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Críticas sobre Thérèse Raquin (23)
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Soniagh
 15 January 2023
Therese Raquin ha sido mi primer Zola, pero os diré algo: no será el último. Porque si hay un autor capaz de mostrarte sin pudor realidades tremendas, envolverte en la historia que propone, hacer un perfecto retrato psicológico de los personajes transmitiéndote sus miserias y convirtiéndote en un silencioso espectador de su decadencia, ese es Zola.

Thérèse, es una joven bondadosa y sumisa que al quedar huerfana es acogida en casa de su tía Mme. Raquin, cuya infancia ha transcurrido encerrada allí con la única compañía de su tía y de su primo Camille, al que su madre adora. Así las cosas, cuando al pasar de los años Mme. Raquin maquina un matrimonio entre Thérèse y su hijo, Thérèse acepta, resignada a una vida aburrida y anodina. Hasta que un día se cruza en su camino Laurent, un antiguo amigo de la familia, que llega a sus vidas para ponerlas patas arriba y con el que la joven inicia una relación amorosa.

La de estos dos amantes es la historia de amor más turbia que he leído. Dos personas que sucumben a sus pasiones, cometiendo actos atroces y con quienes compartí sentimientos y sufrimiento mientras me sentía inexorablemente arrastrada hacia su espiral de maldad, culpabilidad y tormentos…

Una novela muy intensa, con una tremenda calidad literaria y de una ejecución perfecta, que aterra y cautiva a partes iguales; con unos protagonistas detestables y sobrecogedores, de la que, a pesar de desarrollarse en una atmósfera lúgubre e incluso agobiante, me han conquistado su lenguaje poético y la magistral capacidad de mostrar y transmitir la parte más oscura del ser humano, sus emociones y delirios.







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Kan
 29 September 2023
Zola es de esos autores de los que has oído hablar pero nunca te has decidido a leer hasta que llega un momento en todo lector, en el que miras la estantería y dices, llegó la hora, mi hora, voy a leer a Emile Zola.
Tengo varios libros, pero he visto y escuchado que la novela idónea para empezar con el autor es esta. Yo no sé si es la mejor o la peor, pero he decir que a mí, personalmente, me ha impactado y puedo decir desde ya, que Zola me ha cautivado.
Therese es una niña que tras el fallecimiento de su madre queda a cargo de su tía la cual tiene un hijo enfermizo llamado Camille. No es fácil la convivencia con una tía protectora y estricta en un ambiente de enfermedad, medicinas (que ella misma tomada estando sana) y una soledad tan silenciosa que apenas sí habla. Con el paso de los años y dejando de ser unos niños, a su tía se le ocurre que la mejor opción para su comodidad y su instinto de sobreprotección, es que Camille y Therese se casen. Y así lo hacen porque ella es incapaz de oponerse aunque lo desee con sus fuerzas. Tras esto, deciden mudarse a París donde su tía encuentra un mercería en un pasadizo, oscura y deprimente como sus propias vidas y sin más vida que lo pasa antes sus ojos sin poder hacer absolutamente nada para remediarlo. Toda su triste vida cambia con la aparición de Laurent, el mejor amigo de Camille con el que empieza una turbia historia de amor y odio, en el que Camille es su principal estorbo.

Aquí no nos encontramos una trama normal que nos cuenta una historia donde sucede algo, se desarrolla y luego termina mal o bien pero termina. Aquí tenemos una historia, sí, pero donde lo que prima, más que los hechos que se narran, es la actitud de los personajes ante esos hechos. Hasta donde puede llegar la degradación humana, los remordimientos por los actos cometidos y los malos pensamientos convertidos en fantasmas que no dejan de torturarlos. Todo esto escrito de una manera envolvente, que te atrapa y te atormenta a partes iguales. He de reconocer, que una vez sucedidos todos los hechos, la desidia, el odio y la agonía por parte de los personajes principales se alarga demasiado para mi gusto, no interfiere en lo bien escrita que está, en una historia fascinante con unos personajes difíciles de olvidar con un final que pese a esperado, es de la mejor forma en la que puede acabar esta maravillosa novela.

No va a ser mi último Zola, ya estoy mirando cuál leer.
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Edd62
 29 November 2021
Esta novela es perversa.
Perversamente naturalista. El autor parece solazarse en las descripciones, sobre todo las mas bajas y execrables
Perversamente psicológica, los personajes corresponden con su origen, su entorno, ocultan y fingen, engañan y se arrepienten.
Perversamente destructiva, retrato fiel de la naturaleza humana.
Perversamente bien escrita.
Co unos pocos personajes principales ( 4) Zolá desarrolla un perverso drama donde lo más dramático son las situaciones que empujan a los personajes al límite. Arrastran, lastiman, dañan se arrepienten, se justifican, se entregan a las pasiones mas bajas, la culpa la que termina predominando.
Therese, destinada a no ser nadie, desde su oscuro nacimiento, es entregada a su tía, viuda y con un hijo enfermizo, Camille, se trasladan a uno de los mas deprimentes barrios de Paris, establecen una mercería, entablan unas pocas amistades, Camille y Therese se casan, su oscura vida se ilumina con ciertas reuniones semanales, donde Teresa conoce a Laurent. Se hacen amantes. Cometen un crimen, del cual solo el gato “Francois” se entera.
Sin Camille de por medio, se casan, pero el deseo y la pasión, falsos remedos del amor dan paso a la culpa y el remordimiento, a la agresión, a la violencia, .
Therese Raquin, a pesar de la crítica negativa en su época, es indudablemente una historia que atrapa, que se mete en el alma para inquietar, para causar desasosiego, lectura incómoda definitivamente.
Pero algo tiene que le ha valido tantas representaciones tanto en pantalla , teatro. Ópera.
Aquí no vale la comparación entre libro y representaciones, aquí solo cabe entender los más oscuros aspectos del ser humano, sus causas y consecuencias, tal como Zolá los concibió.
Si eso es obsceno, la humanidad entera lo es
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Inquilinas_Netherfield
 20 November 2019
"Las inquilinas de Netherfield" nació con la conciencia tan clara de dar a conocer obras y autores clásicos poco conocidos por estas tierras que muchas veces me doy cuenta de que apenas hay presencia en Netherfield de clásicos universales (o al menos de esos que sí están reconocidos como tales). Eso a pesar de que, si os soy sincera, algunos los he leído o releído desde que nació el blog, pero luego no os los he traído aquí: no me da tiempo a hablar de todo lo que leo, así que se han quedado sin reseña y he preferido que ese hueco lo ocupase un clásico menos renombrado. Por la causa que sea, a Thérèse Raquin sí he querido darle sitio en el blog, y no deja de tener su gracia porque no tengo ni idea de cómo reseñarlo. No hay palabras que yo consiga escribir, ideas que intente transmitir, que puedan acercarse ni remotamente a la complejidad tanto psicológica como documental que Émile Zola alcanzó en esta historia.

Siendo una niña, y tras quedarse huérfana de madre, Thérèse queda al cuidado de su tía, la señora Raquin, quien vive junto a su hijo Camille en una casita a orillas del Sena. Camille es un niño enfermizo y la señora Raquin una madre sobreprotectora y agobiante en sus cuidados, y así, en un ambiente repleto de enfermedad, medicinas y quietud silenciosa, compartiendo cama con su primo, crece Thérèse... y cuando ambos tienen la edad suficiente, a la señora Raquin le parece lo más normal del mundo que se casen. Y cuando Camille decide que debe ganarse la vida y salir de la sobreprotección perpetua en la que le tiene enclavijado su madre, se mudan a París sin más demora. Y allí, tras el mostrador de una mercería oscura, lóbrega y deprimente situada en un callejón de paso oscuro, lóbrego y deprimente, Thérèse se resigna a ver la vida pasar ante sus ojos.

Pero no os he hablado de Thérèse... Thérèse es una muchacha de salud de hierro a la que han criado como si padeciese la misma enfermedad de su primo. Obligada a tomar medicinas que no necesita, a vivir en un perpetuo silencio, a no hacer ruido, a reprimir emociones... se ha convertido en una mujer fría, callada, que pasa por la vida a hurtadillas mientras por dentro le comen el fuego, la pasión y la energía. Es una actriz consumada a la espera de que algo, o alguien, le haga salir de su guarida, y ese alguien será Laurent, el mejor amigo de Camille. Los dos comienzan una relación adúltera en la que Thérèse será al fin ella misma y Laurent se dejará llevar por una pasión que ninguna mujer le había entregado antes así. Pero amarse a escondidas pronto se les quedará pequeño, y sus miradas se dirigen hacia Camille... el pusilánime y ridículo Camille... sería tan fácil deshacerse de él y poder amarse libremente...

Aunque no se sepa nada sobre la intencionalidad con la que fue escrita, Thérèse Raquin se disfruta como lo que es, una grandísima novela en la que el lector asiste a la degradación progresiva de dos personajes que primero se ahogan en el adulterio, que creen que conseguirán respirar mucho mejor tras cometer un asesinato y que, en cambio, lo único que encuentran es su perdición, una perdición que no vendrá de la persecución policial ni de las sospechas de su crimen, sino de sus propias mentes, unas mentes que les hace prisioneros de su acto y que no solo les hunde en aparentes remordimientos, sino en un torbellino de emociones, miedos, pasiones, desconfianzas y alucinaciones que son incapaces de gestionar y que irá acabando con ellos poco a poco. En esta novela da igual que sepáis que se comete un asesinato y quién es el asesinado, porque el asesinato es solo el medio que usa el autor para llevarnos donde realmente quiere llevarnos: al estudio de la naturaleza de unos asesinos que, tras cometer un crimen, se hunden en la irracionalidad devorados por sus propios instintos. Y eso me lleva al inicio de este párrafo: Thérèse Raquin fue escrito con una intencionalidad muy concreta más allá de contarnos una historia.

Antes de seguir, y por si alguno de vosotros se salta la sinopsis cuando lee las reseñas, os repito aquí un fragmento de ella porque reproduce algunas palabras del propio Zola sobre el libro, y sinceramente creo que él, en un párrafo, lo dice todo, absolutamente todo lo que podréis encontrar en Thérèse Raquin, algo que yo no puedo soñar con explicar en mil párrafos míos:

«...pretendí estudiar temperamentos y no caracteres. En eso consiste el libro en su totalidad. Escogí personajes sometidos por completo a la soberanía de los nervios y la sangre, privados de libre arbitrio, a quienes las fatalidades de la carne conducen a rastras a cada uno de los trances de su existencia. Thérèse y Laurent son animales irracionales humanos, ni más ni menos. Intenté seguir, paso a paso, en esa animalidad, el rastro de la sorda labor de las pasiones, los impulsos del instinto, los trastornos mentales consecutivos a una crisis nerviosa.»

Zola se vio en la necesidad de explicar la finalidad del libro en un prólogo posterior a la primera edición porque, en un inicio, sin esas explicaciones, fue acogido como una depravación obscena digna de ser quemada en la hoguera. ¿Por qué? Porque los así llamados remordimientos no son tales. Thérèse y Laurent son malas personas, y punto. de principio a fin, desde que deciden cometer un asesinato consecuencia de su adulterio hasta el final de la obra. No se arrepienten de lo que hicieron, no tienen corazón ni alma. Lo que les lleva a los infiernos, por tanto, no es la mala conciencia, sino en un primer momento sus instintos y pasiones naturales, y después la inestabilidad mental que se apodera de ellos provocada por el estrés de la situación, a la que intentan engañar con mil triquiñuelas que no les sirven de nada. Zola se propuso estudiar el comportamiento de estas dos personas con una aproximación que él mismo definió como científica que hace que este libro esté considerado como el primero que puede incluirse dentro del movimiento naturalista (y de ahí su importancia en la historia de la literatura).

No es mi intención explicar aquí a fondo en qué consiste el naturalismo, se puede encontrar mucha información en internet si se busca, pero para comprender Thérèse Raquin adecuadamente sí que es conveniente entender que Émile Zola fue su máximo representante, y que ese prólogo del que os hablo en el párrafo anterior, al que pertenece el fragmento que también incluyo arriba, precisamente sentó los principios y fundamentos teóricos del movimiento (altamente emparentado con el realismo), cuya intención era, a muy grandes rasgos, la de documentar la realidad en todos sus ámbitos de una manera objetiva e irrefutable. Algunos de esos fundamentos precisamente dicen que los instintos, las pasiones y el entorno pueden regir la conducta humana (principios del determinismo), y que las inclinaciones naturales no pueden ser controladas. Ahí es donde se asientan las bases de Thérèse Raquin.

Así que lo que, considerado de manera superficial, puede parecer "solamente" una historia de adulterio, pasiones, asesinato y locura, realmente es un experimento escrito con la curiosidad de un científico en el que el argumento solo es la excusa para diseccionar los mecanismos que articulan al ser humano. Por eso el estilo del autor en ningún momento es florido, retórico ni se anda por las ramas; al contrario, cual investigador en su laboratorio saca a los personajes de sus jaulas y experimenta con ellos, inyectándoles pasiones de todo tipo, instintos primarios, miedos, desequilibrios... y los sitúa en un entorno controlado en el que no cabe voluntad alguna por parte de los protagonistas. No tiene misericordia con ellos, no les otorga una conciencia que no tienen... simplemente les deja ser ellos mismos, les permite reaccionar acorde a su naturaleza, examina su comportamiento bajo todas esas condiciones y anota los resultados sobre las páginas.

Y ese resultado, creedme, es una joya de la literatura. Porque aunque Zola tuviera en mente un fin muy superior al que se le presupone a una novela, el lector lo que se encuentra es un pormenorizado estudio del temperamento humano y su interacción con el entorno y sus semejantes: Thérèse es nerviosa y pasional, Laurent es visceral y carnal, y en base a unas naturalezas tan diferentes el lector conoce cada pensamiento, cada inquietud, cada temor, cada intento de engañarse a sí mismos o a los demás, sin idealismos ni escudos que amortiguen lo que realmente son. En cierto modo, y si se lee con perspectiva, es fácil entender por qué levantó las ampollas que levantó en el momento de su publicación. Zola no esconde nada, no atempera nada, y sus dos personajes principales son como son. Son lo que son. Y así quedan retratados ante el lector.

A todo esto, no he hablado de la señora Raquin en toda la reseña... la señora Raquin está en la novela, no se ha ido a ninguna parte. Pero su destino, su papel en la historia, debe ser descubierto con el transcurrir de las páginas, no antes. Zola le tiene reservado su propio engranaje en toda esta maquinaria.

Thérèse Raquin, huelga decirlo, es de esos clásicos que hay que leer al menos una vez en la vida, y apreciarlo no solo como el estudio del temperamento humano que su autor quiso que fuera, sino como la obra maestra de la literatura que también es. Todo lo que yo os pueda contar es poco, el estudio que hace el autor de los humanos como seres irracionales esclavos de sus instintos y pasiones es tan profundo, intrincado y efectivo que hay que leerlo para llegar siquiera a atisbarlo. Es de esas historias que ya no se olvidan, que buscan un hueco en la psique del lector y ahí se quedan... de esas historias que si os preguntan veinte años después de qué iba, qué pasaba, cómo terminaba, os aseguro que os acordaréis sin lugar a dudas.
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
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MayteRatitadebiblio
 06 July 2022
Extraña maravilla es cuando me topo con una novela de 10, con la perfección en forma escrita, y encima acontece de forma casual. Mi primer acercamiento a Zola se ha hecho esperar demasiado tiempo y lo que me he arrepentido. Therese Raquin, cuarta novela del autor, publicada en 1867, es ideal para iniciarse en el universo Zola, una novela sencilla, pero con gran profundidad, tanto en la psique de los personajes como en el fiel reflejo de los más bajos y animales instintos que anidan en cada uno de nosotros.

Therese vive en el París más urbano pero más miserable, lleva una vida anodina junto a su primo y su tía regentando una pequeña mercería en un barrio suburbial. Pero esta vida no le gusta a Therese, ella es puro fuego, y pura pasión, y sólo ansía la experiencia de vivir. En este entorno conocerá a Laurent, que llegará como un vendaval a su vida para sacar su lado más irracional y animal y marcar los designios de su existencia. La profundidad de los personajes, el ahondamiento en su psique, los ambientes sórdidos y crudos, una historia que os dejará sin respiración y un final, sublime, de los mejores con que me he topado en literatura, creo que son argumentos suficientes para que no dejéis escapar por más tiempo esta historia. Escabrosa, obscena, morbosa, macabra en ocasiones, un dardo envenenado contra la moral y el buen estar literario predominante en la época.

Interesante también es el prólogo a la novela que aparece a partir de la segunda edición, prólogo que os recomiendo no leer hasta el final si queréis ir totalmente vírgenes a la historia, pero un placer para leer a posteriori. En él, Zola, tachado de obsceno por esta novela llegando a llamársele incluso “literatura pútrida”, se revuelve en un soliloquio magistral, dando explicaciones sobre el porqué de la historia, sus intenciones, y sentando las bases del naturalismo como movimiento literario cuya premisa es el fiel reflejo de la realidad, tanto en sus detalles más agradables como en aquellos más vulgares o sórdidos. Hace poco os hablaba de Pardo Bazán, uno de los exponentes del movimiento en España y para mí, ha sido un placer poder disfrutarlos juntos en el tiempo y comparar experiencias. Un 10 ❤️
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Airunneko
 31 May 2022
♥️ 𝘊𝘪𝘵𝘢𝘴

«𝘌𝘯 𝘛𝘩𝘦𝘳𝘦𝘴𝘦 𝘙𝘢𝘲𝘶𝘪𝘯 𝘱𝘳𝘦𝘵𝘦𝘯𝘥𝘪 𝘦𝘴𝘵𝘶𝘥𝘪𝘢𝘳 𝘵𝘦𝘮𝘱𝘦𝘳𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘺 𝘯𝘰 𝘤𝘢𝘳𝘢𝘤𝘵𝘦𝘳𝘦𝘴»
«…𝘢 𝘭𝘢𝘴 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢𝘴 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘭𝘪𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘯𝘦𝘤𝘦𝘴𝘪𝘵𝘢𝘯, 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘷𝘦𝘳 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘤𝘭𝘢𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥, 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦 𝘭𝘦𝘴 𝘦𝘯𝘤𝘪𝘦𝘯𝘥𝘢 𝘶𝘯 𝘧𝘢𝘳𝘰𝘭 𝘦𝘯 𝘱𝘭𝘦𝘯𝘰 𝘥𝘪𝘢»


Con esta historia tuve tanto enganche, que lo leí en un día, con eso ya digo mucho.

Es una joya de libro, una historia brillante, desde la primera página hasta la última.
Al acabarlo, ya estaba planeando la siguiente lectura de Zola.
Lo mejor es como profundiza en la psicología humana y el análisis que hace de los personajes y sus vivencias.
También es perturbador ver como se degradan los sentimientos y se pasa del amor al odio en nada.

Émile Zola está considerado como el padre del naturalismo (que se basa en representar de forma cruda y cruel la verdad, desde la manera mas sutil hasta la mas vulgar y de forma muy detallada), en el prólogo de esta edición hace un resumen de este estilo literario. Y os aconsejo leerlo al finalizar la novela.

En su día, los periódicos, editoriales y críticos literarios tacharon esta novela como: “apestosa basura”

♡ ᴛʀᴀᴅᴜᴄᴄɪᴏɴᴇs mas aconsejadas:
Maria Teresa Gallego Urrutia, editorial Alba
Mauro Armiño, editorial Siruela
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efimerabonhomia
 27 May 2022
En la búsqueda de la investigación de los comportamientos humanos, entendiendo esto como una indagación científica; Zola nos narra una historia donde nuestra protagonista indiscutible, Thèrése, es una mujer que vive en el fondo de su alma. Mostrando una apariencia tranquila y sosegada, Thèrése guarda en su interior la llama de la pasión que la va consumiendo al no salir al exterior e intentar mostrarse siempre como un ser humano aburrido, como quiere su tía que la ha criado, Madame Raquin, y su buen marido, Camille. 
Entre uno de los baches del libro encontramos a otro personaje, Laurent, un hombre que también desea saciar su instinto animal. Es ahí cuando nos podemos dar cuenta de los tildes naturalistas de la novela: personajes mundanos de clase baja, se comportan como animales humanos, están mezclados entre las situaciones de la vida como si se trataran de pinturas... Pero no sólo eso hace que Thèrése Raquin pertenezca al naturalismo, yendo más allá entramos en la subcategoría de realismo donde el personaje principal denota un comportamiento completamente histriónico y fuera de sí que hace que las alucinaciones, cavilaciones, pensamientos y sensaciones se hagan reales. 
Thèrése Raquin es un libro brillante, de esos que de principio a fin y con pocos personajes crea una historia donde la voz narrativa es clave para que el lector vaya sacando sus propias conclusiones. Lo que hace más brillante al libro son las constantes alegorías y simbolismos que pintan el relato como si fuese una obra de arte que vas a visitar a un museo. Esa escena final, ese desenlace totalmente macabro donde te parece que observas ante ti un cuadro renacentista de colores ocres. Un vívido ejemplo de que la literatura tiene vida. 
Si hay algo que he aprendido de este libro es que los deseos ocultos y evitar ser quien somos hace que tengamos siempre un desenlace fatal con respecto a nuestra salud mental. Nuestros sentimientos afloran, nos llevan por caminos que deseamos explorar y cuando llegamos a ellos entonces la voz de los que estabas siendo pero no querías vuelve hacia ti para detenerte de nuevo en el raciocinio de los acontecimientos. Thèrése Raquin es, al igual que Anna Karenina y Emma de Madame Bovary un ejemplo de que las mujeres hemos sido retratadas a lo largo de la historia como personas sin deseos pero que en el fondo cuando nos dejamos llevar por ellos estos nos consumen y nos hacen delirar. Un invento más que nos ha llevado a la opresión de nuestra sexualidad, opiniones y personalidad. 
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MJMC
 26 June 2023
¡Qué maravilla! El autor nos plantea una historia truculenta, unos personajes grandiosos y un ambiente asfixiante.

Este clásico, relativamente corto trata temas como el deseo, la pasión, la culpa, el odio, la desconfianza, su forma de tratarlo es directa, sin sutilezas, casi podemos oler el ambiente...

De la trama mejor decir apenas pinceladas, porque es magistral la forma en que se desarrolla, dejándote sin aliento, con el corazón encogido y sería una pena desvelar más para los que no sepan nada de ella.

Una viuda anciana, la señora Raquin, ( cincuenta y pico, que bochorno! pero en aquella época se era una anciana con esa edad) tiene un hijo con una salud muy mermada desde la infancia, y acoge a una sobrina huérfana, plena de salud y energía. Viven en el campo pero la viuda decir volver a París para regentar una mercería y así darle un futuro a ambos. Therese y Camille se crían juntos como hermanos y a medida que van creciendo la anciana señora piensa que sería mejor para todos... creo que es mejor no decir nada más.

Hay que leerla, hay que leer a Zola, padre del naturalismo, a esta novela le acompaña un prólogo del propio autor que fue atacado por críticos y compañeros de profesión, tachando la novela de pornográfica, soez y morbosa. En este prólogo magistral, se defiende y sus argumentos son las bases del naturalismo. En ellas explica cómo y por qué escribió ésta novela.
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Tontoelquenolea
 03 September 2022
Hace mucho tiempo que tenía ganas de estrenarme con Émile Zola y, si os soy sincera, “Thérèse Raquin” no era el libro que más me llamaba la atención para hacerlo. Sin embargo, creo que ha sido la mejor manera de acercarme a él.

Una novela que me ha resultado electrizante, adictiva, intensa, asfixiante… Zola te introduce de lleno en el ambiente oscuro y lúgubre de la mercería en la que tiene lugar casi toda la trama, sumergiéndote en una atmósfera de pasiones, lujuria, remordimientos, terrores… haciéndote pasar, en ocasiones, incluso miedo.

Una historia que atrapa desde el inicio hasta el final, aunque debo reconocer que ha habido alguna parte, sobre todo previo a encarar el desenlace, que me ha resultado un poco fuera de lugar, dándome la sensación de que perdía en cierta manera el aire del resto de la historia, cosa que pasa a un segundo plano gracias a ese final tan espectacular que tiene.

El estilo de Zola me ha resultado tan fluido y ligero que se me hacía difícil encontrar el momento de parar, es una novela que te pide saber más, que crea la necesidad de desenredarlo todo para poder “descansar” y respirar por fin.

Una obra en la que sin duda destacan los personajes, perfectamente definidos, vivos y para nada planos, la ambientación y la atmósfera. La degradación moral de los personajes se va haciendo palpable a través de una prosa asfixiante y angustiosa, bella pero natural, que atrapa y cala hondo.

Como he dicho antes, creo que ha sido la forma perfecta de acercarme a este autor, pues no solo me ha sorprendido la historia, sino lo fácil que me ha resultado leerla y disfrutarla.
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Madamemim83
 18 April 2023
𝐓𝐇𝐄𝐑𝐄𝐒𝐄 𝐑𝐀𝐐𝐔𝐈𝐍 𝐝𝐞 𝐄𝐦𝐢𝐥𝐞 𝐙𝐨𝐥𝐚-
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En su afán de reproducir la realidad de la sociedad humana con el mayor grado de detalle, tanto en sus aspectos más sublimes, como en los más despreciables, Émile Zola escribió 'Thérèse Raquin', la que se considera la primera novela naturalista, y que partiendo de un trágico suceso de la época, acabó convirtiéndose en una novela más extensa.
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La protagonista indiscutible de la historia es Therésè, una mujer joven, que debido a la educación recibida por su tía, Madame Raquin, y a la compañia desde su infancia, de su enfermizo primo Camille, vive condenada a una existencia monótona, en la que mantiene las formas con una apariencia tranquila, pero guardando en su interior, el fuego de la pasión.
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Camille acaba convirtiéndose en el marido de Thérèse, y cuando aparece en escena, un amigo de este, llamado Laurent, y caracterizado por tener los instintos más primitivos, bien despiertos; los acontecimientos derivarán en una historia de pasiones irreprimibles, tragedias, y remordimientos.
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La publicación de esta novela tuvo una gran repercusión en la sociedad francesa del momento, y muchos la calificaron de inmoral, y de 'literatura pútrida', ya que en ella el autor muestra la naturaleza humana más irracional, explorando en ella los pensamientos, comportamientos, y motivaciones de los personajes.
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Personalmente me ha parecido una novela muy brillante, tanto en su estilo, tan ágil y actual, como en su oscura y lograda ambientación. Una lectura muy única que me ha fascinado, y que se convierte sin duda, en lo mejor que he leído, en este año.
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