Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
-¡Oh!, lo ha adivinado a la primera!- respondí yo encantado de que mi muchacha fuera inteligente: esto es algo que, si hay belleza, nunca molesta.
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Noches blancas de Fiódor Dostoyevski
-¡Oh!, lo ha adivinado a la primera!- respondí yo encantado de que mi muchacha fuera inteligente: esto es algo que, si hay belleza, nunca molesta.
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