"Pará estudiar las fuentes de la vida, debemos recurrir en primer lugar a la muerte". (Shelley, 2014, pág.71)
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"Pará estudiar las fuentes de la vida, debemos recurrir en primer lugar a la muerte". (Shelley, 2014, pág.71)
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¿Por qué alardeará el hombre de tener una sensibilidad superior a la que demuestra poseer el bruto? Ella no hace más que aumentar sus necesidades. Si nuestros impulsos estuvieran limitados al hambre, la sed y el deseo, podríamos ser casi libres. Ahora, en cambio, somos arrastrados por el primer viento que sopla y por una palabra casual, o por las perspectivas que esa palabra nos abre.
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¡Con qué facilidad varían nuestros sentimientos y qué extrañamente nos aferramos a la vida en momentos de desesperación!
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Si no puedo inspirar amor, desencadenaré el miedo.
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Te recuerdo que fui creado por ti, yo debería ser tu Adán, sin embargo soy más un ángel caído, a quien le sacaste la alegría sin haber cometido ningún crimen. Por todas partes veo que reina la alegría de la cual estoy irrevocablemente excluido. Yo era benévolo, bueno; la desgracia me volvió un demonio.
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Maldito sea el día en que recibí la vida! ¡Maldito mi creador! ¿Por qué fabricaste un monstruo tan espantoso que incluso tú mismo te apartaste horrorizado de mí? Dios, en su misericordia hizo al hombre hermoso y atractivo, a su propia imagen; en cambio, mi figura era una mezcla inmunda, una parodia de la tuya, más espantosa aún por su parecido. Satanás tuvo a sus compañeros, a sus demonios seguidores, que le admiraban y alentaban; pero yo me encuentro solo y soy abominado.
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Murió en paz, y su semblante expresaba cariño aún bajo el velo de la muerte. (…) Ha de transcurrir mucho tiempo antes de que nuestra mente se persuada de que ella, a quien veíamos cada día y cuya existencia misma parecía formar parte de la nuestra, se ha marchado para siempre; que el brillo de la mirada amada se ha extinguido y que el sonido de aquella voz tan familiar, y querido al oído, ha sido silenciad y jamás volverá a oírse. Tales son las reflexiones de los primeros días, pero cuando paso el paso del tiempo confirma la realidad de la desgracia, da comienzo la auténtica amargura de la pena. ¿Quién no ha experimentado cómo esa ruda mano se lleva a algún ser querido?
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El sol y el cielo han sido testigos de mis actividades y te confirmarán lo que acabo de decirte. ¡Yo soy el asesino de esas inocentes víctimas! Todos murieron por causa de mis manipulaciones aunque lo cierto es que hubiera derramado con gusto mi sangre para salvar sus vidas. Pero no me ha sido posible liberarles de la muerte... No me es posible sacrificar a toda la humanidad
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¿Era,en efecto, el hombre tan poderoso, tan virtuoso y magnífico, pero tan bajo y vicioso a la vez? Unas veces parecía un puro brote de maldad, y otras un compendio de todo lo noble y lo divino.
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¿Y dónde está ahora? ¿Se ha perdido para siempre este ser amable y delicado? ¿Ha perecido esta mente, tan repleta de ideas, imaginaciones fantasiosas y magníficas, que formaban un mundo cuya existencia dependía de la vida de su creador? ¿Acaso existe sólo en mi recuerdo? No, no es así; tu forma, de traza tan divina y rebosante de belleza, se ha desintegrado, pero tu espíritu sigue visitando y consolando a tu desventurado amigo.
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Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.