Una promesa de juventud

Una promesa de juventud, Maria Reig.
Buenos días a todos.

¿Cómo vais? Espero que todo bien.

Hoy os traigo Una promesa de juventud, de María Reig, un libro que nos llevará a un internado suizo en plena Segunda Guerra Mundial. La novela está editada por Suma de letras en tapa dura y tiene 742 páginas.

Nuestra historia comienza en Oxford, en 1970. Caroline Ecclestone, una pequeña rata de biblioteca a cuya madre le preocupa que no le dé lo suficiente el sol, prepara su tesis doctoral sobre los internados suizos durante la Segunda Guerra Mundial. El punto que centra la atención de nuestra Caroline es como la guerra influyó en las relaciones de un grupo de estudiantes en un colegio internacional y si el conflicto bélico tuvo repercusiones entre las internas. En el curso de su investigación descubre el repentino cierre de uno de los internados para señoritas más prestigiosos situado en Zurich. ¿Cuál fue el motivo del cierre?

Ni corta ni perezosa y a través de un contacto con una estudiante del internado St. Ursula, Caroline viajará a Suiza para adentrarse en el día a día del internado y conocer la vida de las estudiantes del último curso del colegio, el curso 39-40. Entre las estudiantes encontraremos a la suiza Charlotte Fournier, siempre decidida y con la voz cantante, con las cosas muy claras. A la alemana Liesl Bachmeier cuya postura es algo delicada en los tiempos en los que le ha tocado vivir. A la portuguesa Joanna Medeiros, soñadora y enamoradiza y a la canadiense Évanie Sauveterre. Este será nuestro grupo principal de estudiantes. Este último curso se unirá la española Sara Suárez Ackermann, que vendrá a revolver aún más las aguas profundas que se ocultan bajo la superficie de aparente normalidad y neutralidad suizas. No menos importantes entre nuestras protagonistas son el grupo de profesoras a cargo del St. Ursula: la directora Konstanze Lewerenz, fuerte y seria, y que será la primera de una larga lista de directoras de nacionalidad suiza. La profesora Anabelle Travert, que imparte Francés y Geografía y que es una mujer que lo ha pasado mal hasta llegar a donde está. La sofisticada y elegante Esther de la Fontaine, una de las candidatas a futura directora y que imparte las clases de Historia del Arte. Virgine Habicht, profesora de Higiene, Canto Coral y del Programa de Deportes.


Al otro lado del bosque tenemos otro internado, masculino en este caso, el Institut Sankt Johann im Wald. En este caso nuestros protagonistas serán el grupito formado por George Barnett, y sus amigos. Nuestro George es hijo de una de las principales familias de la aristocracia británica y su especialidad es meterse en líos y decepcionar siempre a su autoritario padre, que no para de compararlo con sus modélicos hermanos. Junto a él tenemos a sus inseparables Viktor Stäheli de Suiza, a Dilip Sujay de la India, a Kristoffer Moller de Dinamarca y a Steffen Bächi, también suizo. Entre los profesores del internado masculino destacan por encima de todos Adam Glöckner, profesor de oscuro pasado que disfruta de forma apasionada de su vocación.
Además de estos personajes tenemos algunos otros muy entrañables, como la familia Wisner, los propietarios de la tienda de ultramarinos del pueblo. Como veis se trata de una historia muy coral. No os preocupeis si os parecen muchos personajes, tendréis oportunidad para familiarizaros con todos ellos a lo largo de la novela.

La acción transcurre en dos espacios temporales, el primero tiene lugar entre Oxford y Zurich en los años setenta, a cargo de la historiadora Caroline Ecclestone y la investigación para su tesis. El segundo estará íntegramente localizado en la Suiza de los años 39 y 40 donde viviremos como si fuéramos una interna más del St. Ursula, empapándonos del ambiente de lujo y sofisticación del colegio aún en tiempos de carencia como los vividos durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque toda la trama gira en torno al misterio por el cual se cierra el colegio en el que será su último curso académico, hecho que las propias protagonistas vivirán con un alto grado de incertidumbre. Se te rompe el corazón viendo los desvelos de algunas profesoras totalmente vocacionales por hacer que ciertos padres vean el potencial académico de sus hijas y cavilar sobre cómo hacerles ver el gran papel que harían por ejemplo como doctoras, mientras que el padre, o padres solo ven en ellas como hacer un matrimonio ventajoso para la familia.

La incertidumbre del colegio sobre su futuro se puede extrapolar a toda Suiza, ya que no tenían claro que Alemania no fuera a invadirlos en cualquier momento tal y como había hecho con otros países que también se habían declarado neutrales en la contienda. Esta incertidumbre condicionará a todos los habitantes, algunos huyen hacia las partes más profundas del país, otros ser preparan ingresando en milicias o defendiendo la frontera en una calma tensa que puede romperse en cualquier momento. En esta situación tendremos al teniente Baasch haciendo presión para que los colegios cierren por seguridad, algo a lo que ambos directores se oponen para no dejar indefenso a su alumnado en tal situación de inestabilidad mundial.

El estilo de la autora es muy bonito y sencillo, abundan las descripciones, aunque esto puede ser un arma de doble filo, ya que a veces pueden distraerte de la historia y hacerte perder el hilo. Otras veces, sin embargo, juega a su favor y puedes visualizar completamente parajes como el Sihlwald, el bosque donde se hayan los internados. Los personajes están muy logrados y hay varias tramas secundarias, (envidias, historias de amor, etc.) algunas de las cuales podrían robar el protagonismo del libro, ya que me he quedado con ganas de saber lo que hubieran dado de sí algunas historias que, como la vida misma, quedaron interrumpidas al estallar la guerra. Como pequeño pero está la longitud de la novela, creo sinceramente que la historia hubiera quedado redonda con algunas páginas menos. No obstante, se trata de una lectura fácil y amena que nos hará pasar buenos ratos leyendo de forma agradable (sofá con mantita).

UNA PROMESA DE JUVENTUD, SIETE.

PD: Podéis acompañar esta lectura de sofá y mantita con unos deliciosos chupitos de leche condensada. ;)
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Cuando leí la sinopsis de una promesa de juventud, no pude evitar que mi mente volara a esas novelas de Enid Blyton que discurrían en aquellos internados ingleses: Santa Clara, Torres de Malory… se que quienes tengáis edades similares a la mía recordareis las aventuras de esas adolescentes separadas de sus familias para vivir la amistad entre estudios y “aventuras”.
Al comenzar la novela, las semejanzas pronto desaparecen, alejándose esta trama de la ligereza de la de aquellas que acompañaron mis tardes infantiles. Porque en esta novela las circunstancias son especiales, y lo son por el momento en que se desarrolla la historia, por el lugar donde se encuentra St Úrsula y por la idiosincrasia de las propias protagonista, hijas de las mayores eminencias internacionales en el ámbito social, político y económico de los años 30.
Nos encontramos con una novela a dos voces. La de Caroline, contando su presente en los años 70, un presente que desea indagar en un pasado concreto. Y la de Charlotte, que a través de sus recuerdos del pasado consigue, a su manera, dar respuesta a las preguntas que se agolpan en la investigación y en la mente de Caroline.
Y es que es lo que tiene investigar, que tiras de un hilo, pero ese hilo se desenhebra y te lleva a menudo por otros derroteros, que cada respuesta conseguida genera una nueva pregunta y a veces, no conseguimos ver el tapiz completo, sobre todo cuando esta imagen depende de los recuerdos y sobretodo de los deseos de recordar de una sola fuente.
Caroline y Charlotte son dos personajes fuertes, perseverantes, controladores… pero una solo tiene preguntas y la otra tiene las respuestas y dárselas o no depende de la voluntad y sobretodo de una atadura moral debida a la promesa de salvaguardar secretos ajenos.
La trama ha conseguido mantenerme alerta y la historia me ha parecido coherente y bien hilada, pero no ha sido una lectura ágil, y no solo por sus más de setecientas páginas, sino por esa profusión descriptiva que a ratos me ha sacado de la novela. Y es que es un hecho que la autora ha manejado una amplísima documentación y ese trabajo se traslada a la novela, por lo que a menudo nos encontramos con multitud de datos que expone, tal vez, demasiado detalladamente. Los paisajes, los escenarios urbanos, e incluso los personajes cuya multitud de nombres y nacionalidades abruman al principio de la novela y que son fruto, supongo, de su afán por revelarnos todos los datos posibles. Reconozco su trabajo y su maestría pero siento, que en algunos casos, queda poco margen a la imaginación del lector al darle todo, hechos y escenarios demasiado "masticados".
Es cierto que no es una novela fácil, que aunar la adolescencia, la guerra y sus implicaciones, la vida personal de todos los protagonistas, la literatura e incluso el arte no es “pecata minuta”, pero tal vez, ese abarcar demasiado, esos relatos de los avances de la guerra, esos extensas párrafos descriptivos han conseguido en algunos momentos desviarme de la trama principal, del fin de la historia, del conflicto real.
Tal vez debido a lo anterior la parte de Caroline, siendo, supongo, la trama “complementaria” me ha resultado a menudo más atractiva que la trama del colegio que, supongo, la trama central.
E insisto, es una novela que me ha gustado, que me ha parecido original en su planteamiento y coherente en su desarrollo, escrita sin un pero en cuanto a calidad literaria, de la que María Reig va sobrada, y que considero una autora a la que, estoy segura, aun le queda mucho que contar y a la que confío en volver a leer de nuevo.

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En este caso, quiero hacer la reseña con pies de puntilla, sin entrar en ideologías y temas políticos, ya que engloba un periodo histórico bastante complicado, como fue la Segunda Guerra Mundial, periodo al que guardo el más absoluto de mis respetos.

Promesas de juventud, está contado a través de dos personajes. La primera sería Caroline, una estudiante, que está investigando lo que ocurrió en los colegios internacionales de Suiza durante la Segunda Guerra Mundial. La segunda sería Charlotte, mujer que cursó en el St. Úrsula y que cuenta su historia en tal institución a Caroline. A través de sus páginas vamos a descubrir los secretos del St. Úrsula y la gente que vivía en él.

La historia me ha gustado mucho, me ha parecido muy interesante descubrir cómo reaccionaron y vivieron los estudiantes de los colegios internacionales, ya que con la diferencia de ideologías entre alumnos de distintos países que se encontraban en guerra, debió de resultar muy complicada la convivencia sin llegar a importantes conflictos.

Los personajes me han encantado, están muy bien construidos y desarrollados, destaco la lealtad que se tenía el grupo de amigas, superponiendo la amistad a sus diferentes ideologías. A la vez, me ha gustado mucho la entereza del profesorado, que estuvo firme y se preocupó por las alumnas de una fuerte manera.

Una de las cosas que más me ha gustado, ha sido el trasfondo social. En esta etapa, nos encontrábamos en una guerra desconocida, sin saber qué iba a hacer Hitler realmente y la niñas, a pesar de tener diferentes nacionalidades e ideologías, antepuso su amistad a sus propios principios. En este libro, vemos que lo que prima es el respeto y la calidad humana, no las ideologías políticas. Asignatura que aún tenemos muy pendiente.

Por otro lado, en lo negativo, he de decir que el libro, en ocasiones, se me ha hecho bastante lento porque los capítulos, en mi opinión, son demasiados largos y en varias páginas no ocurría absolutamente nada.

Por último, me gustaría destacar el trabajo de investigación que ha hecho la autora para escribir esta novela.
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La sinopsis del libro no es precisamente lo más atractivo del mismo, porque en principio no dice gran cosa y aparenta ser algo anodino, sin grandes sobresaltos y desde luego sin la intriga de ningún crimen que resolver.
Sin duda se debe a que lo que realmente nos va a meter de lleno en la historia son sus personajes, las historias que corren. No tanto las de la historiadora que en la década de los setenta investiga los sucesos que tuvieron lugar en el internado, sino la de las chicas que en él vivieron y de paso nos va a permitir conocer uno de los interrogantes que la historiadora tenía y que la llevó hasta Suiza:
¿Cómo se habían vivido los primeros momentos de la contienda en las escuelas internacionales ubicadas en un país neutral? ¿Qué papel había jugado Suiza en la Segunda Guerra Mundial?

Dos preguntas que al menos mi desconocimiento del tema hizo que me resultaran interesantes, porque aparte de considerar a Suiza de siempre como un país neutral, poco conocía de ello. Y por otro lado, también resulta atractivo ver los diferentes comportamientos y actitudes de un grupo de amigas de diferentes nacionalidades enfrentadas entre sí en una guerra y la repercusión que ello pudiera tener en su relación.

Tras unas primeras páginas en las que conoceremos a la historiadora que v a dar pie a que conozcamos toda la historia, entraremos en lo que realmente es el meollo del libro: El internado de St. Ursula y la de las chicas que en él estudian. Además, próximo a él también hay un internado para chicos. La interacción entre los chicos y las chicas de esos internados en sus paseos dominicales por el pueblo junto al que se encuentran será inevitable y forma parte de otro de los atractivos de esta novela.
Tendremos así un mayor número de personajes al sumar ambos centros, a los que hay que añadir las historias de los profesores, constituyendo también una novela con profesores como protagonistas. Imposible no recordar El club de los poetas muertos en uno de esos profesores desvelado por traer al buen camino a uno de sus alumnos.

De fondo el comienzo de la segunda guerra mundial y lo que eso supone para unos jóvenes que las ven a sus puertas, sin saber hasta qué punto va a afectarles y enfrentando sus sentimientos de amistad con los de la nacionalidad, pues entre ellos hay alumnos de países beligerantes.



OPINIÓN PERSONAL

Tenía muchas ganas de leer Una promesa de juventud tras lo mucho que me gustó papel y tinta, la primera novela de esta jovencísima autora. Muchas expectativas, lo cual siempre es un riesgo, que no se han visto defraudadas, porque las más de setecientas páginas de Una promesa de juventud (sí, tan tocho como la anterior), me las he devorado a un ritmo muy rápido.
Y ello a pesar de que la protagonista, tanto como cuando era joven en el internado, como luego de mayor, no eran precisamente santo de mi devoción, vamos, que no terminaba de empatizar con ese carácter un tanto prepotente que tiene.

Le dije a la autora en el encuentro virtual que tuvimos gracias a Suma de Letras y el Club de Lectura de Pepa Muñoz, que no podía dejar de sorprenderme cómo una novela protagonizada por chicos y chicas de diecisiete años en dos internados, no era una novela juvenil (por más que pueda acceder a ella un público juvenil), ni que me hubiera enganchado tanto pese a como comentaba antes no empatizar con la principal protagonista.
Porque aunque pueda en algunos momentos parecer una novela coral, el hecho de que esté narrada en primera persona y ella esté casi siempre presente, hacen que en realidad esta sea la historia de Charlotte.

Por cierto, una narración en primera persona que como lector me chocó en muchos momentos, porque narraba en primera persona hechos en los que no estuvo presente. Es verdad que lo justifica en la misma novela, pero resultaba algo chocante.

Sin duda el éxito se debe a tratarse de un grupo de jóvenes a los que vemos madurar bajo circunstancias muy difíciles. Porque pocas cosas pueden ser más difíciles que estar lejos de los tuyos, en algunos casos sabiendo que están pasando por serios problemas y con la amenaza de una guerra encima.
Dicho de otra forma, tiene el atractivo de tratarse de una historia de crecimiento y además de ser una de esas novelas (y no hay tantas) que refleja un mundo académico. Dos institutos internacionales de Suiza.

Por otra parte, también me resultó muy atractivo el hecho de hablar sobre un tema por lo menos para mí muy desconocido, como el de la neutralidad suiza, algo que damos por hecho, pero que no resulta serlo tanto, pues varios países también neutrales (lo de España en la segunda guerra mundial es otra cosa totalmente diferente), fueron invadidos por Alemania o Rusia.

Una buena narración histórica unida a unos personajes en muchos casos entrañables, hacen posible que te sientas atado a esta historia, que quieras saber que va a pasar con ellos y no puedas despegarte de las páginas de ellos.
Todo ello a pesar de que la búsqueda que mueve a la mujer que está haciendo su tesis tratando de averiguar por qué cerró aquel internado y no volvió a abrir hasta muchos años después, en el fondo carecía para mí de interés.

Si has leído Papel y tinta, no tendrás ninguna duda para animarte a leer esta nueva historia de María Reig. Y si no la has leído, es una buena oportunidad para conocerla.
Enlace: https://www.elbuhoentrelibro..

Me ha costado días escribir esta reseña... os contaría tantas cosas, tantos sentimientos vividos en estas páginas con una historia única e irrepetible pero prefiero que lo descubráis vosotros mismos...
Aquí va mi opinión:
El libro comienza con Caroline Eccleston que esta investigando para su tesis doctoral todo lo relacionado con internados suizos de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo que pasó en ellos, como sobrevivieron o no a aquella guerra y conocer datos que han desaparecido de manera extraña.
Esto la llevara a encontrarse con Charlotte que fue alumna de St. Ursula, un colegio femenino internacional que aún sigue en funcionamiento pero durante esa época tuvo que clausurar las clases por razones que nadie a contado nunca y gracias a Caroline y su tesón por descubrir esta historia logrará sacara la luz una historia preciosa a la par de dura.
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No conocía la pluma de la autora pero ha sido maravillosa y me alegro de haberla descubierto con este libro.
Los personajes son perfectos, bien definidos, cada uno con un carácter diferente pero todos logran cautivarnos y hacernos empatizar con ellos.
Las partes de los internados ha sido preciosa, el grupo de amigas Charlotte, Evanie, Liesl, Joana y Sara se han quedado en mi corazón. Destaco como siendo cada una de una ideología unas a favor y otras en contra de la guerra, teniendo sus discrepancias logran quererse por encima de todo.
Y como no destacar la ambientación que es para mi el punto fuerte de la historia. Te sientes en una película, y ayuda mucho a la imaginación por lo bien narrado que está.

Podría contaros muchísimo mas sobre esta historia pero si os gusta la novela histórica no podéis perdérosla.

Hoy me asomo para hablaros de una novela que ya os he recomendado en mis redes sociales, pero todavía no le había dado su merecido espacio en el blog. Se trata de «Una promesa de juventud» de la autora María Reig.

El año pasado tuve la oportunidad de leer el primer libro de Maria “Papel y tinta” y quedé prendada de su prosa, de su capacidad para crear historias y de unos personajes que me cautivaron y que todavía hoy mantengo en mi memoria. Cuando un libro es capaz de hacerte sentir tantas cosas y más de un año después de su lectura lo sigues recomendando es porque simplemente es maravilloso. Así que cuando este verano leí que publicaba su segunda novela no tuve ninguna duda en que pronto la leería. Y así fue, la leí con detenimiento y disfrutando mucho de su lectura y tuve la gran suerte de poder invitar a Maria a participar en una charla que organicé en mi perfil de Instagram. Si queréis saber más de la historia de esta novela la tenéis guardada en el perfil de Libros por doquier.

En «Una promesa de juventud» nos trasladamos a la década de los setenta donde conocemos a Caroline Eccleston, una joven que está haciendo su tesis doctoral en la Universidad de Oxford centrado su investigación en el estudio de las circunstancias sociológicas e históricas que rodearon los colegios de alumnado internacional entre los últimos años de la década de los 30 y la Segunda Guerra Mundial. Para ello consigue ponerse en contacto con una mujer que vivió durante estos años en uno de esos internados, el Santa Úrsula. de esta forma Caroline viaja a Zurich para entrevistarse con Charlotte Geiger y profundizar en cómo se vivió concretamente el curso escolar 1939-1940 que de forma abrupta y totalmente inesperada tuvo que cerrar sus puertas sin haber finalizado el curso.

María Reig ha creado una historia sublime que tiene todos los ingredientes para convertirse en una novela que perdure en el tiempo, atemporal y para todas las edades en la que disfrutar de un buen rato de lectura. Esta novela de ficción histórica nos lleva a una época muy explotada ya en novelas, pero creo que hay algo a destacar en «Una promesa de juventud» que la hace interesante y es la elección de la situación geográfica y el lugar que han sido claves para hacerla atractiva.

La novela transcurre mayoritariamente en Suiza una ciudad que aparentemente se mantuvo neutral en la Guerra y que sirve de escenario real donde en aquellos años ya existían internados internacionales donde acudían alumnos y alumnas de todas partes del mundo. María consigue recrear de forma precisa y detallada ese país, eso lugares entre los que se mueven las alumnas del internado y a los que consigues trasladarte con los ojos cerrados, es como si estuvieras viviendo esa época a medida que lees las conversaciones entre Caroline y Charlotte.

No puedo dejar de lado los personajes de la novela si en “Papel y tinta” nos enamoramos de su protagonista aquí su autora ha escogido otra vez a mujeres protagonistas con gran peso en la historia, fuertes, luchadoras, que les gusta llevar el control de todo lo que ocurre y a las que les tocó luchar en una época no preparada para ellas.

La forma de narrar de su autora es uno de los puntos fuertes de esta novela, pero también destacaría el arduo trabajo de documentación que me consta hay detrás de esta gran historia, porque adentrarse en una época tan remota en el tiempo y en unas instituciones aparentemente herméticas como pueden ser los internados en un país diferente al nuestro tiene que ser difícil pero también interesante.

No quiero dejar de hablar de «Una promesa de juventud» sin decir que el amor está presente en esta historia en todas sus vertientes como no podía ser de otra manera porque el amor está presente en nuestras vidas y aquí su autora consigue que suframos con los personajes y que sonriamos, que lo disfrutemos paso a paso.

En resumen, «Una promesa de juventud» es una historia que os recomiendo leer sin ninguna duda que sé que la disfrutaréis y que conseguirá trasladaros a otra época y a otro lugar en una lectura intensa y maravillosa.
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Se trata de una novela histórica que mezcla dos épocas completamente distintas, si bien no demasiado alejadas en el tiempo.

En esta historia, vamos a tener dos protagonistas principales que van a narrarnos los hechos, dejando espacio a las conjeturas, las medias verdades y los secretos que no deben ser desvelados.

En 1977 tenemos a Caroline Eccleston, una mujer inteligente y luchadora que desea acabar su tesis doctoral para convertirse en profesora de Oxford.
Pese a su carácter, tiene claro su objetivo y que está dispuesta a enfrentarse a lo que sea para lograrlo.
En 1940 está Charlotte Fournier, una joven estudiante de un internado suizo, que es quien va a destacar como verdadera protagonista y que narra en primera y segunda persona a Caroline todo lo que sucedió aquel terrible año que llevó al misterioso cierre de St. Ursula.

Toda la historia gira en torno a un misterio que hay que descubrir y que todos tratan de ocultar. Un secreto que la orgullosa y terca Charlotte no quiere que se descubra y por el que da mil vueltas a una historia llena de secretos, traición, amor y prejuicios.

Lo primero que llama la atención es el hecho de tratarse de una historia de la Segunda Guerra Mundial, pero desde un país neutral y con unos personajes ajenos a la guerra. Estudiantes y profesores viven la incertidumbre de no saber qué va a suceder y cómo mantener la calma en un lugar lleno de estudiantes de diferentes culturas y nacionalidades.

Me ha gustado mucho ver cómo se trata el tema de la aceptación entre alumnos tan diversos. Todos son amigos y no hay espacio para el racismo o los prejuicios... al menos hasta que estalla el conflicto y aquellas personas a las que tanto querías de repente te cuesta verlas con los mismos ojos.

Si bien es cierto que toda la obra es un llamamiento al respeto y a no dejarse llevar por los prejuicios, muestra también acertadamente cómo a veces nos dejamos llevar y podemos cometer el error de rechazar a alguien simplemente por su opinión o por desacuerdos.
Sin embargo, no debemos culpar a alguien o rechazarlo por su origen o los pecados de su familia.

En cuanto a los personajes, son tan diversos y están tan bien construidos que es fácil llegar a conocerlos como si formases parte de su historia y los tuvieras delante.

Las descripciones detalladas ayudan a conocer cada rincón de la escuela, a cada personaje y cada acontecimiento como si toda la novela fuese un hecho real y no una invención de la autora.

Es cierto que en alguna ocasión se me ha hecho un poco pesada, pero el misterio y el hecho de querer saber más me ha llevado a quedarme pegada a sus páginas queriendo conocer un desenlace que me ha dejado confusa.

He disfrutado mucho leyendo esta historia y, aunque el final no ha sido del todo claro, no me ha dejado del todo con mal sabor de boca.

Conocí a esta autora no hace mucho, gracias a su obra Papel y tinta, la cual me encantó.
Yo llegaba con las expectativas altas, y quizás esto no jugó a su favor.
Está muy bien redactado, documentado con minuciosidad pero no he logrado conectar con la historia y personajes como me gustaría, quizás tampoco era el momento por diferentes asuntos personales.
Está basado en una época que personalmente me encanta, la segunda guerra mundial.
Aunque no me ha entusiasmado reconozco su calidad y lo emplazo a releerlo pasado un tiempo.

Conocía con anterioridad el libro Papel y Tinta de María Reig del que acabé con notables impresiones. Me gustó mucho y disfruté con su lectura, por lo que nada más aparecer este nuevo libro, no dudé en adentrarme rápido en su historia.
Una promesa de juventud se desarrolla en dos líneas temporales diferentes, tal y como se refleja en la sinopsis.
El primer escenario se recrea en un colegio de señoritas, Santa Úrsula, en los albores de la 2ª Guerra Mundial y durante el desarrollo de la contienda. En este colegio, las internas permanecen aisladas en una especie de burbuja, en la que las profesoras las mantienen encerradas. A pesar de ello, las muchachas tratan de abrirse al mundo y a la vida.

El segundo escenario está protagonizado por una investigadora, que en la década de los 70 realiza un doctorado sobre este tipo de instituciones y centra su atención en Santa Úrsula.

La autora muestra un gran conocimiento de este tipo de instituciones y así aparece reflejado en el libro, dando detalles del funcionamiento de los mismos y de la vida de las chicas que allí residían.

El libro está muy bien escrito, demostrando la maestría de la autora con este tipo de historias, aunque en un principio me costó un poco conectar con la historia. Quizá por la narración a dos bandas, quizás por la extensión y la minuciosidad en el relato, no conseguí conectar hasta hilvanar la trama central. A mí juicio la novela puede resultar un poco extensa, pero si que es cierto que con su lectura te recreas en aspectos de esta época, para nada desdeñables.

Es un buen libro que recomiendo si eres amante de los relatos que acontecen en esta época y que no te defraudará en absoluto.


Recomiendo notablemente la lectura de este libro y espero que disfrutes con él, tanto como lo he hecho yo.
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En Una promesa de juventud viviremos en dos años diferentes, 1977, empezamos con Caroline Eccleston, una estudiante de Oxford que prepara su tesis sobre los internados suizos, y pasaremos de la mano de Charlotte por el año 1939 en Suiza.
En un principio me sentí muy identificada con Caroline en su proceso de investigación de la tesis. En sus largas horas en la biblioteca y su búsqueda de información. María Reig ha conseguido remover en mí un sinfín de emociones y que recordará todo ese proceso que supone la elaboración de una tesis. Es un libro que me ha atrapado por su ambientación histórica, que me parece buenísima, por sus personajes tan adaptados a la época en la que vivieron tanto los femeninos y los masculinos, con sus luces y sombras.

Una promesa de juventud es una historia donde encontraremos mentiras,secretos, cambios de identidad, amor y sobre todo amistad. Amistad en tiempos difíciles, de guerra, un valor que nos demuestra que a pesar de que los alumnos procedían de una gran diversidad de países la guerra no iban a empañar ese valor.

El libro tiene 742 páginas estructuradas en 14 capítulos, y un epílogo, además al final tenemos una guía con todos los personajes de los internados. Toda la historia esta narrada en primera persona, los capítulos de 1977 son narrados por Caroline y los del internado en 1939 por Charlotte.
La novela está muy bien documentada y ambientada y nos traslada al momento prebélico al instante, podemos sentirnos uno más de los alumnos de los internados.
Sólo os puedo recomendar esta maravillosa historia que no podéis dejar pasar, es una historia que atrapa desde las primeras páginas y no puedes para de leer.
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