El túnel es una novela de apenas ciento cincuenta páginas en la que Pablo Castel nos cuenta desde la cárcel cómo y por qué asesinó a una joven con la que había establecido una relación amorosa. Es una novela muy oscura narrada en primera persona, por lo que asistimos a los más bajos instintos de Pablo, a sus pensamientos más íntimos, a sus celos y a sus obsesiones.
Pablo conoce a María Iribarne en una presentación de pintura en la que se expone uno de sus cuadros. Desde el primer momento queda embelesado de ella porque, al contrario que el rersto de asistentes al evento, ella repara en una pequeña ventana desde la que se ve el mar en una esquina de su cuadro. Durante meses urde un plan para poder mantener contacto verbal con ella, valorando todas las posibilidades y variables posibles, hasta que un día provoca el encuentro de manera fortuita. A partir de ahí los dos acuerdan mantener el contacto.
Sábato crea en el personaje de Castel a un hombre de treinta y muchos años inseguro de sí misma y completamente suspicaz hacia el resto de personas a su alrededor, pero sobre todo hacia María, ante la que aplica un constante maltrato psicológico. Ya está, llamemos a las cosas por su nombre. Castel intenta controlar con quien habla en todo momento, saber dónde se encuentra y con quien, le somete a constantes y duros interrogatorios y busca hacerle trampas verbales para intentar inducirla a una contradicción o a algún tipo de duda. Llega a insultarla y a llamarla puta.
María, por su parte, intenta mantener la calma y la serenidad con Pablo, provocándole y siendo enigmática a propósito, lo que molesta más si cabe a su amante, que busca ejercer un control total sobre ella. No es infrecuente que se ausente unos días sin avisar para irse a ver a su primo a la playa, momentos que nuestro protagonista aprovecha para indagar sobre su vida.
El desenlace no es un spoiler, ya que lo dice el narrador en la primera oración de la novela. Las motivaciones y el cómo le dejo al lector que lo descubra, pero os adelanto que el desenlace, en mi opinión, no está a la altura del resto del texto. Me parece un final apresurado y que, pese a tener sentido dentro de la narrativa tras desvelarse un último gran secreto, no cumple las expectativas.
La narrativa de Sábato es rica en detalles y utiliza algún recurso literario como la hipérbole o la metáfora. También varios modismos usados en Argentina que no dificultan la lectura del texto, sino que lo hacen más verosímil. Por desgracia, esta historia es la de tantas otras parejas en la actualidad, con mismo planteamiento, nudo y desenlace. Diría que hasta se queda corta, confirmando que la realidad supera a la ficción.
Personalmente, recomiendo la novela. Se compone de cuarenta capítulos breves que permiten al lector salir de la narración en cualquier momento. Es una novela que se lee en dos tardes y que es realmente ágil y entretenida.
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