Hotel silencio

“Hotel Silencio” nos presenta a Jonas, un cincuentón recién divorciado que acaba de enterarse que no es el padre biológico de su única hija de veintiséis años. Con su anciana madre en una residencia, parece estar decidido a poner fin a su vida y para evitar que sean sus familiares los que descubran su cadáver, decide hacerlo en el extranjero. Así, Jonas selecciona “al azar” un país al que viajar y terminar allí con su vida.

Su viaje le lleva al Hotel Silencio en un país que ha sido devastado por la guerra. Los múltiples desperfectos del Hotel Silencio en el que se aloja, dirigido por dos hermanos algo inexpertos, comienzan a requerir sus atenciones, y también lo hacen los huéspedes, y los habitantes de la ciudad, y su plan aplaza una y otra vez.

A través del humor y una prosa que emana sutileza, la autora nos enfrenta, por medio de su protagonista, a la vida: al sentido de la misma y a nuestro papel en el mundo. El protagonista, que no encontraba motivos para continuar con su vida, encuentra su camino gracias al que había sido parte de su trabajo cotidiano: las ‘chapuzas' domésticas. Ahora, arreglar unas ventanas, desatascar unas cañerías o cambiar unas bombillas adquiere un nuevo significado: el de facilitar una nueva vida y cicatrizar las heridas de un pasado doloroso. Así, las heridas particulares, sea cual sea su origen, acabarán por cicatrizar en común.
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Este es uno de esos libros que quizás a simple vista no me habría llamado la atención. Pero qué bien que @bookish.es lo escogiera porque para mí ha sido un acierto. Es una novela muy cortita que leí prácticamente en dos tardes,
pero no por ello es de las que se queda en la superficie de la historia. al contrario. Se adentra, y mucho, en los sentimientos humanos, en las pérdidas y derrotas, pero también en los nuevoscomienzos y oportunidades en el contexto de un país devastado por la guerra.

Yo la he considerado como una pequeña fábula, sencilla pero a la vez intensa, sin los típicos clichés, escrita de manera intimista y con un estilo fresco que me ha sorprendido. Las frases que separaban y presentaban los capítulos o escenas son muy significativas y la sensación con la que me quedé al terminarlo fue que al haberlo leído tan rápido no había acabado de asimilarlo del todo, así que es probable que vuelva a él. Pero esta vez para leerlo tranquilamente y reflexionar sobre todo lo que nos cuenta entre líneas.

Por cierto, el guiño a Lorca viniendo de una escritora islandesa ha sido genial.

No conocía a esta autora, pero, al parecer, esta es ya su cuarta obra y, al igual que las anteriores, muy aclamada por público y crítica. A mí, en líneas generales, me ha gustado, aunque al principio me costó cogerle el ritmo y estuve tentada de abandonar.
La historia está dividida en dos partes: «Carne» y «Cicatrices». En la primera, situada en Islandia, Jónas presenta su vida y sus razones para querer morir y en la segunda se traslada a un país que acaba de salir de una guerra donde se encuentra el Hotel Silencio.
Creo que es una novela de matices donde la búsqueda de uno mismo, los abismos del ser humano, la redención o la empatía están contadas con mucha delicadeza y con un ligero toque de humor que hace más llevaderas las partes más profundas. Como digo, me ha gustado bastante aunque creo que el final se merecía un poco más de desarrollo, se me ha quedado un poco coja.

Es una historia intretenida. de las que da que pensar. Cómo tu destino puede estar en la otra punta del mundo. El libro está muy bien escrito y los personajes son muy curiosos. Se lee muy fácilmente. Una pequeña joya. La recomiendo para pasar un buen rato.

Ternura, esperanza y ligeros toques irónicos de humor. Así describiría este libro. Aunque no se me ocurriría catalogarlo como comedia negra, que es la manera en la que lo publicitan. Pero bueno, esas son impresiones personales.

La historia nos va a presentar a Jonás, un hombre que acaba de divorciarse, y esto, después de años deprimido, termina de trastocar su mundo y solo verá una solución: el suicidio. Para no molestar a las personas que le rodean, tratará de buscar la mejor manera de hacerlo, y decidirá irse de viaje a un país devastado por la guerra. Se alojará en uno de los pocos edificios que se mantienen en pie, el curioso Hotel Silencio. Allí conocerá a diferentes personas, que lo harán sentirse útil, cosa que lo hará replantearse su vida y sus razones para ser infeliz.

Me ha parecido un libro tremendamente tierno y dulce. Y sobre todo, esperanzador. Disfruto mucho de los libros que nos presentan una situación desolada y realista de la vida, pero no se empeñan en revolcarse en la miseria, sino que, optan por buscarle un enfoque esperanzador. "Después de la tormenta, siempre viene la calma". Pues eso.

Me ha gustado mucho también la forma de narrar de la autora. Sencilla, bonita y profunda. No me cansaré de decir que adoro ese tipo de historia cuya forma de ser contada es sencilla, pero guarda una profundidad enorme. No será lo último que lea de esta autora de nombre impronunciable jajaja.

Este libro ni me ha disgustado, ni me ha emocionado. Este tipo de humor en libros como es el negro tiene que usarse bien, pero en este caso ha sido un recurso más, por lo que al final se olvida, aunque de vez en cuando saca alguna sonrisa. Es difícil de decir qué destaca, además de este humor concreto, en la forma de narrarnos los hechos en esta novela, porque además de corta, el personaje principal avanza sin sentido, de querer a no querer suicidarse. Supuestamente este cambio se debe a que conoce a los hermanos que regentan el Hotel Silencio, al que acude a suicidarse, pero todo ocurre demasiado rápido.

No obstante, es una historia que entretiene, ya que es amena y no se hace pesada o larga. Los capítulos son muy cortos, por lo que agiliza su lectura. Además, algo que se puede destacar es el uso de frases y citas de libros famosos e importantes.

Los personajes parecen planos: menos el gran cambio que se produce en el protagonista, el resto no evoluciona según va avanzando la novela. Es por esto, que se echa de menos por ejemplo, conversaciones más profundas entre los personajes.

Un libro sin más, sin demasiadas pretensiones, que quizá no recuerde dentro de unos meses.

En esta historia tenemos a Jónas que, tras recibir una noticia difícil de asimilar, siente que su vida se tambalea y no quiere seguir adelante con ella. Para llevar a cabo el suicidio, decide irse a un país apartado que acaba de salir de una guerra para evitar el sufrimiento a sus seres queridos.

Jónas recalará en un hotel llamado Hotel Silencio y en este viaje conocerá personas entrañables que le ayudarán a ver lo mejor y lo peor del ser humano.

Su alojamiento en este hotel le hará plantearse muchas cosas, y es que esta novela trata el sentido de la vida, la búsqueda de nosotros mismos y la fuerza necesaria para afrontar los problemas, todo ello mientras acompañamos a un deprimido protagonista en su día a día.

Los pensamientos negativos de Jónas se verán aliviados en numerosos momentos por pinceladas de humor que hacen más llevadera la lectura y quitan hierro al asunto, convirtiendo la historia en algo muy entrañable y agradable para el lector.

Leer esta novela de apenas 177 páginas es una delicia, está narrada de una manera muy poética y bonita. Cada escena es una pequeña obra de arte y los títulos de los capítulos son una joya que hacen al lector querer seguir leyendo.

Sin duda os recomiendo esta novela, seguro que no os deja indiferente.

Es un libro muy entretenido que tiene varias formas de lecturas a mi pareces. Se puede leer como una historia cualquiera de una persona perdida o bien leerla desde un punto metafórico donde la moraleja es que cuando tu estas hundido o hundida espera a que alguien se abalance sobre ti para salvarte cuando realmente un simple detalle puede ser el detonante de tu salvación. Recomiendo leerlo con calma, analizando cada uno de los personajes. Un libro entretenido y altamente recomendable.
Sed felices, es una orden!

Hotel Silencio llegó a mis manos a través de Bookish, una suscripción mensual de cajas literarias. Gracias a ellos he podido descubrir a Audur Ava Ólafsdóttir, una autora desconocida por completo para mí.
El protagonista es Jónas, un hombre cercano a la cincuentena cuya vida se ha desmoronado de golpe. Desorientado y sin ver muchas salidas decide suicidarse. Para evitar a su hija el desagradable momento de encontrar su cadáver, toma la decisión de irse de viaje lo más lejos posible llevándose, como único equipaje, unos diarios de su adolescencia, que encuentra en el trastero y que le da vergüenza tirar en su ciudad porque llevan su nombre, y su caja de herramientas. Ser un manitas, es lo único que se le da bien en la vida.
El final de su viaje es un país devastado por la guerra. Allí se aloja en el Hotel Silencio y poco a poco va conociendo a las personas que regentan el hotel, a los otros clientes, a los comerciantes de los alrededores, a los vecinos cercanos… y va escuchando sus historias y vivencias, mientras va realizando chapuzas para ayudarles a reconstruir la zona.
Podemos conocer el pasado de Jónas gracias a sus diarios y su presente por la narración al inicio de la novela y a la relación con los personajes que vamos conociendo a lo largo del libro.
Todos los personajes “secundarios” son secundarios. Nos cuentan una parte de su historia, sus vivencias y poco más. Lo importante en la novela es Jónas.
Es una novela corta (175 páginas) y fácil de leer. Es de esos libros que lees de una sentada.
La autora nos empuja a reflexionar sobre la vida y la muerte. Con Jónas descubrimos que la importancia que damos a los problemas depende de lo que nos haya tocado vivir.
En general me ha resultado amena y fácil de leer, con un final bastante inesperado.

Aunque no sea algo más que anecdótico, es la segunda novela que leo ambientada en Islandia y la primera contemporánea. El protagonista es un hombre que parece que lleva una vida anodina, sencilla y triste, porque está solo, porque su mujer le dejó, porque su madre está enferma, porque su hija no es su hija, porque se siente inútil, porque no le queda nada; y se queja de no sentir.

Comenzamos con un instante (prólogo: 31 de mayo) intenso: dos personas, a solas, en una habitación, desnudas, tensión, sentimientos... y sin saber mucho más allá de que él es el narrador, nos adentramos en esta especie de crónica que arranca desde el 1 de mayo, es decir, unos días anteriores a ese momento. Jónas, nuestro protagonista, va confesando sus pensamientos y sus decisiones para afrontar su situación. Esos pensamientos, llenos de esa ironía que solo la verdad puede tener, te dan algo de pena porque intuyes que el que te los ofrece sufre. Y con esa "intuición", que no es tal sino más bien una certeza, acompañas a Jónas en su camino.

Sin querer hablar mucho más del argumento que ya nos ofrece la editorial, y partiendo de que él está en un momento complicado de su vida, en el que se siente muy, muy solo, nos encontramos con que, bajo su criterio, lo mejor será no continuar. Dentro de su cobardía va tomando una serie de decisiones que él cree lógicas y que de alguna manera le llevan a enfrentarse a su propia soledad y a ir conociendo un conjunto de singulares, y magníficos, personajes que le acompañarán y que le ayudarán. Todo con un tono simpático y muy agradable de leer.

(¿Será otra novela feel-good? ¿Podríamos indicar que es de formación porque él hace un viaje que le cambia?)

Ha resultado todo un descubrimiento literario, con esta historia llena de pequeños personajes simpáticos, tiernos, con su verdad, cruda y dramática, y unidos por una narración que no transmite tristeza sino más bien alegría. Esa sonrisa triste que te levanta, o que al menos ha obtenido de mí, es todo un bálsamo para ver las cosas en perspectiva. Recuerdo que yo quería saber hacia dónde me llevaba la historia e iba leyendo y leyendo, encontrándome cada vez más cómoda con él, con Jónas, y con todo lo que va descubriendo.

Es un texto en el que los diálogos son muy importantes; a medida que vas leyendo eres más consciente de que, a pesar de que son diálogos, están escritos casi en un único sentido, es decir, el protagonista tiene una manera curiosa de mostrar sin hablar, y consigue sacar del personaje con el que está debatiendo información gracias a sus silencios. Somos lectores y oyentes, en cierta manera.

Ya os he dicho antes que es muy rápido de leer, es muy dinámico, no llega a tener 200 páginas; es como una novela corta. Leí en una opinión de un lector, creo que era un periodista, que te daba pena que llegara el final de esta historia, dejar ir a estos personajes; cuando la estás leyendo lo entiendes y lo compartes. Jonás es un personaje tan sencillamente especial que está lleno de detalles maravillosos aunque tristes a veces. Incluso os diré que me he sorprendido a mí misma riéndome en algunos momentos o sonriendo en voz alta. Cuenta las cosas así como espolvoreadas, sutilmente, y bonitas.

Tú te imaginas a Jonás enseguida torpe, inteligente aunque no de manera extrema, callado, muy callado, todo él hacia dentro; también es verdad que le estás escuchando pensar y todos los comentarios que le haría a la persona con la que está pero que no hace. Destaca su necesidad de arreglar cosas, es el papel en el que él se encuentra a gusto, se siente persona, porque es parte de lo que le define y que marca su camino.

Quizá tendría que haber contado la cantidad de veces que guarda silencio, calla, espera, es como muy paciente; tú sabes que tiene una depresión a la que no ve salida pero con la sencillez de las pequeñas cosas de alrededor, tras una situación complicada, él reflexiona. No te cuenta sus reflexiones pero eres testigo de cómo cambian sus pensamientos, y te alegras a la vez que te enternece y conmueve. Esto define la lectura: tierna, conmovedora, simpática, sencilla.
Es increíble cómo el autor consigue con pocas palabras transmitir tanto. Es todo lo que significan, todo lo que implican; tanto lo que dice como lo que no dice. Me ha gustado ese camino que lleva la novela y cómo va construyéndose el entorno; cómo nos va colocando en el mundo en el que se encuentra Jónas con pocos detalles (no es un texto muy descriptivo), con una narración nada compleja, sino sencilla, limpia, y con esa sensación de cada palabras está escogida con sentido, lo que le aporta más valor a la lectura.

Aunque el texto no es poético, a mí, esas pequeñas conversaciones, esos momentos, que son como instantes que nos va contando a través de capítulos muy cortos, casi párrafos, esos encabezados con una frase que tiene relación con lo que viene pero en cierta manera filosófica, me parece que consigue una narración muy luminosa; es como aportar algo bueno a algo perdido.

El libro entero es como un encuentro y eso es muy positivo. Tengo curiosidad por saber si el resto de los libros escritos por esta autora están construidos igual. Una novela corta, maravillosa, humana, cruda por su fondo que no por su forma, es un texto muy recomendable, pero más recomendable es conocer a los habitantes de ese Hotel Silencio.
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