[...] ¿debo agradecer o maldecir esta circunstancia de poder sentir todavía amor a pesar de tanta desdicha? Hablar de amor es casi criminal y no obstante... no obstante... [...]
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[...] ¿debo agradecer o maldecir esta circunstancia de poder sentir todavía amor a pesar de tanta desdicha? Hablar de amor es casi criminal y no obstante... no obstante... [...]
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[...] ¿por qué lo desconocido tendrá que ser forzosamente malo? ¿Quién avaló esto como si fuese un axioma? Lo que pasa es que lo nuevo nos aterroriza y es un error.
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El culicidio por culcusida de la culbuta - dijo Gregoria. -¡Puta madre que me fadraga! Nadie me entiende el festilogio. ¿Hablo en catamitano?
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[...] Sí -dije- vé, vé, vé (sintiéndome, oh siempre, en el centro exacto del abandono). Vi sus ojos en el resplandor cortado de oscuridades hirientes, súbitas. Vi sus ojos en el sonido de la tormenta, en los colores ardiendo como pájaros muy efímeros. Que se vaya -me dije- yo no pretendo, no intento, no comprendo. No me dejes -dijo- no me exilies de ti. En lo alto, en lo puro del abandono. Llamarme a mí pequeña abandonadora. Antes de desaparecer vi sus ojos no comprendiendo. Trémulo gesto de mi cara para ir a llorar importantemente en la noche del no se sabe quién es abandonado.
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CAR: He vivido entre sombras. Salgo del brazo de las sombras. Me voy porque las sombras me esperan. Seg, no quiero hablar, quiero vivir.
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>> Yo estaba predestinada a nombrar las cosas con nombres esenciales. Yo ya no existo y lo sé; lo que no sé es qué vive en lugar mío. Pierdo la razón si hablo, pierdo los años si callo. Un violento arrasó con todo. Y no haber sabido hablar por todos aquellos que olvidaron el canto... (Toca el silbato. Entra Car, quien se detiene junto al triciclo.) ¿No eras el ausente? ¿No anunciaste que eras el iro? CAR: ¿Para qué hablamos si no hay ningún silencio que romper? SEG: Muchacho literario, ¿qué vas a hacer sin mí en esta vida con dientes de tigre? CAR: Aquí no se vive ni se sueña. Tampoco se ama. |
[...] Es una suerte que nadie me ayude. No hay nada más peligroso, cuando se necesita ayuda, que recibirla. [...]
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CAR: (canturreando): "... el mismo amor, la misma lluvia..." SEG: La cabeza es inútil, los brazos y los pies son inútiles, el sexo es inútil, los ojos son inútiles. (Pausa.) Como una loca que se comió un peine y quedó encinta, como un mono atragantado con la estopa de mi muñeca, como declarar su amor llevando un corazón de lata. ¿Y qué si lo he perdido todo? ¿Qué estás haciendo? CAR: Voy y vengo. |
SEG: Pero jamás no tiene sentido así como no lo tiene siempre. CAR: Todo es horriblemente invisible. SEG: Por supuesto, y ahora andate. (Car permanece inmóvil como si alguien lo estuviera soñando). Creí haber dicho que te fueras. CAR: Te oí. Dijiste que me fuera. Intento hacerlo desde que me parió mi madre. (Sale.) |
SEG: Todos me dicen que tengo una larga, resplandeciente vida por vivir. Pero yo sé que sólo tengo mis propias palabras que me vuelven. CAR: Tantos proyectos que te exaltaban. SEG: Es tarde para hacerme una máscara. |
Como agua para chocolate