Una interesante y original novela detectivesca, ¿Una novela de misterio? Sí, y es una gran investigación, sí, pero lo atractivo del caso es que se realizará a través de un retrato del pasado. Espectacular.
Un libro que indaga cómo se construye la historia y cómo sin dudalo y sin cuestionar nada, y aún sin evidencias fiables ni pruebas, aceptamos como verdadero, lo que nos dice la historia. Pues he aquí una obra en la que nos refleja que esto no siempre es fiable.
Parece que el tiempo, aunque no siempre, puede demostrar aspectos que nunca nos habíamos planteado y por lo tanto ponernos muchas cosas en su sitio para encontrar otra verdad.
Un policía moderno de Scotland Yard realiza su investigación sobre los crímenes que, supuestamente, fueron llevados a cabo por el rey Ricardo III de Inglaterra, y a través de su retrato, llega a conclusiones muy diferentes de las que la historia daba como válidas. Es una novela que no puedes dejar de leer.
Y no es extraño que fuese elegida en 1990 como la mejor novela de misterio por la asociación de escritores del crimen en Inglaterra, Crime Writers Association.
El título de la obra también es llamativo y lo es porque está tomado de un proverbio antiguo, La verdad es hija del tiempo. La autora lo cita como epígrafe de la novela.
Sorprendente novela, una investigación policial insólita que nos traslada al pasado. Y de una manera inteligente y muy original.
La originalidad de esta novela de misterio, donde también nos muestra el género histórico, es la definición de una exquisita novela que la autora escocesa de Inverness, Elizabeth Mackintosh, dio a conocer con el seudónimo de
Josephine Tey, nombre utilizado en las cinco novelas cuyo protagonista es su carismático detective de Scotland Yard, el inspector
Alan Grant.
¿Cuáles son sus hipótesis? ¿Qué esperamos de su investigación? ¿Qué conclusiones nos demostrará? Pues todo esto es lo que nos encontraremos y leeremos con interés en esta excelente novela.
Una obra de calidad donde el inspector lleva a cabo una sorprendente investigación, postrado en la cama de un hospital a causa de un accidente y aburrido de su inactividad, decide investigar el crimen ocurrido cinco siglos atrás, a través del impresionante estudio del retrato del rey Ricardo III de Inglaterra, a raíz de una vieja postal, que su amiga, la actriz Marta Hallard, en una de sus visitas, le ha mostrado.
El estudio del rostro humano es una de las grandes pasiones del inspector, cuyas dotes de observación ya ha utilizado en la resolución de otros casos en su carrera profesional.
Y es así como va a desarrollar sus métodos deductivos y el análisis del rostro humano, para investigar al rey Ricardo III, conocido por ser el monarca más cruel y sanguinario de la historia de Reino Unido, por haber sido el asesino de sus dos sobrinos, encerrados en la Torre de Londres, convirtiéndose en uno de los infanticidas más odiados.
A partir del retrato y explorando su enigmático rostro, además de haber preguntado la opinión a todos los que pasan por su habitación, sin que nadie de los interrogados vea el rostro de un asesino y con la ayuda de un joven investigador del Museo Británico, Brent Carradine, se embarca con mucho entusiasmo, hacia la Inglaterra de las Dos Rosas, en pleno siglo XV.
Nos sumergimos con él en los archivos, las biografías, crónicas y libros de historia, hasta llegar a descubrir revelaciones inesperadas que ponen en duda las afirmaciones de la historia sobre Ricardo III.
Con la ayuda del joven historiador y una asombrosa investigación, utilizando los métodos policiales acostumbrados, el inspector que recela cada vez más de las conclusiones a las que llega la historia, nos lleva al encuentro del verdadero autor de los crímenes.
Una gran autora que consigue con total habilidad intelectual y su gran estilo, desmontar la historia que nos ha llegado y hacernos dudar de la veracidad de la misma, poniendo en tela de juicio los intereses personales de los enemigos de Ricardo III y restaurando su figura como personaje histórico y además como ser humano.
Un interesante viaje al pasado de la Guerra de las Dos Rosas, que pondría fin a la etapa medieval en Inglaterra, con la desaparición de los Plantagenet, y comenzar el Renacimiento con una nueva familia, los vencedores, y la dinastía de los Tudor.
Las series de TV sobre esta etapa pueden ser el mejor estímulo para conocer la parte histórica tan abundante en la novela. Podemos empezar con la serie The White Queen y continuamos por The White Princess dos miniseries producidas por STARZ.
En definitiva, una gran novela para entretener y además apasionar a los que se acerquen a ella. No lo dudéis, es sorprendente.
Y ademas, un viaje al pasado, intelectual, divertido y muy original .