Los divagantes

Con este libro me he acercado por primera vez a Guadalupe Nettel. En él encontramos reunidos ocho cuentos muy originales, escritos con gran maestría, en los que en cada uno de ellos me hubiese quedado un ratito más. Unos más que otros, pero todos me han gustado, formando un conjunto muy equilibrado.

Cuando leo cuentos me pasan dos cosas. La primera es que me cuesta reseñarlos, ya que todos merecerían hablar de ellos por separado. Y la segunda, que aunque se puedan leer ágilmente, me tomo mi tiempo para hacerlo porque me gusta dejar un espacio de reflexión y de interiorización entre ellos, sino se me mezclan y no consigo disfrutarlos.

En este caso sí puedo hablar de todos ellos en general ya que tienen elementos en común que los dotan de coherencia y cohesión. Este aspecto me ha gustado. No se perciben como relatos independientes, aunque sí lo sean, sinó como un conjunto que explora la complejidad del ser humano a partir de sus propios miedos. Entre la realidad y la fantasía o la distopía se crean situaciones desconcertantes que rompen con la rutina de lo cotidiano para adentrarse en situaciones incómodas o extrañas que confrontan al ser humano con lo desconocido.

El cuento que da nombre al libro, Los divagantes, es uno de mis favoritos y es el relato que une a todos los demás. En él se nos cuenta lo que les sucede a los albatros cuando a causa de una tormenta o un fuerte viento se desorientan, no encuentran a su pareja y se pierden. Animales que divagan hasta encontrar de nuevo sus raíces, al igual que las personas que se encuentran en el mundo lejos de la tierra en que nacieron, desarraigados, perdidos, divagantes. Y eso es lo que les pasa a todos los personajes de estos ocho relatos en mayor o menor medida. Personas desorientadas que buscan su propia identidad, que divagan inconformes con su vida y buscan o se sorprenden ante situaciones inesperadas. Caminos nuevos en los que explorar. Seres vulnerables física o psicológicamente.

Finales abiertos que dejan al lector pensando, reflexionando acerca de lo leído y que vuelven a la memoria una y otra vez para darle nuevas interpretaciones, nuevo sentido. Relatos sencillos pero llenos de profundidad que exploran de forma única e inquietante temas muy interesantes y actuales. Ocho relatos ideales como puerta de entrada a la pluma de esta autora a la que seguiré leyendo con alguna de sus novelas.

Gracias a @babelioespanol y a @anagramaeditor por el envío en su programa #masacritica

En Los divagantes, Guadalupe Nettel nos sumerge en un mundo donde lo común se entrelaza con lo extraordinario, lo que confiere a sus historias una atmósfera de inquietante belleza. Esta compilación de ocho relatos nos conduce a través de un laberinto de emociones y situaciones que bordean lo surreal, manteniendo a la lectora en constante expectativa. Nettel, con su habilidad literaria única, despliega un abanico de historias que exploran la alienación, el desplazamiento y la metamorfosis de la existencia. Cada cuento es un espejo que refleja la complejidad de la experiencia humana, abordando temas como el amor, el odio, la esperanza, la indiferencia, el dolor y el silencio. Nettel no solo cuenta historias; crea espacios para la reflexión sobre el tiempo, la familia, el crecimiento y la nostalgia.

Los relatos varían en temática pero se unifican en su capacidad de sorprender. Desde "La imprenta" hasta "El sopor", Nettel nos lleva por un viaje de descubrimiento y autoconocimiento. En "La cofradía de los huérfanos", por ejemplo, explora la complejidad de la familia y la nostalgia, mientras que en "La vida en otro lugar", se adentra en la idea de la identidad y la pertenencia. El relato "El sopor", que aborda la pandemia y el cambio climático, destaca por su realismo distópico. Nettel maneja con maestría la tensión entre lo que es y lo que podría ser, dejando al lector reflexionando sobre las posibles realidades futuras. Mientras que "Los divagantes" retrata la pérdida de la inocencia en la infancia con una profundidad conmovedora, mostrando cómo esta etapa de la vida permanece oculta pero palpable en nosotras. En definitiva, una obra maestra de la literatura contemporánea que nos desafía y deleita a partes iguales y que nos hace cuestionar nuestra percepción de la realidad.

En “Los Divagantes” de Guadalupe Nettel estamos frente a un libro con 8 relatos todos ellos diferentes entre sí pero en los que tienen en común una serie de ideas y mensajes que exploran la complejidad y las relaciones que posee el ser humano.
La prosa de la escritora como siempre me ha resultado magistral. Guadalupe es capaz de trasmitirte la gran profundidad que esconden estos relatos con una prosa sencilla y muy ágil.
Cada relato nos muestra un paisaje distinto, con una ambientación mas o menos fantasiosa pero que por lo menos a mi, no han conseguido dejarme indiferente.
Alguno de ellos tienen un final abierto que les da la capacidad de transmitir un mensaje diferente según tu situación o según los momentos que te haya tocado vivir que me han resultado verdaderamente fascinantes que además los hacen muy aptos para debatir en una lectura conjunta.
Como en todo libro de relatos, ha habido unos que me han gustado mas que otros. Incluso algunos han conseguido transmitirme una sensación de gran angustia y ahogo bastante realista.
Son relatos no muy largos que dan la capacidad de leerlos poco a poco y día a día para conseguir saborear y pensar en el mensaje de cada uno de ellos

El conjunto de relatos presentados por Guadalupe Nettel en 'Los Divagantes' resulta impactante y sumamente sugestivo. Estas historias no dejan indiferente a nadie; por el contrario, ofrecen un terreno fértil para múltiples interpretaciones y debates.

Cada relato transmite una enseñanza profunda, revelando las diversas facetas del ser humano, tanto las virtudes como las imperfecciones. La prosa de la autora es exquisita, cautivadora y rebosante de realismo mágico, una habilidad distintiva en la literatura de autoras hispanohablantes.

La estructura de los relatos se muestra ordenada, aunque la autora opta por finales abiertos en muchos de ellos. Esta elección invita a la reflexión sobre sus temáticas, llevándonos a considerar no solo lo que la trama sugiere, sino también el posible desarrollo de los protagonistas y sus historias personales. 

Guadalupe Nettel juega con el lector, ofreciéndole herramientas básicas para que desarrolle, en su propia imaginación, el resto de la historia. Es como descender sin frenos por una colina; la mente se despliega sin límites, interpretando lo que le place o lo que nuestra educación y conocimientos nos hacen percibir y sentir.

El libro de relatos de Guadalupe Nettel, una colección de ocho historias intrincadamente tejidas transporta a los lectores a un universo donde la delgada línea entre la realidad y la imaginación se desdibuja. Enfrentando a sus protagonistas con sus propios miedos y lo desconocido, Nettel captura la esencia de lo sobrenatural en lo cotidiano. "La impronta", "La puerta rosada”, “Un bosque bajo la tierra” y “Los divagantes" se destacan entre los relatos que más me han gustado, cada uno llevando al lector a un viaje inquietante y sorprendente, con giros inesperados que mantienen la tensión hasta la última página.
La prosa de Nettel es una danza delicada entre lo surreal y lo realista, creando una experiencia literaria que se siente ligera y elegante, pero a la vez profunda y reflexiva. Su habilidad para retratar la niñez en "Los divagantes" es excepcional, capturando la esencia de la inocencia perdida y los caminos no tomados. Cada cuento, con su propio tono y época distintivos, presenta una gama de emociones que van desde lo hermoso hasta lo desolador, ofreciendo una perspectiva única sobre la vida y la naturaleza humana.
A través de sus narrativas magistrales, Nettel desafía las convenciones sociales y nos invita a explorar la individualidad y la autenticidad. Sus historias sugieren la importancia de desviarse del camino trazado y de abrazar lo desconocido, fomentando un sentido de autonomía y autenticidad. En definitiva, este libro cautiva con su inquebrantable exploración de lo extraordinario en lo cotidiano, dejando una huella indeleble en el lector y generando un deseo irrefrenable de sumergirse más profundamente en el mundo literario de Guadalupe Nettel.

Se puede decir desde ya que esta autora tiene un estilo propio, hecho de prosa prístina, de mucha extrañeza en lo cotidiano y de una mirada muy original sobre una realidad incómoda. Una prosa interesante que habrá que seguir paso a paso.

Hace tiempo traté de leer su primera novela El huésped (2006), pero no logré terminarla porque me pareció underground y morbosa.

Los divagantes es un compendio de 8 cuentos estupendos. El título está también bien escogido; he aprendido que se llama albatros perdido o albatros divagante al que ha perdido su rumbo, y cuando están extraviados, se aparean sin protocolo (siendo unas aves con una vida muy planificada, monógamas y que demoran 2 o más años en el cortejo), con hembras de especies diversas que como ellos, se han vuelto divagantes). Así, seríamos todos un poco divagantes, errando siempre en busca de algo, perdiendo la brújula a veces.

Los 8 cuentos me parecieron interesantes, de lectura fácil, pero con necesidad de sacarle a cada uno un poso de reflexión. Y como todos tienen un final abierto para que la imaginación de cada cual se eche a volar, creo que es preferible leerlos uno por uno y quedarse cavilando un poco.

Los cuentos abarcan temas que ya han sido abordados por Nettel : personajes desarraigados, la familia analizada con lupa y vista a veces como un arma de destrucción masiva, la incomunicación, los secretos de familia, la infancia, las precarias relaciones familiares, y en dos de ellos, los estragos post pandémicos.

Todos los cuentos están narrados a la primera persona, aunque los narradores pueden ser muy diferentes y hasta de los dos sexos. Quizá, el lazo que los une sea la familia.

LOS CUENTOS:

La impronta lo encontré magistral, perturbador, relata el encuentro de una sobrina con un tío "oveja negra" de la familia, con los secretos que la familia ha logrado ocultar (y el lector no sabrá a ciencia cierta aunque hay insinuaciones).

La cofradía de los huérfanos pone en la balanza niños abandonados que sueñan con lazos familiares versus niños con lazos familiares despreciados por la familia.

Jugar con fuego pone en evidencia los afectos de una familia sacudida por el confinamiento y los roces internos del grupo. Es violento.

La puerta rosada es un cuento matizado de ciencia ficción y de bastante sorna, donde un hombre insatisfecho de su vida conyugal, se meterá en un lío tremendo.

Un bosque bajo tierra es muy fuerte. Una familia tiene en su jardin una araucaria que se enferma y muere, pero la familia no quiere deshacerse de ella a pesar de todos los pedidos del vecindario, porque para ellos la araucaria les brinda las raíces que no tienen, es el totem-cobijo de la familia.

La vida en otro lugar cuenta la historia de un matrimonio que se encapricha con alquilar un piso, piso que es alquilado por otra pareja donde el hombre es también actor. El marido de la primera pareja hará una verdadera transferencia y se apropiará del lugar.

Los divagantes es una linda historia de la transhumancia de una familia, y saca a relucir el tema de los albatros divagantes.

El sopor es una distopía dónde una familia quiere dormir todo el tiempo porque durmiendo pueden soñar y vivir vidas libres. Un efecto colateral del traumatizante aislamiento de la pandemia.

Mis preferencias ? La impronta, Jugar con fuego, Un bosque bajo tierra.
Enlace: https://pasiondelalectura.wo..

Esta colección de relatos tiene un nexo común que remite a la complejidad del ser humano, y más concretamente, a todo aquello que puede hacer que se desoriente, que no arraigue, que pierda la conexión consigo mismo o con los demás, o sencillamente que vislumbre el temor de perderla. Y, como todo aquello que trata la complejidad humana, en el fondo se pone en juego la propia identidad, un tema que me apasiona.
Los relatos, que divagan en cierta manera entre fragmentos de las vidas que nos cuentan, no se ocupan tanto de contar una historia como de exponer un dilema o poner de relieve unas circunstancias que en cierto modo inquietan e interpelan… y por su profundidad narrativa, cada uno de ellos invita a la reflexión, por lo que es interesante dejar espacio entre la lectura de uno y otro para paladear esas briznas de pensamiento que surgen de forma espontánea tras la lectura. de hecho, las historias están abiertas por diversos puntos, dejando mucho espacio para la elucubración y la interpretación.
El tercer elemento a destacar es el componente mágico o surrealista de los relatos, que contribuye a la creación de una atmósfera desde la que nos planteamos con vigor si ciertas experiencias y emociones son reales, si tienen una base sobre la que sostenerse, o si por el contrario es nuestra mente la que todo lo genera.
Mis dos relatos favoritos, a quien pueda interesar, han sido “Los divagantes” y “Un bosque bajo la tierra”.
Enlace: https://instagram.com/lesbou..

«Traiciones internas, invisibles a ojos de los demás»
 
Ocho relatos con un tema en común, la familia, con sus clarooscuros, más oscuros que claros, y un eje, las patologías. La inseguridad y los miedos que tras la pandemia se hicieron fuertes. La lectura de cada relato ofrece al lector un reto, decide por ti mismo, no te dejes llevar por lo que te cuenta cada personaje, elimina esa ceguera que caracteriza a los protagonistas que no ven más allá de sí mismos. Empatiza sin dejarte llevar.
                Una lectura muy recomendable que tenéis desmenuzada en mi blog, cada relato con mi visión de él, yo primero leería el relato y luego contrastaría impresiones para no predisponer la lectura. 

No soy muy fan de los libros de relatos pero este tenía muy buena pinta, me ha gustado pero no ha terminado siendo todo lo que esperaba.

Lo que más me ha gustado de todo es cómo los relatos parecían ir de una cosa y justo en sus párrafos finales había una revelación y te dabas cuenta de que trataban de otra completamente diferente.

Una lectura entretenida.

"Los divagantes" de Guadalupe Nettel, contiene ocho relatos repletos de situaciones extrañas, imprevisibles e inesperadas. Todo esto aderezado con una atmósfera turbia, enrarecida.
Ha sido mi primera lectura de la autora y la verdad es que ni fu ni fa. Ninguno de los relatos me ha marcado, ninguno destaca sobre los demás, me ha dejado bastante fría. Me ha parecido un libro entretenido y rápido de leer, sin más.