Igual que en su excelente anterior novela, Hôzuki, la librería de Mitsuko, la escritora japonesa Aki Shimazaki ofrece una novela corta en páginas pero de largo recorrido emocional, hábil en el difícil arte de expresar mucho con muy poco. Luna llena es el recuerdo de una noche entre la agonía del alzhéimer, la vuelta a empezar de una memoria fracturada que repercute en la vida de los demás y, sobre todo, en la de su marido. Podría calificarla de cuento porque ese es el sabor de boca que deja su lectura. Rápida, emotiva y generosa que se disfruta con una sonrisa permanente y la sensación de vértigo en cada frase. Shimazaki trasmite pequeños destellos existencialistas con el amor como condición única y el desamor como paradójico vacío. Luna llena es una obra corta pero profunda que merece la pena leer, reflexionar y atesorar sus maravillosas metáforas. |