"Cuando no hay esperanza para el futuro, el presente se tiñe de una infame amargura". 'Thérèse Raquin' Émile Zola 1867 Alba Editorial, 2022 (3a. ed.) 324 páginas Trad.: M. Teresa Gallego Thérèse es una joven que vive con su tía y su primo Camille, un muchacho enfermizo y sobreprotegido por su madre. Los tres habitan en el piso superior de una mercería que regentan las dos mujeres, ubicada en el lúgubre pasadizo de le Pont-Neuf. El ambiente de sobreprotección y control en el que ha crecido, obligada a vivir casi en silencio y a reprimir emociones, ha convertido a Thérèse en una chica dócil, callada y sumisa, al menos en apariencia. Thérèse y Camille se casan y llevan una vida insulsa hasta que aparece en escena Laurent, un antiguo amigo de Camille, que despierta en Thérèse la fiera que hasta ese momento dormía en su interior. Ambos comenzarán una relación adúltera que dará pie a los hechos que se desarrollan en la novela, y que nos conducirá por una trama que se desarrolla de una forma tan escalofriante que llega a poner el vello de punta. Su publicación en 1867 supuso un gran escandalo. La novela fue tildada de inmoral, de "literatura pútrida" y de "apestosa basura", por sus "escenas colmadas de obscenidad". En el prólogo de la segunda edición, Zola se defiende de estas críticas feroces que provocó la novela aportando unos argumentos que sentarán las bases de lo que será el movimiento literario naturalista. El autor francés acusa en este prólogo (que recomiendo leer al final ya que contiene algún spoiler) a los críticos de no haber entendido una obra que fue concebida y escrita con "una meta científica". Zola no tenía en mente la moralidad, sino explicar lo que veía a su alrededor. No voy a extenderme demasiado acerca del movimiento naturalista, pero a grandes rasgos, lo que pretende el naturalismo es documentar y reproducir la realidad tal cual es y de forma rigurosa, objetiva y científica. Influenciada por la filosofía del determinismo, defiende que la conducta humana está controlada por las pasiones, los instintos y el entorno social y económico, y que no se pueden controlar las inclinaciones naturales. Sobre estas premisas es donde se asienta 'Thérèse Raquin' y son básicas para entender la obra y la intención de Zola. de esta manera, lo que los críticos tomaban como una abominable y obscena historia de pasión, adulterio, asesinato y remordimiento no es más que un experimento narrado con la curiosidad de un científico. Zola experimenta con los personajes, les inyecta todo tipo de pasiones, instintos, miedos, y anota sus reacciones, acordes a su naturaleza, en forma de novela. "En 'Thérèse Raquin' pretendí estudiar temperamentos y no caracteres", se defiende Zola. + Leer más |