Luna llena

LUNA LLENA tenía dos ingredientes que hacían presagiar que iba a gustarme, y así ha sido.

Por una parte la escritora, aunque vive en Canadá, es japonesa. Y la literatura oriental, con su forma pausada y delicada de narrar situaciones y costumbres, me gusta.

Por otra, el argumento. Tetsuo y Fujiko Nire, ya ancianos, viven en una residencia rodeada de jardines y acompañados por el canto de las cigarras. Se mudaron allí cuando Fujiko empezó a mostrar síntomas de Alzheimer. Y este es el segundo ingrediente por el que estaba segura de que el libro iba a gustarme. Aunque me resulte duro, siempre me atrae leer sobre esta enfermedad que he conocido muy de cerca.

La autora narra maravillosamente bien el progreso y los estragos de esta triste enfermedad. Y no solo refiriéndose a Fujiko, sino también los efectos que tiene sobre las personas que la rodean. Su esposo Tetsuo, sus hijos, cuidadores y amigos. Cualquiera que lo haya vivido se sentirá identificado.

La evolución de la enfermedad es lo que da pie a la historia que se construye en este libro. Porque Fujiko ya no controla sus recuerdos, y al mismo tiempo que tal vez no sepa qué hizo esa misma mañana, pueden llegarle con total nitidez otros recuerdos del pasado. Recuerdos que desvelarán los secretos que esconde su vida. Para conocerlos, por supuesto hay que leer el libro.

Esta pareja de ancianos nos sorprenderá. A mí por lo menos me ha dejado por momentos con la boca abierta, y también me ha arrancado sonrisas y alguna lágrima.

Aunque le he encontrado fallos (principalmente, que deja incógnitas sin resolver, algunas importantes), recomiendo el libro. Para mí ha sido una historia llena de sentimientos, profunda a la vez que sencilla, y muy emotiva.

Nos encontramos con una novela lírica, delicada e impregnada de signos de realidad que muchos de nosotros podemos reconocer.

En ella se relata una historia en una localidad japonesa, de un matrimonio de ancianos , que pasan su vejez en una residencia especializada y con todo tipo de comodidades.

Los protagonistas son Fujiko, que padece Alzheimer y su marido Tetsuo, que es el narrador en primera persona.

Y veremos todas y cada una de las características de una enfermedad, desgraciadamente, bastante común, en el personaje de Fujiko, como los olvidos selectivos, la confusión de personas, los recuerdos imprecisos o falsos hasta llegar al no reconocimiento de las personas de la familia.

Es seguro que en la obra, habrá muchos momentos y características que reconozcamos en el personaje de Fujiko , ya que también habremos conocido a personas o familiares que hayan padecido esta terrible enfermedad y sus consecuencias.

Pero, esta es una obra tan excelentemente cuidada, que el tratamiento del tema, sosiega, no intranquiliza, es realmente de un lirismo desbordante que, a pesar de ser, efectivamente, una tragedia, el viaje que realizamos resulta apacible y te lleva por caminos que también nos traen los secretos de una relación duradera , cincuenta años de matrimonio, pero que tuvo sus momentos de sacrificios y ocultamientos.

Sin embargo, la manera de descubrirlos, de estar narrados, y a pesar de que Fujiko, ya no reconozca a su marido como tal, tampoco a sus hijos y nietos, la novela da un paso adelante para poder reparar antiguos errores y con tranquilidad, paso a paso, sin prisas, sin ira, sin enfados, iremos descubriendo aquellos momentos en los que la pareja estuvo a punto de la separación.

Y es que el marido, Tetsuo, se enfrentará a sus secretos y a los de su esposa, y descubrirá que tal vez, no fueron tan felices ni tan perfecta su relación.

Pero ahora, permanecerán muy unidos, pese a la enfermedad de Fujiko,, que ahora sólo lo reconoce, no como su marido, sino como su novio, y ha borrado de golpe, todo un pasado en común, a su marido, a sus hijos, a sus nietos. Y Tetsuo tendrá que presentarse como su prometido. Es duro, pero siguen juntos.

Sin embargo, todo ello lo iremos conociendo y aceptando , junto al marido, que debe situarse en un nuevo comienzo ante ella. Y comienzan las sorpresas cuando se destapan los secretos que habían estado ocultos y que nos incitan a cuestionarnos si realmente conocemos bien a las personas que están con nosotros.

Yo creo que siempre hay situaciones y aspectos que podemos desconocer de nuestra pareja, a pesar de llevar años de convivencia y vida en común, igual que en esta novela. ¿Qué pensáis?

Me ha llamado mucho la atención el tema sobre las cigarras que cantan en el jardín de la residencia y que siempre acompañan a nuestra pareja y también a nosotros, los lectores, en el recorrido de una historia llena de delicadeza.
Un canto y un conocimiento de los diferentes tipos de cigarras que, nuestra protagonista, sí conocerá y esto no lo ha olvidado.

También la música tiene un papel preponderante, los conciertos a los que asistimos junto a los habitantes de la residencia, los ancianos que saben tocar instrumentos musicales, un hijo de nuestra pareja que, toca la guitarra española y también da conciertos y, a todos ellos, asistirán Fujiko y Tetsuo produciéndoles alegres emociones.

La verdad es que, en realidad, estamos en una residencia muy especial , la música, también forma parte esencial en ella, así como los inmensos jardines.

Pueden salir y entrar cuanto quieran y poseen habitaciones en las que tienen todo lo necesario de una casa, y donde parecen ser felices los que allí se alojan.

Es una gran novela que aunque se podría catalogar de dura y trágica, el tema lo es, pero también tratada con tanta delicadeza, que asistimos conjuntamente a la belleza y a la tristeza, que unidas, nos conmoverán.

En definitiva , la podemos considerar todo un arte, en relación a su composición ya que no es nada fácil expresar tanto con tan pocas palabras, frases cortas y sin casi explicaciones. Diálogos certeros y breves que nos indican toda una vida.

Una gran historia de revelaciones y del gran amor que todo lo puede que nos presenta un gran mensaje y nos invita a la reflexión.

Una historia conmovedora. Este podría ser el resumen de este pequeño libro. Aki Shimazaki nos invita a reflexionar con esta obra. A pensar en cómo se debería tratar a nuestros mayores en todos los aspectos pero más cuando se trata de personas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Pero también es una reflexión sobre si realmente conocemos a la persona con la que hemos convivido décadas, todos guardamos profundos secretos en lo más recóndito de nuestro ser. En esta historia tanto Tetsuo como Fujiko guardan secretos y tras sacar alguno a la luz por culpa del alzheimer, se plantea dos caminos a recorrer. Perdonar y continuar o hacer saltar su vida por los aires puesto que en el caso de desvelarse fracturaría para siempre su mundo tal y como lo conocen.

Aki Shimazaki hace una delicada narración de un tema terrible, el alzheimer. Una enfermedad así asola la vida de una familia y tienes que adaptarte a vivir con ella puesto que no tiene vuelta atrás. Ha sido precioso ver cómo en la residencia se iban adaptanto a Fujiko para hacerle la vida más fácil y cómo Tetsuo hacía lo propio cuando. Si habéis vivido de cerca esta enfermedad, es terrible llegar al momento en el que tu ser querido ya no te reconoce y se plantea esa disyuntiva entre estar siempre intentando que te recuerde diciéndole quién eres o pasar a formar parte de su nuevo mundo de alguna manera. Nadie te prepara para algo así y toda ayuda que se reciba siempre es poca pero muy necesaria.

Una novela delicada, tierna y profunda perfecta para el Marzo Asiático.
Enlace: https://tulibroytu.wordpress..

#Lunallena de #AkiShimazaki (2021) 📖 @tusquetseditores 📚

Tetsuo y Fujiko Niré son un matrimonio que vive en una residencia de ancianos. No viven mal, aunque no es lo que tenían pensado para su vejez. Fujiko hubiese preferido que su hijo y su nuera, tras casarse, se hubiesen instalado en la casa familiar y así hubiesen vivido con ellos, como ella vivió con sus suegros. Pero su hijo no quiso esa vida, lo que no significa que no atienda ni se preocupe por sus padres; cuando su madre mostró síntomas de Alzhéimer les buscó una buena residencia y no pueden quejarse del trato recibido en ella. Allí pasan los días con tranquilidad, pero una mañana Fujiko no reconoce a su marido y tienen que idear un plan para que lo tolere: le hacen creer que es su novio, al que ha conocido gracias a un miai, una antigua tradición japonesa que consiste en un encuentro para valorar un posible enlace matrimonial; ella se conforma y ahora son novios. Fujiko no recuerda nada de su vida matrimonial, ni siquiera reconoce a sus hijos, y este hecho llevará a Tetsuo a descubrir pasajes de la vida de su mujer que no conocía. Nos iremos empapando de sus vidas, de cómo se comprometieron, se casaron, las vidas que llevaban. Han pasado toda una vida juntos, pero ellos parecen no conocerse bien ni tener demasiado en común; y Tetsuo se percata ahora de que su mujer no lo veía a él ni a su relación como él pensaba... ¿Qué descubrirá del interior de su mujer y del pasado que lo deja perplejo?

Esta ha sido la primera novela que he leído de esta autora y ha sido un buen estreno con ella: me ha parecido una novela estupenda. Sin contar con una narración brillante para mí, ni tampoco compleja, ya que cuenta con un lenguaje sencillo y aparentemente simple en general, ha conseguido hacerme reflexionar sobre la vida, sobre las relaciones conyugales y el conocimiento que se tiene de los compañeros de vida, de aquellos que se eligen para hacer el camino, dándole valor también a la forma en la que se camina juntos.

Una buena novela, simple pero muy efectiva. Me ha aportado mucho su lectura y la he leído con emoción y expectación.

¡Reseña completa en el blog! 💫
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Luna llena, de Aki Shimazaki, es uno de esos libros que lees de tanto verlos por aquí. Eso sumado a que buscaba algo breve por la biblioteca para acompañar mi lectura actual principal (Los miserables), me hicieron decantarme por ella.

Una historia con una pareja de ancianos como protagonistas, que viven, desde que a ella le diagnosticaran Alzheimer, en una residencia. Llega el día en que ella no le reconoce y todo empieza a cambiar poco a poco y tendrán que acostumbrarse, tanto ellos como sus familiares, a esa nueva realidad.

Una novela preciosa, con unos personajes adorables que me ha dejado satisfecho, aunque reconozco que se me ha quedado cortita en ciertos temas y me hubiera gustado más desarrollo en ciertos momentos. Y es que como digo, se trata de una novela muy breve y muy amena que se lee prácticamente de una sentada.

La sensación general al terminarla ha sido buena, muy buena diría, pero creo que no me ha gustado tantísimo como a casi todxs viendo las reseñas que he leído por aquí. Una novela recomendable, sin duda, que deja con ganas de más.

¿Alguna vez han pesado lo curiosa que puede llegar a ser la memoria? Como podemos recordar acontecimientos puntuales que han marcado nuestra vida a pesar del paso de los años. Y es que los recuerdos vienen acompañados de un gran factor emocional, lo que hace que nuestra memoria decida almacenar esos recuerdos de manera permanente y que no se nos olviden, incluso cuando la memoria pueda verse perseguida por la enfermedad.

Esto es lo que descubrirá Tetsuo, que al mudarse con su esposa Fujiko (que padece Alzheimer) a una residencia, despertará un día sin que su esposa lo reconozca como su marido, sino como su prometido. Tetsuo tendrá que convivir con esta nueva situación por el bien de Fujiko e intentar llevarla de la mejor manera posible, ya que el Alzheimer es una enfermedad que afecta al entorno vital del enfermo y de aquellas personas que lo rodean. Tetsuo tendrá que hacer frente a este nuevo cambio, pero además su vida da un vuelco cuando los recuerdos más arraigados de Fujiko salen a la luz de manera incoherente y hacen dudar a Tetsuo de su veracidad.

Con una prosa exquisita, Aki Shimazaki construye una historia conmovedora, donde el factor de la memoria juega un papel importante. Los recuerdos resuenan durante toda la historia, algunos difusos, otros claros y algunos entremezclados como el canto de las cigarras que escuchan a diario en el jardín de la residencia, y que Fujiko sabe distinguir a la perfección que especie de cigarras son, así como sus tiempos de vida o el tiempo que pasan bajo tierra. Y es que la naturaleza juega un papel importante como telón de fondo, recordándonos que es testigo vivo de la historia y pese al paso del tiempo o los acontecimientos sigue ahí, impasible y robusta, ajena a todo pero consciente.

Una historia breve pero profunda, narrada con una belleza sutil y llena de frases cortas pero con gran fuerza que ponen de manifiesto, casi a un nivel mágico, los pensamientos o acciones de los personajes. Ojalá sigan traduciendo obras de estar autora, porque aunque no sean obras maestras tienen algo que las hace familiares, como una zona de confort en si mismas que siempre da gusto leer.

¿Puede una pareja estar toda la vida juntos sin mentirse?

Fujiko y Tetsuo comenzaron su matrimonio viviendo en casa de estos como manda la tradición. Fujiko dedicó su vida a cuidar de sus suegros y de sus tres hijos, mientras su marido trabajaba como ingeniero y viajaba. Sí, él mantenía a la familia, pero ¿hay alguna escena más tradicional de patriarcado que ésta?
Pues si lees el libro completo descubrirás que sí que hay escenas aún más completas que está y también que ésta es la visión de un anciano que pasa sus últimos días en una residencia junto a su mujer que padecen alzheimer y le ha olvidado, ¿es esta una forma de justicia para él? Porque para la pobre Fujiko no.

Con esta breve novela aprendes sobre las tradiciones japonesas, su estilo de vida y la represión que siguen viviendo las mujeres.

Este es un libro cortito, lleno de dudas y de la sabiduría que da la edad.
El señor Nire y su mujer viven en una residencia. La mujer, Fujiko, tiene Alzheimer. Viven en la residencia desde que Fujiko comenzó a tener síntomas de la enfermedad y ambos están muy contentos con esa decisión.
Pero un día Fujiko no sabe quien es el hombre que duerme en la cama de al lado. le dicen que es su prometido y entonces ella lo reconoce y se queda más tranquila, de esa manera podrán seguir compartiendo habitación. Pero al olvidar los cuarenta años de matrimonio, Fujiko ha olvidado muchas cosas, como a sus hijos. Pero ha recordado otras que sembrarán la duda y harán pasar al señor Nire por momentos de angustia.
La novela se lee muy bien y tiene algo que te hace querer continuar leyendo. El tema no es a lo que nos tiene acostumbradas la autora, pero su delicadeza y narrativa es la misma.
La historia nos hace ponernos en perspectiva y saber como actuar con personas enfermas.
Quizá no sea la mejor obra de la autora, pero me han gustado toda la evolución del marido y lo sutil que puede ser el amor.

Igual que en su excelente anterior novela, Hôzuki, la librería de Mitsuko, la escritora japonesa Aki Shimazaki ofrece una novela corta en páginas pero de largo recorrido emocional, hábil en el difícil arte de expresar mucho con muy poco. Luna llena es el recuerdo de una noche entre la agonía del alzhéimer, la vuelta a empezar de una memoria fracturada que repercute en la vida de los demás y, sobre todo, en la de su marido.

Podría calificarla de cuento porque ese es el sabor de boca que deja su lectura. Rápida, emotiva y generosa que se disfruta con una sonrisa permanente y la sensación de vértigo en cada frase. Shimazaki trasmite pequeños destellos existencialistas con el amor como condición única y el desamor como paradójico vacío. Luna llena es una obra corta pero profunda que merece la pena leer, reflexionar y atesorar sus maravillosas metáforas.

¿Que es el amor? ¿Que significan en nuestra vida y corazón las personas que amamos? ¿Cuánto abarca el perdón hacia ti mismo y hacia otros? Siempre damos por sentado que después de años conviviendo no hay algo que no conozcas de las personas sea sus gustos, costumbres, secretos o sentimientos. Olvidamos que como personas como seres individuales siempre guardamos algo para nosotros, algo íntimo algo secreto algo que no le pertenece a nadie más.

Un libro corto pero lleno de mucho significado. Con una pluma ligera y delicada la autora abarca matices de la vida en un relato que se siente cotidiano y natural.

Transmite tanto la esencia de Japón en sus tradiciones, su música su armonía con la naturaleza y como las nuevas generaciones van creando cambios sutilmente adaptándose para conservar su esencia.