El color púrpura

Me hice con un ejemplar de El color púrpura, de Alice Walker, de casualidad. Y aunque antes que este he leído unos cuantos más y no he subido reseña necesito hacerlo de este primero.

Fue un libro que empecé de inmediato. Y de inmediato también lo acabé. Porque la historia de Celie y de Nettie te atrapa, te conmueve y te duele. Mucho.

En esta novela, escrita de forma epistolar, Walker nos habla de lo que supone ser negra, mujer y además, descendiente de esclavos en el sur de los Estados Unidos de los años 40.

La protagonista de la novela se trata de Celie que a través de las cartas que le escribe a Dios en un primer momento, y a su hermana Nettie después, de la que fue bruscamente separada por culpa de un hombre, nos cuenta las aberrantes situaciones por las que ha tenido que pasar.

Celie es sometida a diferentes tipos de violencia, tanto física como psicológica y sexual, de manos de varios hombres. Y se dedica a llevar una vida que pase lo más desapercibida posible. Sin embargo, su mundo empieza a cambiar cuando empieza a rodearse de mujeres maravillosas que aportan un poco de luz a su vida.

Es una novela que te hace reflexionar, sobre la normalización de la violencia cuando no has conocido otra cosa, sobre cómo abrazar la Fe cuando no puedes creer en nada. Incluso sobre replantearse la orientación sexual en un contexto marginado. Pero sobre todo te hace reflexionar sobre la sororidad. Sobre lo importante que es esta.

Es una historia cruel y desgarradora, pero llena de esperanza.

Cuando acabé la novela fui directamente a ver la película. La versión de 1985 están en la plataforma HBO y no la puedo recomendar más.

Sin duda es un libro que hay que leer.

Hay libros que sabes que acabarás leyendo pero que, por diferentes motivos, lo vas dejando. ‘El color púrpura' era uno de esos para mi hasta que hace unos meses mi abuelo me regaló su ejemplar. Está amarillento y con la cubierta quemada por el sol, pero para mí no puede ser más especial. O eso creía, porque leerlo con amigas le ha dado aún más valor.
 
Ambientada en las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos, la novela aborda la experiencia de ser mujer, negra y con recursos económicos muy limitados. La historia empieza con una bofetada emocional ya en la primera página, no se anda con chiquitas y no deja que te prepares, aquí has venido a sufrir.
 
 La novela tiene como protagonista a Celie quien tras una serie de experiencias innombrables en su propio hogar es obligada a casarse con un hombre que (sorpresa, sorpresa) no tiene en mente tratarla bien, ella le da igual solo está ahí para cumplir los deberes que se esperan de una esposa y, honestamente, casi de una esclava. Celie aguanta porque desde pequeña solo ha aprendido a callar, por su bien y el de los demás, soportará por su hermana Nettie, a quien trata de salvar de una vida como la suya. Sin embargo, algo sucede pronto y ambas quedarán separadas, unidas por la promesa de escribirse, pero… las cartas de Nettie no llegan.
 
Así, gran parte de la novela está narrada en forma de las cartas de Celie le envía a Dios. A Dios porque no tiene a nadie más a quien escribir, tal es su soledad y que, al ser receptor de su correspondencia, generará importantes reflexiones en la protagonista de quien veremos cómo su visión sobre la religión va cambiando. La estructura epistolar hace que apenas existan diálogos y descripciones, tampoco una continuidad determinada en el correr del tiempo, se escribe cuando hay tiempo y algo que contar. Así, la novela está llena de periodos de silencio y de huecos que solo podemos intentar llenar.
 
Una novela con un gran arco de los personajes, que te harán reflexionar sobre el perdón y las segundas oportunidades, sobre la posibilidad de construir tu identidad y autoestima si tienes apoyo y paciencia. Un libro durísimo pero lleno de amor en todas sus clases (familiar, romántico, tóxico, de amistad...).
 
Imposible pasar por alto el papel de los personajes secundarios, que para mí sostienen la novela y que son el verdadero detonante del cambio en la protagonista. Mujeres que se hacen oír en una sociedad machista y racista, que muestran la fuerza que se consigue al luchar juntas, y que solo así consiguen perseverar. Una novela que hace un retrato brutal de la sociedad de ese tiempo y que nos deja intuir su evolución a través de sus personajes.
 
Una historia llena de injusticias, que te hará enfadar, con escenas de violencia y abusos (aviso) y secretos que acaban saliendo a la luz.
 
Se que me dejo mucho por decir, pero es que a mi hubo gran parte de la trama que me encantó descubrir con la lectura y por eso… no lo voy a mencionar. Y el simbolismo detrás del color púrpura, ¡me encantó!
 
Con todo, diré que esperaba algo más, quizá las expectativas me jugaron una mala pasada porque iba convencida de que se convertiría en favorito y se quedó a medio camino.

Esta es la historia de Celie y Nettie, dos mujeres negras en siglo XX en el sur de Estados Unidos.
Una visión de 360º de cómo se desarrollaba la vida en ese tiempo con la condición del color de su piel y de ser mujer.
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Está escrita de modo epistolar, Celie escribe misivas a Dios y Nettie a su hermana Celie.
A través de esas cartas veremos a cuantas y cuantas situaciones duras y difíciles se tienen que enfrentar a lo largo de la vida.
Ya desde la más tierna infancia, Celie tiene que luchar por haber nacido mujer en “un mundo de hombres”.
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Por otro lado, Nettie saca valor e intenta coger el volante de su vida. Guiada por un amor inmenso hacia su hermana y hacia los que comparten su color de piel, se embarcará como misionera hacia el continente africano.
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Ha sido una lectura muy reveladora. Gracias a la forma en la que está escrita se lee muy bien y, por lo menos en lo que a mi respecta, logras conectar muy bien con la situación de ambas protagonistas.
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Es un libro que se publicó por primera vez en 1982 pero bien se podría haber publicado actualmente. Salvando ciertas situaciones, la verdad es que la situación no es muy distinta de entonces.
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Hay un personaje que particularmente me ha gustado, no por el personaje en sí sino por lo que representa. Este es el personaje de Shug Avery; una mujer todoterreno, independiente y empoderada; con él que la autora ha introducido el feminismo en la novela como una bomba a punto de explotar. Es un personaje clave, ya que gracias a él se siembra la semilla de la esperanza.
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La historia es preciosa pero ver como van evolucionando los personajes y cómo otros van cambiando su mentalidad es mejor aún.
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Totalmente recomendable para darnos cuenta de lo que hemos conseguido en derechos pero lo que nos queda por conseguir aún.

La novela cuenta la vida de Celie, una mujer negra y pobre triplemente discriminada por esas tres razones. Celie empieza siendo un personaje que pasa por la vida de puntillas intentando que nadie se fije en ella precisamente para intentar eludir el maltrato, aunque éste lo sienta como algo normal. Nada que ver con la Celia del final de la que no voy a hablar para no desvelar la trama de la historia, por si alguien no la ha leído ya.


Para mí es una historia en la que lo más importante es la sororidad. Cómo Celie se va transformando a través de su relación con otras mujeres, y de cómo ellas la ven. No importa cual sea su relación inicial, que al final siempre acaban apoyándose entre ellas.

Yo lo había leído hace.... ¿30 años? y realmente esta relectura me ha hecho darme cuenta, entre otras cosas, de todo lo que he evolucionado (y menos mal). Cuando lo leí de adolescente fue una lectura bastante superficial de una novela, que sí, un dramón, que sí, mujeres oprimidas, que sí, racismo... Pero me lo tomé como una novela, algo de ficción que podía estar reflejando un problema de la sociedad pero sin meterme a analizar nada ni a cuestionar siquiera muchas cosas "que eran lo que se acostumbraba en la época".

Sin embargo esta vez creo que la he leído con otros ojos. En parte porque no soy la misma persona que hace 30 años, no todo van a ser desventajas, y en parte porque lo leí para un club de lectura y puse mis 5 sentidos en la historia.

Tuvo que ser muy difícil escribir una novela como ésta en 1982 en Estados Unidos, y además por una mujer negra. Creo que fue un acto muy valiente, tratando de dar visibilidad a aquellas mujeres que no existían. de hecho, el libro fue muy criticado incluso entre la comunidad negra, por presentar a los personajes masculinos como abusadores, maltratadores... Se criticaba que las mujeres negras defendiesen su igualdad porque desviaban la atención del "verdadero problema" que era el racismo.

Me alegro muchísimo de haberlo releído, y más de haberlo compartido con las chicas del club, siempre se ven cosas desde otros puntos de vista y se aprenden otras.

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Así comienza esta novela escrita de modo epistolar. Celie tiene 14 años y comienza a contarle su vida a dios a través de unas cartas que le sirven para desahogarse y plasmar sus deseos, sus ideas, sus necesidades...su vida, sus relaciones, su familia. Todo lo que vive se le ofrece al lector para que pueda seguir una historia bastante dramática que te hará pensar y mirar hacia atrás sobre unos hechos que a día de hoy deberían ser historia.

Se trata de una novela valiente. Trata temas como el colonialismo, el trato a la raza negra, la misoginia, las diferencias sociales o la libertad sexual femenina. Temas bastante espinosos que aún a día de hoy continúan vigentes. Hemos avanzado pero no tanto como parece.

Las cartas están escritas con un lenguaje directo, con un vocabulario de la calle y esto hace que entres directamente en el mundo de la protagonista. Aprenderás a quererla por lo que es y desearás que cambie de forma de pensar para que pueda disfrutar de una vida que le es ajena.

En resumen, una muy buena lectura que os recomiendo sin dudarlo. En su momento fue todo un hito de la que se hizo peli.

Encontré esta joya en una librería de viejo por 2 euros y para mi casa se vino. Tenía el recuerdo de una película maravillosamente interpretada por Whoopi Goldberg que se me quedó en el corazón y tenía altas expectativas al abrir el libro.
Puedo asegurar que las ha cumplido con creces, es mucho más de lo que recordaba. Escrita es forma epistolar, es la historia de dos hermanas, norteamericanas, pobres, de raza negra, que tienen distintos destinos en la vida:
Por un lado está Celie, obligada a casarse con un hombre al que desprecia, con una vida llena de sufrimiento, que cuida de todos menos de sí misma. El crecimiento del personaje es absolutamente fantástico.
Por otro, Nettie, que decide ir de misionera con una familia, a conocer sus raíces, nada menos que al territorio de una tribu africana. Me ha resultado devastador ver cómo el hombre blanco se apodera y estropea todo a su paso.
Pero no sólo las protagonistas son importantes, porque cada uno de los personajes secundarios aporta mucho a la trama. Shug y Sofía son mujeres increíbles, muy adelantadas a su tiempo, fuertes e independientes. Mister y su hijo o Pa, como ejemplos de hombres machistas, lo clavan.
La denuncia de los malos tratos, del racismo, la impotencia frente a las injusticias, todos son ingredientes que le añaden un extra de ternura mientras que al mismo tiempo nos enseña lo que quedó después de la época esclavista.
Ha sido ponerme en el lugar de cualquiera de las dos hermanas, llegando a emocionarme o ponerme furiosa dependiendo del momento.
Me alegro muchísimo de que se haya cruzado en mi camino esta lectura justo en el momento adecuado, estoy feliz de haberla leído, aunque debo admitir que no ha sido una lectura fácil ni cómoda, pero sí que os aconsejo su lectura.

Decidí leer este libro porque siempre me ha llamado la atención, a pesar de no tener ni idea del argumento, y porque necesitaba un libro de estilo epistolar para los retos lectores en los que estoy y que mejor que elegir uno de mis eternos pendientes.

Toda la historia está narrada a través de cartas que escribe Celie a Dios y, posteriormente, a su hermana Nettie, la cual también tiene su protagonismo por las cartas enviadas a Celie. Celie va contando su día a día, como si de un diario se tratase, porque no tiene a quien contarle sus desgracias. Carta a carta iremos descubriendo como ha sido la vida de Celie desde su niñez; los abusos sexuales por parte de su padrastro, el desprecio y discriminación por su no agraciado aspecto físico y el ninguneo por la simple razón de ser negra. A pesar de todos estos padecimientos, la autora nos muestra la fortaleza mental que pueden llegar a tener algunas personas para enfrentarse a cualquier situación que se les presente y saber luchar hasta conseguir la felicidad o al menos, vivir de la forma más digna posible.

Hay que tener en cuenta que todo se desarrolla a principios del siglo XX y los negros eran, en la mayoría de los casos, mano de obra barata o gratis y se les trataba con el mayor de los desprecios; como si no fuesen personas normales con sentimiento.

"Nadie se siente mejor por matar a alguien. Se siente algo, simplemente. Ya es mejor que nada".

Inicio brutal, el principio te atrapa y no puedes dejar de leer. Una vez superado ese inicio y una vez que te ubicas un poco, sí que tuve algún altibajo en cuanto al ritmo. Si bien es cierto que es un libro que en general se lee de forma muy ágil.

Vamos a reconstruir, a través de las cartas que intercambian fundamentalmente dos hermanas, su historia familiar. Estas hermanas son Nettie que es misionera en África y Celie que vive en el Sur de Estados Unidos.

En las vidas de ambas se han sucedido multitud de desgracias y cambios, la mayor parte de ellos sobrevenidos y no elegidos. A nuestras dos protagónicas, se unirá otro personaje fundamental, la amante del marido de Celie, Shug Avery, que va a lograr dar un vuelco radical a la vida de Celie y por ende a la de todos los que la rodean.

Grandes personajes sobre todo femeninos, grandes temas sobre los que reflexionar: racismo, misoginia, empoderamiento, empatía, sororidad, familia... y una novela epistolar que hay que leer sí o sí.

Por algo fue ganadora del Pulitzer en 1983.

Solo puedo decir que es uno de mis libros favoritos He visto varias veces la película y leído varias veces el libro. Tiene la fascinación de la realidad, no sé si está todo basado en hechos reales o es una mescolanza de vivencias, historias y recuerdos, pero llega al alma. Me recordó a "Tomates verdes fritos", otro de mis favoritos. Lo recomiendo de todas, todas.

El color púrpura da voz a las mujeres; a distintas mujeres, pero sobre todo muestra las distintas formas que las mujeres tienen de relacionarse con sus propias necesidades y con su identidad, y la forma como todo ello evoluciona. Y lo más bonito. Gracias a qué. O mejor dicho, a quién.

En cuanto a las protagonistas femeninas encontramos diversos relatos y tramas que se entrecruzan. No sólo a las dos hermanas protagonistas, que se manifiestan de modo epistolar, sino a todas las que las rodean. En todos los casos asistimos a sus procesos de maduración (especialmente en el caso de Celie), un proceso en el que la independencia de criterio, la capacidad crítica y el sentido de libertad van ganando cada vez más terreno. Su inconformismo se despierta a niveles diferentes, y logra alcanzar al pequeño sistema que las envuelve, alterándolo. En este sentido es un libro esperanzador que incluye un mensaje clave: las mujeres no pretenden ser otra cosa que ellas mismas, es decir, no anhelan ser como los hombres, no buscan ocupar “su” en la sociedad, sino construir sus propios espacios.

Lo más bello para mi de esta novela es lo que surge entre las mujeres, un tipo de energía y de fuerza que traspasa prejuicios, costumbres y creencias. Esa sororidad da empuje a la historia y a los personajes, que con las redes de ayuda que tejen desarrollan mayor criterio, fuerza y autonomía. La idea de familia, inicialmente tradicional, deviene una construcción surgida del establecimiento de estas redes de apoyo mutuo, promovidas por las mujeres.

El machismo, el racismo, la pobreza (el capitalismo), el clasismo, el colonialismo, la religión y la homosexualidad femenina (me pregunto si Spielberg recogió esto en su película) constituyen ejes centrales.

Leyendo este libro he recordado a bell hooks, pues el libro refleja la forma como el sistema patriarcal constituye un obstáculo para la sororidad.