El Ejército Furioso

El ejército furioso es el séptimo libro con el comisario Jean-Baptiste Adamsberg como vedette, comisario de la Policía Criminal de Paris. Un comisario muy especial, siempre ensimismado con sus « percepciones » y fluidos cerebrales, sin ninguna metodología de trabajo, pero tan humano y dotado de una intuición excepcional.

Y aquellos personajes truculentos de la comisaría : el comandante Danglard, alcohólico y erudito; Veyrenc, nativo del Bearn como Adamsberg y a quien le gusta expresarse en alejandrinos; Violette Retancourt, una mole temeraria; Froissy, la poli boulímica y angustiada que esconde alimentos en su armario; Marcadet, el policía hipersomníaco que se duerme en cualquier sitio (vaya poli !), etc.
En su comisaría Adamsberg obedece a 3 reglas : cuando no se puede ir al fondo del problema hay que tratar con Veyrenc; cuando no se llega a ningún resultado hay que consultarlo con Retancourt y cuando se ignora algo, hay que tratar con Danglard.

Esta vez tenemos 4 casos por resolver. Un caso sencillo de crimen con miga de pan. Un segundo caso de tentativa de asesinato de una pobre paloma. Un tercero con el asesinato por fuego de un industrial ricachón y por el cual se acusa a un pobre diablo. Y el último, y más interesante porque original, involucra una serie de asesinatos en un pueblo de Normandía (Ordenec) donde aún creen en la leyenda medieval del Ejército Furioso.
Esta leyenda aparece en el siglo XI, cinco años antes de la primera Cruzada y consiste en una aparición que se da sólo con ciertas personas en un sendero del bosque de Alance de Ordenec o también en el pueblo de Bonneval.
La leyenda cuenta que es una horda del demonio que se manifiesta con esqueletos vociferantes, descarnados, putrefactos y que empujan con ellos a hombres o mujeres vivos (igualdad de género en el Medioevo, eh?) que han cometido fechorías, gente mala.
Entonces cuando una habitante del pueblo tiene la aparición y logra identificar a 3 del pueblo, cunde el pánico más siniestro.
Una lectura ágil e interesante con esa escritura pulcra de Vargas, antropóloga especialista en el Medioevo.

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Da igual cuándo leas a Fred Vargas, sus historias siempre atrapan. Sus personajes siguen siendo únicos, y el comisario Adamsberg sigue siendo infalible. Ya solo me queda el último caso de la saga. Deseando leerlo. Sin duda los libros de Fred Vargas aportan a la novela negra actual un toque de calidad que no se encuentra en otros grandes del género