Trajiste contigo el silencio. Y era el sonido más hermoso que había oído. Porque era donde tú estabas. Ahora que te has marchado, todos los ruidos, todos los sonidos del mundo no son lo suficientemente intensos para traspasar mi corazón destrozado.
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Trajiste contigo el silencio. Y era el sonido más hermoso que había oído. Porque era donde tú estabas. Ahora que te has marchado, todos los ruidos, todos los sonidos del mundo no son lo suficientemente intensos para traspasar mi corazón destrozado.
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—Creo que el amor es un concepto, y cada persona tiene una palabra propia que lo resume para ellos. Mi palabra para el amor es "Bree".
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¿Quién leyó mi mente y supo que tú eras justo lo que quería incluso cuando yo no lo sabía?
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Solo a ti se te ocurre enamorarte del ermitaño mudo del pueblo. —Luego sonreí. Sí, el ermitaño mudo del pueblo; pero era mi ermitaño mudo.
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Quiero ser capaz de amarte más de lo que temo perderte, y no sé cómo. Enséñame, Bree. Por favor, enséñame. No dejes que esto me destruya. —Me miró suplicante, con el dolor grabado en cada rasgo.
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—Sin embargo, me duele. Me duele porque tengo miedo de amarte. Temo que me dejes, temo volver a estar solo. Será cien veces peor porque sabré lo que me falta. No puedo…
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—El amor no tiene que doler.
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—Te quiero tanto que me duele —confesó. Y parecía realmente afligido.
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Creo que el amor es un concepto, y cada persona tiene una palabra propia que lo resume para ellos. Mi palabra para el amor es Bree.
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Había aprendido hacía poco que lo más importante era siempre aprender a hablar el lenguaje de una persona.
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