CAR: ¿Por qué hablás del sentido? ¿Para qué decís cosas demasiado ciertas? SEG: Ahora ni siquiera queda lo que yo había soñado. Tanto mejor, ya nada podrá desilusionarme. |
CAR: ¿Por qué hablás del sentido? ¿Para qué decís cosas demasiado ciertas? SEG: Ahora ni siquiera queda lo que yo había soñado. Tanto mejor, ya nada podrá desilusionarme. |
SEG: Nunca te convidarán. No recuerdo por dónde voy. Sí, lo malo de la vida es que no es lo que creemos pero tampoco lo contrario. (Triste.) ¿Quien es el que me quiere?
|
-"Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida, y por la sombra, y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y..." |
SEG: La realidad nos ha olvidado y lo malo es que uno no se muere de eso. CAR: Ya no existe la realidad. SEG: Sin embargo cumplimos años, perdemos la frescura, las ganas... Perdemos... Car, ¿no es eso la realidad? CAR: Entonces la realidad no nos ha olvidado. SEG: ¿Y por qué decía que ya no existe? CAR: ¿Puede darse algo más triste que esta conversación? SEG: Quizá es triste porque no hacemos nada. CAR: No hacemos nada pero lo hacemos mal. |
CAR: Esos médicos como su Hano son animales, por no decir otra cosa. De lo que está Vd. enferma es del pulmón. SEG: ¿Del pulmón? CAR: Sí. ¿Qué siente Vd.? SEG: Entre otras cosas, desprecio a quien no se interesa por mí. CAR: Justamente, el pulmón. |
Yo... mi muerte... la matadora que viene de la lejanía. ¿Y cuándo vendrá lo que esperamos? ¿Cuándo dejaremos de huir? |
-La vida nos ha olvidado y lo malo es que uno no se muere de eso. -Sin embargo, cada vez nos va peor. -Entonces la vida no nos ha olvidado. |
-Mi miedo al dar a la vida un solo adjetivo. -Siempre tropiezo en mi plegaria de la infancia. -Siempre así: yo estoy a la puerta; llamo; nadie abre. -Le dije cuanto había en mi corazón. -Por eso huyó, ¿verdad? -A la hora de morir uno canta para sí, no para los demás. |
SEG: La obscenidad no existe. Existe la herida. El hombre presenta en sí mismo una herida que desgarra todo lo que en él vive, y que tal vez, o seguramente, le causó la misma vida. CAR: (canturreando): "la vida es una herida antigua..." |
[...] Pero a mi noche no la mata ningún sol. Tenés cara de irte. CAR: Quiero irme, trato de irme. SEG: No me querés. CAR: No se trata de eso. SEG: Antes me querías. CAR: Recordaré tu palidez legendaria, tu aversión al arrabal... SEG: Qué vida fácil tenés. CAR: ¿A esto llamás vida? |
Como agua para chocolate