El color púrpura

Este libro habla no solo del racismo, como ser negro en el sur de Estados Unidos en los años en el siglo XX, donde recién se había abolido la esclavotud, aunque no por eso valían lo mismo que el hombre blanco. Pero ser negro y mujer, era mucho peor.
Un libro que nos muestra diferentes maneras de ver la vida en mujeres negras, hay quienes son seguras, quieres se dan valor, quienes simplemente se dejan llevar, sin luchar, sin quejarse, sin vivir.
Nos habla de la transformación y el crecimiento interior, de la transformación de las relaciones, de la espera.

Esta novela me ha despertado, digo despertado porque muchas veces no soy consciente que más allá de mi vida hay mucho sufrimiento. A veces y sin querer nos creemos el ombligo del mundo... allí fuera, fuera de nuestra vida, aún hay mujeres padeciendo maltratos, agresiones, violaciones, mandatos de hombre machistas y quien sabe Dios.
Esta novela es una torta bien dada a la conciencia por el sufrimiento de la mujer en tiempos pasados, no muy lejanos, solo hablamos de 100 años atrás. Una obertura de conciencia en toda regla. Por dios: NO AL MALTRATO, NO A LAS VIOLACIONES, NO AL MACHISMO.

Es una novela que me ha hecho llorar mucho, he llorado de rabia, de pena, de frustración y al final de alegría por el reencuentro de estas dos increíbles hermanas. Una relación de amor sincero y profundo. Un amor que es más fuerte que cualquier obstáculo.
Después de leer la primera página tuve que cerrarlo, relajarme y seguir.
Así que enganchada ha sido poco. Me ha durado dos días, imaginaos.

Por otro lado, admiro y me nombro fan de Shung Avery y de Sofía, mujeres empoderadas, valientes y luchadoras, eligen su destino.
Os la recomiendo mucho, muchísimo.
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Me ha gustado mucho. Cuenta las atrocidades que ocurren de una forma escueta y directa, y creo que me ha impactado más que si se hubiera extendido al detallar las terribles situaciones que se producen. La sencillez, la simpleza y la honestidad de Celie me han cautivado desde las primeras páginas. Ella ha hecho que el libro se me hiciera más duro. Ver sufrir a un alma pura duele más. de entre tantas mujeres singulares, ha destacado una para mí: Sofía. Ha sido muy emocionante ver cómo se rebelaba y defendía sus principios, costara lo que costara. Una mujer fuerte y decidida. Mujeres así son las que han hecho que avancemos. También he disfrutado con la conversión de Albert. Empezó como un hombre horrible y ha acabado convirtiéndose en mejor persona. En este libro no todo es blanco o negro, están los tonos grises y eso me ha parecido muy auténtico. A pesar de que trata temas muy profundos como el racismo, el machismo, la violencia de género, los abusos de poder…, han resaltado para mí, entre tanta injusticia, el amor, la amistad, la generosidad, lealtad y sinceridad de los personajes femeninos.

Una verdadera joya de la literatura.

Una historia muy conmovedora a pesar de ser muy dura.
Sus protagonistas nos relatan su dura historia a través de cartas, es una historia de negros y blanco. En una época donde las mujeres no eran nada y mucho menos las de raza negra.
Nos enseñan que son mujeres llenas de ansias de saber y aprender pero por desgracia, no han tenido tantas oportunidades de estudiar cómo les hubiese gustado.
Celie es una mujer digna de admiración, una mujer muy fuerte, a pesar de todo lo que le ha tocado vivir. A través de esas cartas, dirigidas a Dios y a su hermana Nettie, nos cuenta la historia de su vida, su violación, su matrimonio forzado. Su vida está marcada por hombres que desprecian a las mujeres y están acostumbrados a maltratarlas.
Aunque su mundo es de pura sumisión dará un giro de 180º gracias a dos mujeres que luchan con uñas y dientes por sus derechos.
El mundo de Celie, basado en la sumisión, cambia cuando se encuentra con dos mujeres con mucho coraje que se niegan a inclinar la cabeza, que luchan por sus derechos y su felicidad, Shug y Sofía.
Se me ha hecho muy duro hacer la reseña, primero porque no quería hacer spoiler y lo segundo porque este libro ha despertado en mis tantos sentimientos que no sé cómo poder expresarlos y plasmarlos en esta reseña.
El color púrpura es ese tipo de historias que nada más empezar a leerlo se te mete en la piel, dejándote totalmente atrapada a sus páginas y a pesar de lo vulnerable que te hace sentir no puedes dejar de leer y de pensar en ella aun sin estar leyéndola.
Me ha sorprendido que sea la novela tan transgresora en ciertas cosas y su forma de contarlo que sea tan asequible; me ha encantado porque nos acerca a realidades diferentes a las nuestras y por desgracia sigue siendo más habitual de lo que nos pensamos a día de hoy en según qué países.
He de reconocer que me ha durado un suspiro, porque a pesar de lo impotente e indignada que me he sentido en algunos momentos no podía parar.
Una lectura totalmente recomendable al 100%.
En definitiva un canto a las mujeres de ayer de hoy y de siempre.

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Va en camino a ser de mis libros más queridos, movió muchas fibras y dejó un halo de esperanza.

Celie llega a ser consciente de su potencial y a afirmarse como mujer, demostrando que no hay plazos por cumplir, sino aprendizajes a cursar.

La novela está contada en forma epistolar, las cartas las escribe Celie a Dios, contando como desde pequeña y para proteger a su hermana ante los abusos de su padre, acepta el matrimonio con un hombre viudo, que la pega, viola, engaña y hace esclava.

Separada de su hermana, de la que no vuelve a tener noticias intenta ser una mujer fuerte para sobrevivir en ese infierno de casa donde todo cambia el día que su marido decide llevar a vivir con ellos a su amante, con ella, Celie aprende a querer, a sentirse querida, a tener autoestima, a sentirse útil, valorada, a querer salir de ahí y labrarse un futuro trabajando para ella y ser independiente.

Es la dramática historia que en esta frase del propio libro resume muy bien: “Mírate. Eres negra, eres pobre, eres fea, eres una mujer. Vamos, que no eres nada”, trata el racismo, la intolerancia, el sistema patriarcal, la colonización de África, la esclavitud, el trabajo de los misioneros, la religión, la violencia de género, el machismo, el abuso de poder, la educación o la falta de ella, la sexualidad y la homosexualidad en un época impensable. Incluso creo que algunas faltas ortográficas son porque la protagonista del libro carecía de educación y así sería tal como ella debía escribir.

La lucha de las mujeres por no ser sometidas a la voluntad y esclavitud del hombre, por tener voz en los personajes de Sofia y Shug me han encantado y la evolución del personaje de Celie siendo tímida, discreta, sumisa y sin autoestima a una Celie, decidida, e independiente.

Pocos libros escritos en forma epistolar donde no hay diálogos y apenas descripciones, son capaces de sacar sentimientos, como la ira, rabia impotencia, pena, amargura y alguna lágrima.

Se trata de una novela que está narrada en formato epistolar, Celie y Nettie se escriben cartas que tardarán muchos años en ver la luz. Las cartas de Celie comienzan dirigiéndose a Dios y, en torno a la mitad del libro, comienzan a dirigirse a su hermana Nettie. Por su parte, desde el otro lado del mundo, Nettie escribe a su hermana contándole cómo es la vida para ellos en ese lugar remoto. En unas y otras, las remitentes mantienen la esperanza de encontrarse, esa que, pese a las tristes noticias, nunca pierden.

Al principio puede resultar un poco costoso leerla, porque la forma de hablar y de escribir de Celie está muy poco pulida, no es más que el vocabulario de alguien que no sólo no ha sido educada, sino que se le ha negado todo aquello que la pudiese hacer crecer como persona. Además, el relato no se divide en capítulos, sino que está totalmente estructurado a través de las cartas.

La novela puede llegar a resultar muy dura. En ella se cuentan historias de abusos, de malos tratos, de abandono, de esclavitud, de racismo, de incesto, de pobreza… Aunque no se ahonda en ello, también se deja ver a hombres a los que les gusta hacer las tareas domésticas, que no quieren maltratar a las mujeres, que no quieren dominarlas y que, si lo hacen, es por ser fieles a la cultura y a lo que su sociedad espera de ellos.

A pesar de la crudeza de los hechos, la historia es esperanzadora y muestra a mujeres que no se dejan hundir y que salen a flote cuando todo parece estar perdido. Mujeres que luchan por lo que creen y que se empoderan y hacen fuertes a la vez que evolucionan en el tiempo. Tal es la magnitud del texto, que la historia sale de sus páginas para impregnar tu vida. Hoy, sin ir más lejos, durante un discurso se hablaba de la violencia de género y mi mente se ha dirigido directamente hacia “El color púrpura” y las mujeres que la protagonizan.

El final es claro, sin embargo, invita a la reflexión, ¿puede alguien vivir con quien ha sido su enemigo, con quien le ha hecho sufrir, como si no hubiese pasado nada? ¿Somos las personas capaces de perdonarlo todo? ¿Y de olvidarlo?

No se porque he tardado tanto tiempo en leer este libro, lo he disfrutado, aunque he sufrido con la protagonista, es altamente recomendable, pero no para leer en cualquier momento ni estado de ánimo.