Sin duda siempre será un acierto leer cualquiera de los libros de la señora Garnica. Buena literatura con tramas bien orquestadas y con personajes bien construídos. Una vez yo los he leído ya forman parte de mi familia literaria.
Las historias de esta escritora se situan casi siempre en nuestro pasado más reciente, los conflictos de la Europa del siglo XX. En esta novela, los personajes desarrollan su vida en la Alemania nazi y en la Rusia más autócrata de Stalin, a comienzos de su revolución y alrededor de la 2ª guerra mundial. Desde el comienzo de la novela los somete a las más absolutas desdichas y vejaciones. Todo lo que les rodea son hechos abominables, les tortura y les despoja de sus bienes y de su honor.
Todos sabemos que en épocas de guerra, surge lo más negro del ser humano, pero todo tiene un límite y es que la señora Garnica se recrea en eso: todo el mundo es malo, salvo sus protagonistas, que son los únicos revestidos de principios de moralidad y de justicia.
Sé que la escritora se ha documentado, no en vano es licenciada en Derecho y cursó estudios de Geografía e Historia, pero a pesar de que esos hechos históricos fueron de lo más oscuro del ser humano y en ellos, todo lo cobarde, perverso e infame de las personas dio rienda suelta, porque la ley los protegía y denigraba justicia y cultura, a pesar de todo ello, algo bueno debía haber en esos países y en esas épocas.
Además también es una historia de amor con 3 protagonistas, un triangulo amoroso en medio de tanta barbarie: Yuri, Claudia y Krista sufrieron abusos, afrentas humanas y tragedas de todo tipo. Lees la novela esperando cualquier atisbo de esperanza y solo lo encuentras en el final. Apoteósico.
Paloma resuelve todo al estilo Disney "...comieron perdices" y además con toda clase de aderezos, dinero, amigos, casita con flores.
Este año quedó finalista en el Planeta por esta novela, pero creo que yo, de formar parte del jurado, no la hubiera votado.
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