El imperio final

Represento aquello que nunca has podido matar, no importa cuánto lo hayas intentado. Yo soy la esperanza.

"𝘊𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘦𝘴𝘰 𝘭𝘶𝘤𝘩𝘢𝘣𝘢. 𝘕𝘰 𝘴𝘰́𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘦𝘭 𝘓𝘰𝘳𝘥 𝘓𝘦𝘨𝘪𝘴𝘭𝘢𝘥𝘰𝘳, 𝘯𝘰 𝘴𝘰́𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘭𝘢 𝘯𝘰𝘣𝘭𝘦𝘻𝘢. 𝘓𝘶𝘤𝘩𝘢𝘣𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘮𝘪𝘭 𝘢𝘯̃𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘥𝘪𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰, 𝘮𝘪𝘭 𝘢𝘯̃𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘦𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘰𝘤𝘪𝘦𝘥𝘢𝘥 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘪𝘥𝘦𝘳𝘢 𝘭𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘤𝘪𝘯𝘤𝘰 𝘮𝘪𝘭 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 «𝘨𝘳𝘢𝘯 𝘷𝘪𝘤𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢»,
𝘓𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘢𝘭𝘣𝘦𝘳𝘨𝘢𝘣𝘢 𝘵𝘢𝘯 𝘱𝘰𝘤𝘢 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘴𝘬𝘢𝘢, 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘣𝘪́𝘢𝘯 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢𝘥𝘰 𝘳𝘦𝘥𝘶𝘤𝘪𝘥𝘰𝘴 𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘶𝘦𝘭𝘰 𝘦𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘳𝘳𝘰𝘵𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘥𝘢𝘴.
- 𝘌𝘴𝘵𝘰 𝘯𝘰 𝘩𝘢 𝘴𝘪𝘥𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘦𝘳𝘳𝘰𝘵𝘢, 𝘔𝘦𝘯𝘯𝘪𝘴. - 𝘴𝘶𝘴𝘶𝘳𝘳𝘰́ 𝘒𝘦𝘭𝘴𝘪𝘦𝘳 - 𝘠𝘰 𝘰𝘴 𝘦𝘯𝘴𝘦𝘯̃𝘢𝘳𝘦́ 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘷𝘪𝘤𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢."

”—¿Preguntas por qué sonrío, buen Mennis? Bien, el lord Legislador cree que la risa y la alegría son solo suyas. No quiero que sea así. Y es una batalla que no cuesta mucho trabajo librar.”

-No dejas de amar a alguien sólo porque te hace daño- dijo él-. Desde luego, las cosas serían más fáciles.

Los hombres rara vez consideran injustificadas sus propias acciones.

A veces, me preocupa no ser el héroe que todos creen que soy, decía el texto.

- Deberías intentar no hablar tanto, amigo mío - sugirió-. De esa forma parecerás menos estúpido.

Deberías intentar no hablar mucho. Así sonarás mucho menos idiota de esa manera.

El Héroe de las Eras no será un hombre, sino una fuerza. Ninguna nación lo reclamará, ninguna mujer lo conservará y ningún rey podrá matarlo. No pertenecerá a nadie, ni siquiera a sí mismo.

—¿Cómo se mata "accidentalmente" a un noble en su propia mansión?
—Clavándole un cuchillo en el pecho. O, más bien, un par de cuchillos en el pecho, aunque lo mejor es ser precavido.