El engaño de la princesa 

Tenía un montón de ganas de leer esta historia porque no había leído nada antes que tuviera que ver con el mito artúrico. Además, que estuviera contado desde el punto de vista de Ginebra me parecía genial. Quizás ha influido un poco el hecho de que tuviera un montón de expectativas en que me iba a maravillar este libro porque ha tenido el efecto contrario. No me ha disgustado del todo, había cosas que sí me han gustado, pero en general ha sido un poco meh.

La historia comienza con la llegada de Ginebra a Camelot, aunque los primeros capítulos son parte del camino que tiene que hacer hasta poder llegar a la ciudad y se me hicieron algo pesados. La historia prosigue con la boda entre Ginebra y Arturo. Tengo un problema con estos personajes, puesto que yo me los imaginaba como personas entre 20 y 22 años como mucho, pero no, Ginebra tiene 16 y Arturo 18. Había escenas que se me hacían poco creíbles, teniendo en cuenta lo que sucede y los años que tienen, pero es fantasía y supongo que todo puede ser creíble, ¿no? Total, que Ginebra va allí para poder proteger a Arturo de un gran peligro. Adivinad lo que hace Arturo, exacto, pasar de los consejos de Ginebra e irse por ahí como si una amenaza no estuviera presente.

La narración se nos presenta en tercera persona desde el punto de vista de Ginebra y es algo que me ha gustado un montón. Creo que se nos ha presentado la oportunidad de poder conocer a un personaje bastante fuerte. Repito que solamente tiene 16 años, pero tiene una madurez y una persistencia en lo que respecta a proteger a Arturo que no lo va a aparecer. A este punto de vista, se le une a final de cada capítulo una segunda voz que toma protagonismo, pero de la que no sabremos absolutamente nada. Excepto que supone un peligro tanto para ella como para él. Con esta voz me he llegado a rayar un poco porque por momentos pensaba que era un personaje, pero al final del libro, se abre otra opción que me mantiene en vilo y es el principal motivo por el que quiero leer los siguientes libros.
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El engaño de la princesa de Kiersten White; con una versión de una historia, que desde siempre me ha parecido mágica. Merlín y el Rey Arturo, sin duda es una historia cautivadora; pero si a eso le sumamos una reina... Ginebra, que en realidad no es ella, sino la propia hija de Merlín; un mago desterrado para crear una nueva era de una tierra sin magia, una reina obscura deseando volver a la vida, una misteriosa amenaza que pesa sobre Arturo y un matrimonio por conveniencia, que genera chispas en sus protagonistas. Tenemos una combinación de componentes explosivos.
Ginebra es llevada por una pequeña comitiva al legendario Camelot, para contraer matrimonio con el Rey Arturo; todos en el Reino anhelan la llegada de la dama elegida en las tierras del sur, para ser su reina. Pero sólo uno sabe que no es lo que todos esperaban.
Camelot lucha cada día para desterrar la magia de sus calles, creer, hablar y hacer magia ésta tan prohibido que la pena menor por ejercerla es el destierro inmediato. Por lo tanto, los secretos que guarda Ginebra no sólo pondría en peligro su vida, también lo haría el reinado de Arturo.
Ahora estoy totalmente picada en mi curiosidad por lo que pasará entre Ginebra y Arturo, pero no sólo ellos, son tantos los personajes que lograron mi simpatía, que el destino del mismísimo Mordred, me causa ansiedad.

No puedo decirles con certeza, en que momento comencé a disfrutar de los retelling (porque antes no solían agradarme). Considero que son una combinación alterna entre lo conocemos y una de las tantas versiones de lo que deseamos "conocer".

En cuanto a "El engaño de la princesa", nos invita a regresar a Camelot, con nuestro honorable Rey Arturo. Aquel joven que pasó de ser un desconocido a convertirse en el líder de toda una nación.

No obstante, a pesar de que el icónico personaje que conocemos está presente, no se trata sobre él, si no sobre “Ginebra”. Conocida como la esposa del Rey Arturo y quien le fuera infiel con uno de sus caballeros (Lancelot).

Partiendo de esto, la historia no tiene que ver con estos temas, si no sobre como Kiersten permuta la historia original para darle protagonismo a su personaje femenino.

Así que, ¿qué papel representa esta chica en la historia del Rey?

Ginebra, es la hija de Merlín.

Así es, tal cual lo están leyendo, la hija del gran mago Merlín. Seguro que algunos dirán que eso es una gran mentira, puesto que ella es hija del Rey Leodegrance de Cameliard. Pero, aquí viene el secreto (que no es spoiler), la verdadera Ginebra ha muerto, por lo que Merlín en su afán de seguir protegiendo a su pupilo, decide mandar a su hija en su lugar para cumplir con el cometido, ya que en Camelot se ha prohibido la magia para siempre. Motivo por el cual, Merlín es algo así como el enemigo número uno de toda la nación.

Por ende, es que en cuando vio la oportunidad no dudo en hacer pasar a su hija por la prometida de Arturo. Así que en primera instancia estamos familiarizados con esta farsa.

Una farsa que tiene todo el potencial para levantar al personaje femenino y ofrecerle #girlpower a toda la trama.

“Tú eres la hija de Merlín. Eso te hace mucho más valiosa que cualquier princesa.”

Ginebra es todo lo que un personaje debe poseer. Es decidida, temeraria, tiene una personalidad increíble, ya que puede llegar a ser como un tigre y al mismo tiempo desprende una inocencia que da ternura.

¡Me encanta!

Su rol principal como “una Reina falsa”, es proteger a Arturo. Sin embargo, no contaba con que este hombre no sería solo un Rey deslumbrante y apuesto que lo tiene todo. Sino que detrás de la fachada de un gran gobernante, tenemos a un muchacho que necesita amor y cuidado. Pues no es ese ser indestructible e inalcanzable como todos lo hacen ver.

Ginebra nos ofrece la oportunidad de verlo vulnerable y al mismo tiempo contemplarlo como un soberano justo, leal… y lo he amado como no tienen idea. Porque a los ojos de la protagonista podemos sentir todo lo que ella puede ver en él, así que no es difícil caer rendida ante un Rey apuesto como este.

Y ahora que hemos llegado al punto de enamorarnos de los personajes, creo que es el momento oportuno para mencionar a Mordred.

“El árbol genealógico de Arturo era retorcido y enfermo, lleno de giros, traiciones y dolor.”

Mordred es el sobrino de Arturo, es uno de los personajes que conocemos en las primeras páginas, por lo que el acercamiento es mucho más fuerte. Es un joven con una personalidad muy cambiante. A veces parece molesto con la vida y es algo gruñón, pero también muchas otras veces es como un niño juguetón y coqueto que te hace quererlo de inmediato.

“Nunca haría daño a Arturo. Nunca le quitaría algo que ama. Pero, Ginebra… Él no te quiere. Yo, sí.”

Él también conquisto mi oscuro corazón, que se le puede hacer… fue demasiado fácil quererlos a ambos y entrar en la controversia de un posible triángulo amoroso. Anhelando un final feliz con un Rey que fue traicionado en el pasado y otro final feliz con un caballero que es capaz de admitir sus sentimientos por ella.

De manera que como lector@ quedas completamente hechizada por la duda existencial de que es lo que podría pasar si algo como eso se diera.

Ahora, pasando al tema de los caballeros, tengo que hablar de otro personaje que me dejo maravillada. Y no es nada menos que de Lancelot.

¿El mismo Lancelot con el que le fue infiel Ginebra a Arturo?

Así es, amigos lectores. Es ese caballero, pero más menudo y con una tremenda agilidad para las batallas como ningún otro hombre.

Posee un secreto tremendo que ni por asomo se me llego a pasar por la cabeza y me encanta.

“Mi reina, me has visto como lo que soy desde el principio. Lucharé por ti el resto de mi vida. Es el único honor que puedo pedir.”

Ya para terminar con mi loco fanatismo, quiero agregar que esta novela es perfecta, tiene descripciones hermosas y tan acertadas que te hace sentir como que ya has visitado los lugares que se mencionan. Los personajes están tan bien estructurados que es imposible amarlos u odiarlos según sea el caso. La trama siempre te mantiene a la expectativa y el final… el final es simplemente asombroso.

Así que si están buscando una historia alternativa sobre estos icónicos personajes. El engaño de la princesa de Kiersten White, es la novela que estaban buscando encontrar para pasar un rato muy entretenido que te hará esperar con ansias la segunda parte de la trilogía.

¡La necesito!

Antes de comenzar mi reseña, debo de confesarles que sufro de una fuerte ambivalencia con la autora y es precisamente esa ambivalencia la que me obliga a seguir leyendo sus historias :p

Empecé a leer este libro con muy pocas expectativas ya que el último que leí de la autora no me gustó como esperaba y éste me sorprendió gratamente desde los primeros capítulos, cada cinco páginas me hacía exclamar un ¡woow! o esbozar una sonrisa y desde que llevaba aproximadamente 30 páginas supe que esta lectura no iba a salir mal :)

¿Quién no ubica de que podría ir la historia con solo escuchar los nombres de Arturo, Merlín, Camelot o Ginebra? La gran mayoría, ¿cierto? Y es que no se necesita ser un experto en la leyenda artúrico para tener una pequeña noción de quienes estamos hablando y si no, les daré otra pista: la espada en la piedra.

En El engaño de la princesa es un después del “fin” que Disney nos presentó cuando Arturo logró sacar a Excálibur y proclamarse rey. Aquí vemos a un Arturo de 18 años querido y respetado por su pueblo, un joven rey que ha hecho lo posible por mantener el equilibrio en su pueblo y que para llegar a eso tuvo que prohibir la magia en Camelot. Es esta prohibición la que lo orilló a desterrar a Merlín y valerse de sus fieles escuderos para salvaguardar su seguridad, pero muy a pesar de que se podría pensar que el rey es el protagonista, el joven pasa a segundo término porque aquí la verdadera protagonista es Ginebra, la reina que no es reina.

Este libro es girl power puro, Ginebra ha llegado al reino para proteger a Arturo y lo hace inclusive quedándose callada cuando debe de aparentar ser una reina obediente ante los enemigos del rey. Ella es una jovencita de apenas 16 años bastante astuta, que aunque creció en el bosque y no aprendió los modales con los que se educan a las futuras reinas, saca casta y sale bien librada de las dificultades que se le presentan.
Ginebra es la reina que no es reina y la bruja que no es bruja…
Algo que me gustó muchísimo de la historia es la forma en la que mezclan la magia con la naturaleza, los nudos de protección que utilizan para engañar a las personas se me hicieron muy originales y sobre todo como se bañan sin siquiera tocar el agua :p (eso fue algo muy gracioso) Y esto es porque con el agua La Reina Oscura puede descifrar sus planes y ella es el principal enemigo de Camelot.
Otro plot twist que me gustó MUCHISIMO es como presentan a Lancelot y es que desde que comencé la historia estaba ansiosa por saber en qué momento aparecería y resulta que ya lo había tenido en mis narices y ni cuenta me había dado, que manera de incluirlo en la historia, ¡qué manera!
En cuanto al romance, este es un elemento secundario en la historia y es bastante ligero, algo que se agradece en un libro de fantasía porque demuestra que no siempre debe de haber romance para que un libro guste.

A mi parecer, este es un recuento bien llevado en el cual se cambian bastantes elementos y solo se deja lo esencial para hacer referencia a la historia original y es por esto que lo recomiendo ampliamente, porque no encontraremos una copia con un borrón por aquí y por allá.


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Tras ser expulsado de Camelot Merlín decide mandar a una joven maga discípula suya para proteger a Arturo. Pero para evitar sospechas la hechicera se infiltra en el castillo con la apariencia de una joven de la alta sociedad, Ginebra quien se ha prometido en matrimonio con Arturo. Allí la joven intentará descubrir quiénes intentan hacer daño al rey. Pero su tarea no es sencilla ya que tendrá que aprender a comportarse como una dama y deberá evitar ser descubierta practicando magia en el propio corazón de Camelot.

La verdad que tenía muchas ganas de leer este libro ya que siempre me ha gustado la leyenda del rey Arturo y Excalibur así que cuando descubrí la existencia de este libro quise leerlo. El libro me ha gustado mucho. La historia sigue la vida de una hechicera que se infiltra en Camelot como la prometida de Arturo siguiendo las órdenes del mago Merlín. La verdad que el misterio de quién se esconde tras la piel de Ginebra me tiene muy intrigada ya que apenas sabemos nada de ella. No sabemos su nombre ni nada de su pasado solo que recuerda que fue criada por Merlín en el bosque. Otra cosa que me gustó fue que Arturo estuviese involucrado en el secreto. También me gustó mucho la ambientación y la importancia que se le da al agua en toda la historia. El tema de la magia me gustó mucho ya que en el libro aparecen distintos tipos de magia como la de nudos, amarres, etc. Además nos encontramos ante un Camelot que la teme y desprecia tras haber derrotado a la reina oscura y sus bosques. Espero que en el siguiente libro se ahonde más en este tema y en el de las criaturas mágicas ya que creo que tiene mucho potencial. En cuanto a los personajes tengo que decir que me han gustado mucho. En la historia aparecen muchos personajes icónicos de la leyenda de Arturo cómo los caballeros Gawain, Sir Bors, Lancelot, Mordred, etc. Ginebra me encantó ya que su personaje sufre una gran evolución durante toda la historia. Arturo también me gustó ya que vemos tanto su parte de rey como su parte de joven de 18 años. Pero mi favorito fue Mordred. Algo que destacaría de la narración son unos párrafos que se suceden a lo largo de los capítulos y que nos dan la perspectiva de algo primitivo y salvaje que se está despertando y que va tras Ginebra. Estos párrafos me tienen muy intrigada ya que aunque tengo mis sospechas de quién puede tratarse no estoy al cien por cien segura ya que Camelot tiene demasiados enemigos. La verdad que estoy deseando leer la continuación para saber cómo continua la historia de esta joven hechicera.

Este libro nos cuenta la historia de Ginebra, una chica que llega a Camelot con la intención de contraer matrimonio con el rey Arturo pero la corte esta plagada de misterios, mentiras, cosas que no son lo que parece además que parece que las ideas y opiniones de la supuesta princesa no sientan muy bien a los cortesanos. Ginebra tendrá que defenderse en la corte y lograr su objetivo pero no todo es tan sencillo y las mentiras como bien dicen siempre acaban saliendo a La Luz.


Antes de continuar con la reseña, quería comentaros que la autora de este libro Kristen White, es muy famosa en EEUU por otros de sus libros, como por ejemplo su retelling sobre la hija del Conde Drácula. Yo aun no he leído ningún libro de la autora y me voy a estrenar con este, espero que sea una lectura que me haga repetir.

Ahora bien, para empezar os voy a comentar la pluma de la autora, como bien he dicho no la conocía pero me ha parecido una pluma muy fluida, poética, bonita, me trasmitía belleza con sus palabras. La autora ha querido situarnos en todo momento en el mundo, llenando de detalles y la verdad es que me ha gustado, pero en algunos momentos me saturaba tanta información y sentía que las descripciones podían haber sido mas breves.

En cuanto a los personajes principales, mi favorita sin duda ha sido ha sido Ginebra. Desde el primer momento me pareció un personaje de lo más enigmático y lleno de misterios. Desde el principio quería saber que ocultaba, quien era en realidad... Además personajes muy emblemáticos del cuento clásico como Arturo o Merlí, no aparecen apenas y eso ha sido una cosa que en parte me ha gustado ya que hemos podido conocer más en profundidad a Ginebra y todos los entresijos de una corte llena de misterios traiciones, secretos...

En resumen, este ha sido un libro que me ha gustado mucho, soy una gran fan de los retellings como ya sabéis y este ha sido muy guay, si que es cierto que creo que al final se explican unas cosas que para mi no han tenido mucho sentido y espero que se expliquen en la segunda parte.
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Hoy os hablaré de mi última lectura “El engaño de la princesa”, publicado por la editorial Puck, esta es la primera parte de una trilogía que hasta ahora solo ha sido publicado el primer libro en nuestro país. Esta trilogía es un retelling del rey Arturo, si soy sincera nunca me ha interesado demasiado su historia, pero como tiene una portada taaan preciosa y su sinopsis me llamaba la atención decidí darle una oportunidad.

Hace años que en Camelot ya no es lo que era antes, tras una guerra con una bruja oscura donde tenían a la ciudad en caos, el Rey Arturo decidió expulsar todo tipo de magia del reino, incluyendo al mago Merlín. Eso conlleva dejar a Arturo desprotegido con el peligro de que alguien lo mate e interfiera en sus planes como rey, por eso mismo Merlín decide mandar a su “hija” Ginebra, que es una gran hechicera, pero ella tiene un gran secreto y Ginebra no es la verdadera Ginebra, la verdadera Ginebra murió, y ella debe de suplantar su identidad como que es una dama de la corte, aunque en realidad su verdadera misión es proteger al rey Arturo a través de ser la prometida del rey, ya que si se dan cuenta de que es una hechicera sería desterrada del reino y dejaría otra vez a Arturo desprotegido de las fuerzas oscuras de Camelot.

En general el libro no me ha gustado demasiado, empezando por el “engaño” de Ginebra, que en realidad no es un engaño, o al menos en mi opinión, ya que el Rey Arturo, que es uno de los personajes principales del libro... él ya sabe que es una hechicera porque Merlín le informo de su gran plan, entonces ese factor sorpresa no lo encontraremos en las páginas, opino que la autora podría haber jugado con ese detalle ya que hay una especie de romance, así podría darle chicha a la historia. Los que no saben que no es la verdadera Ginebra es el pueblo de Camelot, pero esos personajes quedan tan en tercer plano que no es algo que nos sorprendan, la verdad, fue como... “Meh”. Otro detalle que no me gustó es que ciertas escenas que son importantes no salen en el libro, es decir, que se lo salta, por ejemplo, en los primeros capítulos, así como así... vemos que Ginebra y Arturo ya se han casado, y yo me quedé ¿WTF?, ¿cuándo ocurrió esto?, (este detalle no es ningún Spoiler ya que lo pone en la sinopsis), pero no me gustó porque todo se quedó muy en el aire, a penas la autora profundiza, no hay ni preparativos, ni celebración, ni vestido... de la noche a la mañana están casados y ya. Este es un ejemplo, pero hay algunas escenas de este tipo que la autora no lo tiene para nada en cuenta, no podemos ver como se desarrollan ni lo que ocurre... no me gustó para nada.

Y sobre que la verdadera Ginebra está muerta (sale en la primera hoja) tampoco me convenció, ya que al lector le revela demasiada información importante nada más empezar y ese enganche que podría haber tenido el libro pues no lo tienes, no hay “chicha” ni misterio por lo que me fue imposible que me enganchase. El libro se me hizo un poco lento en general, dejaron todos los giros y revelaciones para el final siento que, si no hubieran revelado todo al principio, como que Ginebra es verdaderamente una impostora... me hubiese interesado por la historia, porque todos los otros giros no fueron suficiente como para que me sorprendiese, hubiese sido mejor revelarlo a la mitad con drama y con cosas, porque se me quedó como un libro bastante introductorio.
Él es como el sol. Cuando brilla sobre ti, todo es luminoso y cálido. Todo es posible. Pero el problema de conocer el calor del sol es lo intensamente que se nota su ausencia cuando brilla en otros lugares. Y un rey siempre debe brillar en otros lugares

Sobre la magia, a pesar que en Camelot está prohibida la magia sí que encontraremos una pincelada de este elemento, no le dan mucha importancia, pero vemos como Ginebra se las apaña para utilizarlo en secreto, así puede entrenar y proteger a Arturo, además de que encontraremos algún que otro personaje más que también utiliza la magia en secreto. Con esto he tenido un poco de problema y es que no me ha gustado demasiado como explica la autora sobre como Ginebra utiliza su magia, es decir, siento que por más que intentaba darle profundidad no se expresaba correctamente y me costaba horrores entender como utiliza Ginebra los dichosos hilos para poder proteger a Arturo. Creo que el gran problema ha sido su pluma y su manera de escribir, pues daba mil vueltas a todo, pero en lo que realmente me interesaba no le daba profundidad, y lo peor que me parece una escritura muy aburrida, muy plana y que a veces te hace desconectar lo que estas leyendo y debes de leer la página dos veces.

Sobre los personajes... Por un lado, tenemos Arturo que es el rey de Camelot, es un personaje masculino que me ha gustado pero que no me ha trasmitido mucha cosa, es el típico chico perfecto; caballeroso, educado, simpático, correcto... se me hizo demasiado perfecto como para ser creíble, luego está Ginebra que, aunque ella no es tan perfecta como Arturo me ha faltado un poco más de profundidad en su personaje, saber un poco más de ella, de su pasado y que dejara vernos su personalidad, porque es más de lo mismo, no me ha dejado ninguna sensación, ha sido un poco... “meh”.

El mundo de Camelot está muy poco aprovechado para mi gusto, no me ha gustado porque la autora no le ha sacado todo su juego, se deja muchas cosas en el tintero y no me he sentido dentro de este reino como hacen sentirme otras autoras, definitivamente pienso que este libro y su pluma no ha sido nada para mí y dudo muucho que siga con esta trilogía, la verdad, porque tras acabarlo no me dejó con ganas de más... más bien pensé “bien, ya me lo quité de encima”, así que no voy a continuar con la trilogía.

Es una pena que el primer libro me haya decepcionado tanto, es bastante introductorio y tenía en mi cabeza otra idea bien distinta a lo que me he encontrado, su portada y su edición es PRECIOSA, me da pena donarlo a la biblioteca, pero sé que alguien que le guste más la historia del Rey Arturo podrá disfrutarlo más que yo, porque sintiéndolo mucho no me ha gustado demasiado ni la historia, ni la trama, ni la forma de escribir de la autora.

En resumen, El engaño de la princesa ha sido una decepción, no me ha enganchado ni su trama ni sus personajes acababan de motivarme como para seguir leyendo la historia, se me ha quedado un libro muy sin más...
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Con la magia que extiende sus garras por las fronteras del reino de Arturo, el emblemático mago Merlín tiene una solución: decide enviar a Ginebra para que se convierta en la esposa de Arturo, para que pueda protegerlo de aquellos que buscan la caída de la ciudad que gobierna el joven rey. ¿Cuál es la trampa? El verdadero nombre de Ginebra… Su identidad verdadera. Nadie la conoce realmente. Ella es una sustituta, una joven que ha sacrificado todo para salvar Camelot. Para mantener a Arturo a salvo, Ginebra debe abrirse camino en una corte donde los antiguos residentes, incluida la misma familia de Arturo, quieren que las cosas continúen siendo como siempre, y los nuevos, aquellos atraídos por el sueño de Camelot, luchan por una vida mejor. Y siempre, en el corazón verde del bosque y las negras profundidades de los lagos, la magia espera al acecho para reconquistar el reino. Justas mortales, falsos caballeros y romances prohibidos no pueden compararse con la amenaza más grande: la joven de largo pelo negro que cabalga a través de la foresta oscura hacia Arturo. Porque cuando toda su existencia es una mentira, no es posible confiar ni siquiera en uno mismo.

Parece ser que la leyenda del rey Arturo está más viva que nunca dentro de la literatura. Muchos son los libros que, ahora, llegan con una historia basada en algún momento o en algún personaje del famoso mito, y cada vez que se anuncia uno nuevo yo salto de alegría. El ciclo artúrico siempre ha sido algo que me ha interesado y gustado, así que ver cómo nuestros autores y autoras le dan un giro o una reinterpretación nueva siempre es algo que agradecer, al menos, por mi parte. El engaño de la princesa viene, justamente, para ello. La historia, que se concentra en pleno corazón de Camelot, llegaba a casa después de la decepción que me llevé con otro libro diferente que trabajaba también bajo la misma ambientación, una cura que iba a tapar ese agujero que, con ilusión, comencé a leer para que se convirtiera, finalmente, en el retelling del rey Arturo que necesito. Sin embargo, esto no ha sido así y, desgraciadamente, aún continúo con la búsqueda de ese libro que me aporte realmente una historia inolvidable. No sé por qué, el mito del rey Arturo no me termina de funcionar en forma de retelling.

Usando en todo momento una narración en tercera persona a través de los ojos de Ginebra, nuestra principal protagonista, comencé a leer el libro con muchas ganas y, en un primer momento, lo que estaba viendo que estaba gustando e interesando bastante. Un Camelot sin magia donde ésta, además, se persigue, acompañaremos a Ginebra hacia su nueva vida donde, allí, tendrá que casarse con el rey Arturo y, con ello convertirse en su reina. Sin embargo, Ginebra guarda sus propios secretos y, pronto, estaremos metidos de lleno en su principal misión: proteger a Arturo cueste lo que cueste de aquellos enemigos que quieren hacerse con el trono. Con una premisa así, no era extraño pensar en una lectura emocionante, absorbente y asombrosa, algo que Kiersten White consigue sin problemas durante la primera mitad del libro. A través de unos capítulos bien desarrollados, con descripciones precisas y una ambientación original y peligrosa, que va creciendo y se va haciendo más palpable por momentos, Ginebra era realmente el pilar de todo, el foco que le daba a la lectura ese toque misterioso que, desde el primer momento, nos va a enganchar sin poder evitarlo a El engaño de la princesa. Junto a ella, la trama se va a volver muy enigmática, teniendo que estar muy alertas por cualquier movimiento sospechoso que se pueda crear, estando dentro de un escenario en el que también hay que medir las acciones realizadas para que nadie pueda descubrir a Ginebra, su magia, señalarla y condenarla al exilio acusada de brujería. Es por ello que, a lo largo de las primeras cien o ciento cincuenta páginas, la historia se va a mover entre intentar descubrir quién está detrás de quitar a Arturo del trono y separarlo de su corona, así como intentar dar con la verdad que se esconde tras Ginebra, mezclándonos de manera muy acertada entre la sociedad de Camelot, conociendo en estas páginas figuras importantes, la manera en la que funciona la nobleza, las relaciones y amistades, el juego palaciego del que, pronto, hasta Ginebra quedará exhausta pero que nos dará un buen elenco de personajes entre los que desconfiar y entre los que sospechar, convirtiéndonos en una especie de detectives para intentar dar con esa persona que ya está moviendo sus hilos en la oscuridad. Además, entre los diferentes capítulos se va a desarrollar un complot más tenebroso, narrado a través de otra voz misteriosa, más relacionado con la magia y que nos cuenta otra parte de la ambientación, el pasado, algo que también se convertirá en un interés más para tenernos completamente enganchados a la historia.

En estos momentos, como os he dicho, estaba muy metida en la lectura. Me gustaba ir descubriendo Camelot, su estilo de vida, conocer qué había pasado con Merlín, la magia y esa guerra con la Reina Oscura que, de alguna manera, todavía está intentando despertar a pesar de la derrota. Poco a poco se va viendo que la trama, en realidad, tiene por debajo algo más grande que, cuando explote, va a dejarnos con la boca abierta. Y, tras el primer giro argumental, algo que me sorprendió porque no esperaba ver a esas alturas, la trama empieza a coger un ritmo diferente. La magia de Ginebra se hace más presente, indagamos en hechizos, rituales, y no solo Camelot cobra vida. También sus bosques y sus mortales criaturas. No obstante, a medida que avanzaba en el libro empezaba a sentir que la historia se iba desinflando, iba perdiendo interés y emoción y acababa en una lectura bastante lineal, estancada y, a veces, aburrida. Todo el interés alrededor de Ginebra se difumina, la autora pone el punto de atención en otro lugar que tampoco consigue hacerle demasiado bien al libro. Y es entonces cuando veo que, en realidad, no está pasando nada de nada. Entramos en una lectura en la que sólo vamos a estar acompañando a Ginebra por las calles de Camelot, hablando con algunas personas, visitando casas, lugares y haciendo tareas de una reina, una vez detrás de otra. No hay acción, el suspense de descubrir esos secretos se evapora completamente cuando Ginebra se empeña en acusar a una persona de estar trabajando contra la corona sin tener demasiadas pruebas, y solo nos quedamos con una gran parte del libro que no va a destacar con nada y que cierra de golpe la parte de la investigación. de vez en cuando hay alguna que otra escena rápida, con algo de batalla, e incluso la autora mete otro de sus giros que me encantó y que me pilló desprevenida, pero todo ello acaba rápido y regresamos al punto de partida. Empecé a desengancharme de la historia, no me concentraba en ella, me perdía en mis pensamientos y, en resumen, no había nada que captara mi interés. No me gustaban los cambios vividos en el ambiente, en Ginebra, su papel, incluso Camelot había perdido su encanto. Con todo ello, Kiersten White intenta alzarse de cara al final, unos capítulos que, con fuerza, llegan para intentar animar al lector, pero lo hace de una manera tan brusca que, personalmente, no me ha convencido.

Creo que el principal problema que tiene el libro es que la autora no ha conseguido desarrollar del todo bien esa subtrama para que, en esos capítulos finales, sorprendiera con la gran revelación de esta primera parte. Cuando se descubre el verdadero artífice, no me pegaba con lo que se había leído hasta ahora. Sentí que la autora había tomado esa drástica decisión, aunque no sonara lógica, para intentar darle un final a la historia cometiendo, bajo mi punto de vista, más fallos que aciertos. El final es apoteósico, todo hay que decirlo. Vuelve a tener escenas con magia de un lado para otro, sangre derramada y una lucha interior que, después de estar un tiempo leyendo sobre la nada, vuelve a dar ese toque interesante. Sin embargo, creo que llega tarde. Lo mismo me ha pasado con los personajes, me han dado la sensación de que no se han mostrado completamente y no se han sabido aprovechar del todo. Tanto Ginebra, como Arturo, como todos los demás que están a su alrededor no me han dicho gran cosa. Ginebra sufre un cambio brutal de personalidad, me ha parecido muy floja. No lucha, se queda estancada en un romance con Arturo que tampoco me ha gustado. Lo he visto precipitado, más de la ilusión que otra cosa. No me ha agradado que trataran a Ginebra de tan mala forma en algunos momentos, impidiendo que haga algo solo porque es mujer y por que ese no es el papel de una reina. Y ella aceptaba eso, sin luchar. Me hubiera gustado ver más rebeldía por su parte, más autoridad y no tanta dependencia.

En definitiva, El engaño de la princesa no es el libro que esperaba ver. Con una idea buena, original y que se mete de lleno en el mundo mágico de Camelot, pienso que la autora no ha sabido llevar de manera correcta todos los elementos que su historia tenía y, aunque al final intenta remontar, no logra reparar el daño provocado por una trama que, en su mayoría, decepciona y me ha llegado a aburrir.

En cuanto leí la sinopsis de este libro, supe que quería leerlo. Nunca había caído nada en mis manos del ciclo artúrico, pero tenía ganas de adentrarme en Camelot, conocer a Arturo, la leyenda de Excalibur y saber quién era Ginebra. Aunque El engaño de la princesa sea un retelling, incluye todos estos elementos, y muchos más, tan necesarios para hacer de esta historia una increíble, que te atrapa entre sus páginas y te hace sentir la magia que fluye por ellas.
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Nos encontramos con Ginebra, la-reina-que-no-es-reina, quien es enviada a Camelot para casarse con Arturo y protegerlo del mal que acecha. Pero esto no será una tarea fácil, ya que está prohibido usar la magia entre los muros de la ciudad.¿Pero quién es Ginebra en realidad? ¿Y cuál es su cometido allí?
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Me ha gustado que la protagonista principal sea Ginebra, que descubramos poco a poco su personalidad, lo que piensa y lo que siente, enfrentándonos junto a ella a las decisiones que debe tomar a lo largo de toda la historia, que no son nada fáciles, pero eso me lleva a detestar que no se haya profundizado en el personaje de Arturo, y que apenas haya podido conocerlo, sin llegar a conectar con él o su historia. Lo mismo me ha sucedido con la recreación de la magia. No soy muy objetiva porque soy una novata en esto de leer fantasía, y quizás sea culpa mía no meterme de lleno en situación, pero me han faltado detalles, explicaciones más extensas sobre lo que sucedía en muchos casos, cuando la magia era usada, porque apenas podía imaginar cómo se hacía. Me hubiera gustado que la autora se recrease en eso. A su favor, sí que puedo decir que me gusta cómo escribe, no se anda por las ramas, hace que sea una lectura ágil y entretenida, que te mantiene en vilo todo el tiempo.
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Su final es sorprendente, no te lo esperas y te deja con ganas de más. Estoy deseando que salga el próximo libro, ya que hay muchas cosas que se quedan en el tintero. ¿Algo que me haya faltado? Siendo una adicta al romance, es precisamente eso lo que más he echado en falta.
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El rey Arturo desterró la magia de Camelot, pero algo ha cambiado y sabe que la magia amenaza con volver.

Merlín le manda a Ginebra para que le ayude en la defensa del reino.

Pero ¿Quién es en realidad Ginebra?, ¿Por que la magia quiere acabar con Arturo?.

Ginebra es una mujer fuerte, cuya misión es proteger con su magia a su Rey, pero con lo que no cuenta ella, es con la magia que existe a su alrededor.

¿Podrá Ginebra salvar a Camelot y por tanto a Arturo de la magia? ¿Qué secretos esconde la magia sobre la reina no reina?