La matriarca

Una comunidad de vecinos, una anciana que se precipita al vacío desde su piso, una casera que parece ocultar algo y una desaparición que pone en marcha un operativo a través del cual se hacen impactantes descubrimientos sobre la familia de la desaparecida y que conecta ambos casos de una forma sorprendente. Es todo lo que necesita Pablo Rivero para tejer una novela que pone en primer plano problemas como la precariedad de la tercera edad, el peligro que se oculta tras el uso indebido de las redes sociales, la fragilidad de los vínculos familiares y la delicada forma de vida de las personas en riesgo de exclusión.

"A la matriarca se le ponen los pelos de punta porque sabe que esta llamada es solo el principio".

Los casi ochenta años de Felicidad no le impiden ser una mujer independiente que gestiona los alquileres de un bloque de pisos del que es propietaria. La edad no ha nublado su juicio y expresa lo que le gusta y lo que no de una sociedad que parece haber perdido el norte, con unos mecanismos que en ocasiones parecen querer dejarla fuera de juego; la irrupción de las nuevas tecnologías en gestiones cotidianas y las redes sociales, en las que necesita estar presente a su manera. Sus hijos han hecho su vida y parecen aceptar con hastío las periódicas reuniones familiares que todos se esfuerzan por que no duren demasiado mientras las encajan en sus rutinas. Si hay alguien que convive con ella más tiempo es por interés e incluso termina por asumir cargas extra que probablemente no debería. Hasta aquí, podría tratarse de la historia de muchas familias y es algo que Pablo Rivero hace muy bien; nos plantea situaciones y temas de actualidad para que cuando aparezca el horror, nos perturbe aún más.

Todo empieza con el aparente suicidio de una anciana que vivía sola y se ha precipitado al vacío desde uno de los pisos de los que Felicidad es propietaria. Candela, teniente de la Guardia Civil, y su equipo se ponen al frente de una investigación que parece conducir al callejón sin salida de la muerte voluntaria. Felicidad colabora con la investigación, pero intuimos que algo no marcha del todo bien y sospechamos que hay datos que la mujer no quiere revelar. Será entonces cuando la desaparición de una persona lleve de vuelta a Candela y sus compañeros a casa de Felicidad y tanto ella como su familia se conviertan en el eje de las pesquisas. Los secretos saldrán a la luz y uno tras otro, los misterios que rodean ambos casos se entrelazarán hasta que la trama los desenrede al final. Un final de alto impacto, con más de un giro que no dejará indiferente al lector.

"Si hay un accidente o una catástrofe, primero graban y después actúan".

Pablo Rivero consigue, una vez más, atraparnos en una historia con un ritmo que aumenta poco a poco hasta la mitad de la novela, a partir de donde se precipita en una cascada de giros e inesperadas revelaciones. Un thriller en el que nada es lo que parece y en el que el final atraviesa al lector como una bala cuando todo parecía resuelto. Quienes se aventuren a leer La matriarca, cerrarán el libro al final satisfechos.

Pablo Rivero se licenció en comunicación audiovisual y es un actor conocido por interpretar a Toni Alcántara en Cuéntame cómo pasó, serie de éxito de TVE. Además, ha participado en numerosos proyectos audiovisuales entre los que se encuentran de tu ventana a la mía de Paula Ortiz, Proyecto tiempo de Isabel Coixet, No me pidas que te bese porque te besaré de Albert Espinosa y montajes teatrales como La caída de los dioses dirigido por Daniel Veronese y más recientemente La importancia de llamarse Ernesto. No volveré a tener miedo fue su primera novela. le siguieron Penitencia, Las niñas que soñaban con ser vistas, La cría y Dulce hogar.
Enlace: https://lacopela.blogspot.co..

Siento mucho lo que voy a decir sobre este libro, pero me gusta ser siempre muy sincera sobre lo que leo, ya bien sea para bien o para mal, y es que este ha sido el mayor chasco que me he llevado leyendo "novela negra" (si es que se le puede llamar así a este libro) en años.

La historia, insostenible. Los personajes, mal, muy mal, es que el asco que les cogí a todos fue la gotita que colmó mi paciencia. Los giros argumentales... En fin, muy previsibles, sin mucho sentido, es que no había por donde cogerlos, no tenía ni pies ni cabeza de verdad. Luego también es muy moralista, con monólogos de Candela hablando de lo injusto que es según qué cosa, como si quisiera aleccionar al lector.

Y puede que a la gente le guste el libro, que oye cada uno tiene sus gustos, pero este autor a mí hasta la fecha no me molestaba, sus libros eran entretenidos. Pero este último...no había fin. Me he saltado párrafos, hasta páginas, y no importaba, es que era un darle vueltas sobre lo mismo.

De verdad que detesto hacer críticas negativas, pero al menos a los que me han preguntando estos días se lo he desaconsejado. Ya os iré leyendo a ver qué os ha parecido a vosotros

Hoy os traigo una de las novedades más esperadas de marzo y que mas ganas tenía de leer.

En este libro, como ya nos tiene acostumbrados el autor, volvemos a encontrar una pequeña relación con sus libros anteriores, en este caso, unos personajes ya conocidos que, esta vez, por separado, se encuentran un nuevo caso.

Una trama ágil, entretenida, de las que se leen prácticamente solas y con un gran trasfondo y critica social, esta vez, el autor, saca a relucir varios temas y entre ellos el de las personas mayores, sus dificultades, los abusos que se comenten contra ellos, lo indefensos que se encuentran ante diversas situaciones, quizá para mi, este tema ha sido lo más destacable de todo.

Si bien, no ha sido mi libro favorito del autor, ha sido una lectura que de nuevo me deja con ganas de seguir leyendolo y ver con qué nos volverá a sorprender en una nueva historia.

Volvemos a encontrarnos con Candela, la teniente de la Guardia Civil que conocimos en novelas anteriores del autor. En esta ocasión, tiene que investigar, junto a su nueva compañera Sandra, la muerte de María, una anciana que parece haberse precipitado por la ventana al patio interior del edificio. Candela tendrá que interrogar e investigar a todos los vecinos y a Felicidad, la dueña de las viviendas, y su familia. Esta, a parte de casera, mantuvo una gran amistad con la fallecida y su muerte no sólo le ha producido una gran tristeza sino también una enorme inquietud y temor... ¿Queréis saber por qué? Pues a por el libro que ya estáis tardando.

Leer a Pablo Rivero siempre es aventurarse hacia lo desconocido. Logra sorprenderte constantemente y sus tramas te hacen sentir ese desasosiego moral de creer no estar haciendo lo correcto en la vida en general: le encanta abrir la caja de Pandora o el cajón de mierda, llámalo X. Pero por esa misma razón me encantan sus novelas, yo necesito que un libro me provoque algo, ya sea bueno o malo, y si consigue incomodarme, mejor. El autor también es un hacha creando personajes, ninguno decepciona; son un conglomerado de luces y sombras con personalidades muy marcadas que siempre te llevan hacia unos finales que hacen que te vuele la cabeza, porque cuando crees que ya lo has descubierto todo y presientes cuál va a ser el final, pues...¡catapum! Adelantamiento por la derecha.

Una novela con una fuerte critica hacia el abandono social que sufren nuestros mayores; al mal y delictivo uso que se hace de las redes sociales; a la xenofobia; etc. Sin lugar a dudas, una lectura que no dejará a nadie indiferente.

A sus casi ochenta años, Felicidad es una mujer independiente y resolutiva que lleva las riendas de su familia y que gestiona los alquileres del bloque de pisos del que es propietaria. Su rutina se interrumpe cuando Candela Rodríguez, teniente de la Guardia Civil, le informa de que una de sus inquilinas, de avanzada edad, se ha precipitado al patio interior del edificio.
Comienza así una investigación para esclarecer si se trata de un asesinato. Todo se complica aún más con el hallazgo de un truculento vídeo que podría conectar esta muerte con otros ataques a ancianas de la zona y que pone en el puto de mira al entorno familiar de Feli, la matriarca, y al resto de los vecinos, en una comunidad donde muchos entran pero no todos salen.

@pabloriveroficial lo ha vuelto a hacer. Un thriller que te atrapa. He tenido la sensación de que Pablo Rivero ha jugado conmigo todo el rato. Giros constantes, una trama que parece que va en una dirección y de repente cambia de giro, un constante comedero de cabeza que parece que va a estallar. Y......menudo final. Me ha dejado en shock, sin saber que pensar. Desde luego una comunidad la mar de entretenida