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La primera novela de Pepe Carvalho como detective (como ya comenté hace unas semanas, el personaje apareció por primera vez en “Yo maté a Kennedy”, pero su papel entonces era diferente), surgió como resultado de una apuesta y acabó convirtiéndose en una saga con la que Vázquez Montalbán obtuvo gran reconocimiento, no solo en nuestro país sino en toda Europa. Parte del pasado de Carvalho, que ya conocíamos de la novela anterior (antiguo miembro de la CIA, ex-comunista, un hombre con cultura y conocimientos que abandona todo para volver a su país) se va perfilando para dibujar un personaje inolvidable en su originalidad: un gourmet refinado (el propio autor lo era), cínico, seco, que protege con uñas y dientes a su novia Charo, una prostituta que lo comprende muy bien (solo con ella el detective deja entrever la ternura que esconde), iconoclasta (fantástica la escena en la que quema un “Quijote” para encender la chimenea), en la Barcelona de los años de la transición, cuando Las Ramblas no eran un parque temático y aún existía el Barrio Chino. En ese mundo decadente se desarrolla su primera investigación, a partir del descubrimiento de un cadáver desfigurado que aparece flotando en la playa con un misterioso tatuaje en la espalda: “He nacido para revolucionar el infierno”. El caso es convencional; lo interesante (y eso es lo que queda), es la manera de contar, la terrible imagen de la clase media, la estampa de una España que ya no existe y la lista de platos que te deja la lectura. ¿Dónde podría comer un Rijsttafel decente sin salir del país? + Leer más |
Presentación del libro «La secreta de Franco: la brigada político social durante la dictadura» (Espasa, 2022), con Pablo Alcántara Pérez y Fernando Hernández Sánchez, historiador.
Tras el brutal golpe de Estado de 1936, la represión franquista puso en marcha todos los mecanismos a su alcance para la construcción de un «Nuevo Estado». Entre ellos, destacó la creación de la Brigada Político-Social (BPS), o Policía política, que, en palabras del escritor Manuel Vázquez Montalbán, era la «verdadera guardia pretoriana» de la dictadura.
Pablo Alcántara, en un riguroso y exhaustivo trabajo de investigación, demuestra la evidencia de esas palabras a partir del estudio y la recopilación de información inédita de los expedientes personales de sus principales agentes, de sus boletines de investigación, de la documentación de los tribunales militares y civiles, así como de diversas entrevistas.
En esta obra, la primera que trata la historia de esta institución en todas sus dimensiones, se desvelan asimismo sus relaciones con la Gestapo, la CIA y el FBI, o sus técnicas de tortura contra los militantes antifranquistas. Y analiza qué fue de los agentes de la BPS tras la muerte del dictador, cuando, de la noche a la mañana, se convirtieron en policías «demócratas», sin ser juzgados por su actuación durante los años de la dictadura.
Fernando Hernández Sánchez es profesor asociado de la Universidad Autónoma de Madrid y de Enseñanza Secundaria, Doctor en Historia Contemporánea por la UNED, miembro de la Asociación de Historiadores del Presente y colaborador del Centro de Investigaciones Históricas de la Democracia Española. Preside la Asociación Entresiglos 20-21: Historia, Memoria y Didáctica, dedicada a la investigación sobre la enseñanza escolar de la historia reciente. Sus investigaciones versan sobre la historia del movimiento comunista en España. Ha publicado artículos sobre este tema en diversas revistas (Historia16, La Aventura de la Historia, Historia del Presente, Cuadernos Republicanos, Ebre38). Es autor de Comunistas sin partido: Jesús Hernández, ministro en la Guerra Civil, disidente en el exilio (2007). Es coautor, con Ángel Viñas, de El desplome de la República (Crítica, 2009).