Té tota la raó. Les veritats a mitges no tenen cap valor. Només en tenen les senceres.
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Té tota la raó. Les veritats a mitges no tenen cap valor. Només en tenen les senceres.
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Jo, personalment, trobo més digne que una dona segueixi el seu instint, lliurement i apassionadament, que no pas que, com és habitual, enganyi el marit als seus braços i amb els ulls clucs.
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"Porque aquella noche luché con un hombre para salvarle la vida, y esa lucha, lo repito, era a vida o muerte. Vividamente percibí a través de mis nervios que aquel desconocido, viéndose perdido definitivamente, se disponía, con la avidez y angustia de un condenado a muerte, a buscar aún un último auxilio. Se asía a mí como quien ve ya el abismo a sus pies. Y yo concentré todas mis energías para poder salvarle. Horas así no se viven quizá sino una única vez en la vida, y entre millones de personas sólo una se encontrará en circunstancias parecidas. Sin esa horrible casualidad, tampoco yo hubiera sospechado nunca con cuánta avidez, con cuánta desesperación, con cuán desalada furia, un hombre que se sabe perdido se afala todavía en chupar una vez más las rojas gotas de la vida; alejada hacía veinte años de las fuerzas demoníacas de la existencia, nunca hubiera comprendido cuán magnífica y fantásticamente la naturaleza junta muchas veces el calor y el frío, la muerte y la vida, la alegría y el dolor en unos breves momentos". "Ningún escultor, ningún pintor, ni Miguel Angel, ni Dante, me habían hecho sentir nunca tan angustiosamente el gesto de la extrema desesperación, de la extrema miseria de este mundo, como aquel hombre, vivo aún, que se dejaba azotar por los elementos, demasiado abatido, demasiado destrozado para intentar un solo movimiento y guarecerse de ellos". + Leer más |
"Ningún escultor, ningún pintor, ni Miguel Angel, ni Dante, me habían hecho sentir nunca tan angustiosamente el gesto de la extrema desesperación, de la extrema miseria de este mundo, como aquel hombre, vivo aún, que se dejaba azotar por los elementos, demasiado abatido, demasiado destrozado para intentar un solo movimiento y guarecerse de ellos". "Porque aquella noche luché con un hombre para salvarle la vida, y esa lucha, lo repito, era a vida o muerte. Vividamente percibí a través de mis nervios que aquel desconocido, viéndose perdido definitivamente, se disponía, con la avidez y angustia de un condenado a muerte, a buscar aún un último auxilio. Se asía a mí como quien ve ya el abismo a sus pies. Y yo concentré todas mis energías para poder salvarle. Horas así no se viven quizá sino una única vez en la vida, y entre millones de personas sólo una se encontrará en circunstancias parecidas. Sin esa horrible casualidad, tampoco yo hubiera sospechado nunca con cuánta avidez, con cuánta desesperación, con cuán desalada furia, un hombre que se sabe perdido se afana todavía en chupar una vez más las rojas gotas de la vida; alejada hacía veinte años de las fuerzas demoníacas de la existencia, nunca hubiera comprendido cuán magnífica y fantásticamente la naturaleza junta muchas veces el calor y el frío, la muerte y la vida, la alegría y el dolor en unos breves momentos". + Leer más |
¿Usted no encuentra, pues, odioso, despreciable, que una mujer abandone a su marido y a sus hijas para seguir a un hombre cualquiera, del que nada sabe, ni siquiera si es digno de su amor?
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Puede usted creer a esta mujer de edad avanzada cuando afirma que no hay cosa más insoportable que pasar toda la vida obsesionada por un solo punto, por un solo día de su existencia. (Pág. 25)
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¿Usted no encuentra, pues, odioso, despreciable, que una mujer abandone a su marido y a sus hijas para seguir a un hombre cualquiera, del que nada sabe, ni siquiera si es digno de su amor? ¿Puede usted realmente excusar una conducta tan atolondrada y liviana en una mujer que, además, no es ya una jovencita y que siquiera por amor a sus hijas hubiese debido preocuparse de su propia dignidad?
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises