Ceniza en la boca

¿Qué vidas merecen la pena ser vividas?
Sin duda pienso que quien deja atrás su país no lo hace por gusto o capricho, sino por necesidad o en búsqueda de una vida mejor.
Tener que atravesar por ese impacto ya de por si es complejo como para tener que soportar el rechazo de ser extranjero.

Una novela de memorias, desarraigo, xenofobia, asco y perdidas es lo que encontramos en ceniza en la boca.
Narrada de una forma magistral, Brenda Navarro deja una huella insondable en nuestro intelecto.

«Ceniza en la boca» tiene su punto de partida con el suicido de Diego y su hermana repasando su vida en busca de las motivaciones y de los por qué, desde la infancia hasta el momento en el que salta desde un quinto piso.

Brenda Navarro nos sumerge, con una narración sublime, en los problemas de desarraigo social, desigualdades y racismo en los que se ven envueltos los emigrantes, en concreto, en este caso, mexicanos, y en cómo su procedencia marca sus relaciones sociales, laborales y familiares.

Aunque me parece una historia con mucho potencial, lo cierto es que no he terminado de empatizar con la protagonista. Me parecía un sujeto pasivo de su entorno, y no he encontrado la manera de acercarme a sus sentimientos.

He sentido a una protagonista despersonalizada y alejada del dolor de una vida lejos de su familia, del dolor de las injusticias o el dolor de la desidia de una madre y el suicido de un hermano.

Por último, y esto es algo muy personal, no me ha acabado de gustar el estilo narrativo. Me ha parecido un poco caótico, basado en el recuerdo de la protagonista, con diálogos que no se marcan en el texto. Como digo, esto es algo personal, y también me ha pasado con grandes libros, así que sé que es algo mío.

En definitiva, aunque la historia es breve y tiene mucha fuerza, no ha terminado de convencerme su desarrollo y se me ha hecho un poco pesada.

Una gran pérdida personal nos suele provocar un desajuste interno, un daño irreparable cuya explicación la mente se esfuerza por entender a través de recuerdos, preguntas y pensamientos a veces inconexos.

Así nos acerca Brenda Navarro a esta historia de gran crudeza, donde vemos una realidad muy presente en nuestro país. Una realidad incómoda y molesta a la que nos hace enfrentarnos a través de la voz narradora, quien reconstruye la vida de su hermano Diego y pone el foco en temas como el racismo, la desigualdad, la violencia o el abandono. Pero también nos habla de las redes, de los cuidados, de reivindicaciones por un trabajo digno, del afán por salir adelante... O no conseguir avanzar, desfallecer y preguntarse qué vida merece la pena ser vivida y en qué condiciones.

"Para mí, irnos de México significaba huir de la violencia que terminó arrasando con mi familia, pero en España nos esperaba otro tipo de violencia, una menos aparatosa pero igual de cruel, en donde te exigen lealtad mientras te violentan minuciosamente porque no eres como ellos".

Ceniza en la boca fue como un golpe en el estómago de mis recuerdos. No me detendré en la historia, es un libro que se está viendo tanto por aquí que seguro que ya lo sabéis todo sobre él sin haberlo leído. Así que os contaré algunos episodios de mi vida relacionados con vivencias de la protagonista y su familia. Esta lectura la he hecho junto a Laura. Y menos mal, porque ella ha relativizado algunas cosas que a mí me despertaban los fantasmas del pasado. ¡Id a leerla, ella habla en su reseña sobre el duelo!

Empezaré por la primera parte del libro, aquella que cuenta la ausencia prolongada de la madre y la espera, de una reunión (sea en el país que sea) en la que la protagonista y su hermano viven. Y esto me retrotrae a los tres años que viví en mi país de origen mientras mis padres estaban reuniendo dinero y legalizando su situación aquí, preparándose para la anhelada reagrupación familiar. Y sí, desde la distancia entiendo su decisión. Pero, ¿cómo superar la sensación de abandono? ¿Cómo recuperar el vínculo afectivo? Más de diez años después, no he sido capaz de hacerlo, y sigue siendo una de aquellas asignaturas pendientes que la extranjería me ha dejado.

¿Y qué fue de ellos, de mis padres? Cuando mi madre llegó a España su título de auxiliar de enfermera dejó de tener valor y, con él, también su valía humana disminuyó a ojos de la sociedad. Hasta día de hoy siguen sin convalidárselo y, desde entonces, se pasa los días limpiando casas y lavando traseros. En cuanto a mi padre, con rasgos del este más marcados, veo el miedo en sus ojos cada vez que ve un control de policía, porque sabe que sí, que a él lo pararán seguro, y que, además, la búsqueda en su maletero será más exhaustiva. Y ambos saben que me necesitan para cualquier gestión administrativa, porque hablo tan bien que no se me nota, porque conmigo no perderán la paciencia por no poder hacerme entender, porque hasta que no ven mi apellido no saben que no soy de las suyas.

Yo soy casi una inmigrante de segunda generación, de las que se espera que vivan mejor que sus padres, que estudien más y acaben trabajando en despachos. Pero también soy una ciudadana de segunda, y de eso me di cuenta cuando fui a cambiar el domicilio de mi NIE (Número de Identidad de Extranjero, para quien no lo sepa, una vez más, la extranjería como patria) y me cuestionaron la estancia en el país. Porque claro, ¿cómo es posible que una extranjera de 25 años en el momento de la historia hubiera cotizado menos de un año? Los títulos universitarios y la matrícula en curso no sirvió, además tuve que mostrar los certificados de notas para demostrar que mi paso por las aulas estaba siendo provechoso.

Tremenda historia narrada en primera persona la que Brenda Navarro nos relata en “Ceniza en la boca” de Sexto Piso.
Es casi imposible enumerar todos los temas que trata en esta búsqueda de hogar infructuosa: maternidad, familia, suicidio, racismo, migración, cuidados de la tercera edad, narcotráfico, asesinatos, condiciones laborales, maltrato y un largo etcétera. Una vida dura contada sin filtros, con la necesidad acuciante de expulsar el goro goro de la protagonista.
Mi única objeción es la pluma de la autora que mezcla narración, pensamientos y diálogos sin diferenciación alguna, lo que me ha llevado a confusión en demasiadas ocasiones.