevski
¡Ay, amigo mío! La desgracia es una enfermedad contagiosa. Los desgraciados, los pobres, tenemos que estar apartados los unos de los otros, para no agravar la infección.
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Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
Nuestra propia infelicidad nos hace sentir más fuerte la de los demás; lejos de disiparse, el sentimiento se concentra..
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Los hermanos Karamázov de Fiódor Dostoyevski
A mi modo de ver, no hay que destruir nada, lo único que hace falta es aniquilar en la humanidad la idea de Dios, ¡ahí es donde hay que poner manos a la obra! Por ahí, por ahí hay que empezar, ciegos que nada comprendéis. En cuanto la humanidad renuncie toda ella a Dios, de por sí, sin recurrir a la antropofagia, caerá toda la anterior concepción del mundo y, lo que es más importante, toda la antigua moral, y todo será nuevo. Los hombres se unirán para tomar de la vida cuanto esta puede darles, pero eso sí, para la felicidad y la alegría en este mundo únicamente. El hombre se exaltará con el espíritu de un orgullo divino, titánico, aparecerá el Hombre Dios. Al vencer a cada hora, ya sin límites, a la naturaleza, merced a su voluntad y a la ciencia, el hombre sentirá, también a cada hora, un placer sublime, que reemplazará en él todas las esperanzas en los placeres del cielo. Cada uno sabrá que ha de morir del todo, sin resurreción, y aceptará la muerte con serenidad y orgullo, como un dios. El orgullo le hará comprender que no debe quejarse de que la vida es un instante, y amará a su hermano sin pensar en la recompensa. El amor satisfará tan solo un instante de la vida, pero ya la conciencia de su instantaneidad avivará su fuego en la misma medida en que antes se disipaba la esperanza en un amor de ultratumba e infinito.
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Los hermanos Karamázov de Fiódor Dostoyevski
Pero enamorarse no significa amar. Uno puede enamorarse sin dejar de odiar.
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Los hermanos Karamázov de Fiódor Dostoyevski
Porque ustedes, santos padres, chupan la sangre del pueblo.
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Los hermanos Karamázov de Fiódor Dostoyevski
El amor ensoñador siente el ansia de la proeza rápida, pronto satisfecha, y que todos miren a uno. Aquí se llega, en efecto, hasta el extremo de sacrificar incluso la vida, pero a condición de que eso no dure mucho, sino que se cumpla cuanto antes, como en el teatro, y que todos nos miren y nos aplaudan. El amor activo, en cambio, es trabajo y aguante; para algunos, si usted lo quiere, es una verdadera ciencia.
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Los hermanos Karamázov de Fiódor Dostoyevski
Porque somos unas naturalezas amplias, karamazovianas, capaces de compaginar todo género de contradicciones y, al mismo tiempo, contemplar los dos abismos, el abismo que se abre sobre nosotros, el abismo de los ideales supremos, y el abismo que se abre bajo nosotros, el abismo de la caída más baja y hedionda.
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Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
¡Díos mío! ¡Todo un minuto de felicidad! ¿Acaso es poco para toda una vida humana?
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Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
Sí, cuando somos desgraciados, sentimos más la desdicha de los otros; el sentimiento no se divide, sino que se concentra.
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Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
"¿dónde están tus sueños?!. Y meneas la cabeza y te dices: "¡Qué rápido pasan los años!". Y de nuevo te preguntas: "¿Y qué has hecho tú con tus años? ¿Dónde has enterrado tu mejor época? ¿Has o no vivido? Mira - te dices-, mira, en el mundo empieza a hacer frío".
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Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
-¡Oh!, lo ha adivinado a la primera!- respondí yo encantado de que mi muchacha fuera inteligente: esto es algo que, si hay belleza, nunca molesta.
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Los hermanos Karamázov de Fiódor Dostoyevski
Pero no es un simple asesinato, ¡sino un parricidio! Y esto impone hasta el punto de que, hasta en la cabeza más imparcial, la nimiedad y la falta de pruebas de los hechos inculpatorios ya no es tan nimia y ya no faltan pruebas. Porque ¿cómo absolver a un acusado así? ¿Y si es el asesino y queda impune? Esto es lo que todos sienten en su corazón casi involuntariamente, por instinto.
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Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
En las pestañas negras todavía le brillaban las lágrimas por el susto reciente o por la pena sufrida, no lo sabía. Pero en sus labios brotaba ya una sonrisa.
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Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
un soñador no es una persona, ¿sabe?, sino una criatura de género neutro. Habita mayormente en un rincón inaccesible.
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Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
seguro que vengo mañana aquí, justo aquí, a este mismo lugar, justo a esta hora, y seré feliz recordando el día de ayer.
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Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
¿Por qué no decimos lisa y llanamente lo que tenemos en el corazón si sabemos que no son palabras lanzadas al viento? Y no que todos tenemos una mirada más severa de como es en realidad; pareciera que todos temieran ofender sus propios sentimientos si los muestran muy pronto...
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La sumisa de Fiódor Dostoyevski
Al principio ella discutía, ¡y de qué modo! Luego empezó a callar, e incluso a no decir absolutamente nada.
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Gregorio Samsa es un ...