la inmortalidad nos ha convertido en dibujos animados
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la inmortalidad nos ha convertido en dibujos animados
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Sentías algo de alegría, pero no era más que una sombra de lo que puede ser. Sin la amenaza del sufrimiento no podemos experimentar la verdadera felicidad. Como mucho, llevamos vidas agradables.
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-No es lo mismo un invitado que un intruso.
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Creo que los mortales se esforzaban con más empeño en lograr sus objetivos porque sabían que el tiempo era esencial. Pero ¿nosotros? Podemos posponerlo todo con mayor eficiencia que los condenados a morir, puesto que la muerte se ha convertido en la excepción, en vez de la regla.
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Hay tres razones para ello. La primera es conectarte con tus antepasados, revivir el dolor y el miedo al dolor, porque eso es lo que condujo a la civilización y a la humanidad a superar su propia mortalidad. La segunda es un rito de paso; algo que, por desgracia, ya no existe en nuestro pasivo mundo. La tercera quizá sea la más importante: sufrir dolor nos libera para sentir la alegría de ser humanos.
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Y, tal como yo lo veo, todos son inocentes, incluso los culpables. Todos somos culpables de algo y todos seguimos atesorando algunos recuerdos de nuestra inocencia infantil, por muchas capas de vida que lo envuelvan. La humanidad es inocente, la humanidad es culpable y ambos estados son indiscutiblemente ciertos.
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¿Alguna vez hemos tenido peor enemigo que nosotros mismos?
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Nos miramos en el espejo y vemos un rostro que apenas reconocemos y que nos suplica que reiniciemos el contador y seamos jóvenes de nuevo. Sin embargo, ¿somos de verdad jóvenes una vez que reiniciamos el contador? |
Sin embargo, recuerda que el infierno no es lo único que está lleno de buenas intenciones. Hay muchos sitios más.
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Se nos enseña a anotar no sólo nuestros actos, sino también nuestros sentimientos, porque debe saberse que los tenemos: remordimientos, arrepentimiento, una tristeza imposible de soportar. Porque si no sintiéramos esas cosas, ¿qué clase de monstruos seríamos?
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Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"