Ceniza en la boca

Ceniza en la boca de Brenda Navarro
¿Cómo llegué a este libro? Estaba en mi lista de pendientes. Fue una recomendación de @quique.fitzgerald y @queridajuliet.

Me llamó mucho la atención la portada, diseño del ilustrador Riki Blanco

No había leído a Brenda, autora mejicana. Esta es su segunda novela. Las casas vacías, fue la primera.

Ceniza en la boca está ambientada en México, Madrid, Barcelona, Nueva York. Dividida en cuatro partes.

Brenda ha comentado que La idea de la novela surgió al escuchar la noticia del suicidio de un adolescente de 14 años en Madrid. ¿Qué pasa por nuestra cabeza para poder terminar así con una vida?

Comienza con el suicidio de Diego en Madrid. Su hermana mayor (de la que no conocemos el nombre en toda la novela), nos narra, en primera persona, cómo fue la vida de ambos; mientras intenta entender el motivo que le ha llevado a su hermano a lanzarse por la ventana, desde un quinto piso.

Reseña completa en mi blog:


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Ciento noventa y dos páginas. No. Veinte años. No. Toda una vida. Este libro me ha hecho viajar toda una vida.

Mi migración, o muchas otras migraciones que he conocido. La precariedad, los papeles, cola de no comunitarios, la distancia, la mirada condescendiente, la mirada de odio, no sentirse de ningún lugar, sentirse de uno, querer volver, ser esa, no, querer ser ellos, no querer, querer ser otra. Crecer demasiado rápido. Ser sostén, sin todavía saber sostenerse a una misma.

Lo que hay en este libro es tanto, pero tanto. Creo que juega muy a favor de la narración el recurso de la primera persona de nuestra protagonista, a modo de diálogo interno, desordenado, con líneas temporales y espaciales diferentes y un lenguaje casi oral. Permite mostrar situaciones muy complejas en estructuras cortas pero que te siguen dando vueltas en la cabeza. El crisol de recuerdos y vivencias que nos conforma, que nos deja marquita. Es impresionante todo lo que consigue narrar en apenas un puñado de páginas: la migración, la precariedad y la explotación, las relaciones familiares, la pertenencia, los afectos, el clasismo, la discriminación, la v|olencia.

Hay una cosa que me parece brillante de la narración de Brenda y es la habilidad de ubicar las v|olencias a ambos lados del charco, en España y en México, casi como un diálogo sombrío. Brenda huye de establecer juicios de valor simplistas, idealizaciones erróneas o defensas inútiles. Aquello que sí tienen en común estas v|olencias es que las víctimas siempre son las mismas. Sea aquí o allá.

Me ha costado mucho terminarlo, lo he leído muy de a poco. Porque en cada página había un recuerdo propio, algo que resonaba y me dejaba pensando rato. Brenda ha escrito el libro que mejor me habla sobre una historia que, en parte, también es la mía. Salvando las enormes distancias. Ha escrito desde una voz que muchas necesitábamos leer. Una voz enrabiada, dolida, conocida; que consigue acompañarnos. ¿Por qué no se le podría decir la voz de una generación? de una generación nacida en otro lado, pero sufrida en esta tierra. La generación de los desarraigados, los sobrantes. La generación liminal, la que soñaba con volar.

Muchos de nosotros tenemos un sueño que nos persigue desde niños: VOLAR. Hacerlo sin motor y sin alas, sin puertas de embarque y sin posibilidad de retrasos. Volar, sin más. Extender los brazos, dar un pequeño salto quizá; coger impulso a ras de suelo y despegar hacia lo más alto. Y luego, desde allí, poder ver a todos los que queremos, jugar con los pájaros, sentirnos libres.
Soñar con volar es un acto de rebeldía. Es gritar, desde lo más profundo, que no te gusta el lugar en el que vives. O, al menos, la perspectiva. Y eso no todos lo entienden.
Casi nadie es capaz de comprender que lo que hay a pie de calle sigue sin mejorar, que aquello que (se supone) debe hacernos felices, nos ahoga y nos limita. Que, a falta de vuelo, la realidad se impone tal como es: racista, clasista, violenta; con escalones muy altos y metas imposibles. Un espacio pequeño y cerrado en el que es muy difícil entrar.
Algunos deciden marcharse, escapar de lo que no pueden cambiar para dejar claro que sus sueños permanecen a pesar del amargo despertar. Un primer vuelo. Y el último. Un final que nadie podrá olvidar.

Acabo de leer "Ceniza en la boca" (Sexto Piso, 2022, 196 páginas), de Brenda Navarro.

Una novela fuerte, desgarrada, que cuenta la inmigración desde dentro, desde la perspectiva de una mexicana que emigra a España.

La protagonista, cuyo nombre no sabemos nunca, queda en México siendo niña con sus abuelos y al cuidado de su hermano pequeño. Su madre los deja para "hacer las Españas", es decir, para hacer una vida mejor en este país y volver a por ellos cuando su situación mejore.

Esta interrupción de su infancia, esta maduración abrupta, marcará definitivamente el carácter de la protagonista; la volverá brusca, fría (menos con su hermano), arisca, en guerra perpetua con el mundo. No le faltan motivos para ello. Su vida en México es miserable pero, cuando al fin su madre los lleva con ella a España, su vida sigue siendo miserable y además en un país que no es el suyo.

Nos imaginamos la inmigración como una forma de vida que no querríamos protagonizar jamás, pero tiene que llegar Brenda para contarnos cuán desgarradora y desarraigada puede llegar a ser.

Sin dejar títere con cabeza, nos va contando los distintos trabajos que desempeña: canguro de niños, cuidadora de ancianos, limpiadora, interna...
Con crudeza nos habla del racismo y la xenofobia que encuentra allá donde va, porque "los españoles te ofrecen su casa, pero nunca te dan la dirección". Así de brusca es Navarro, así de sincera.

De esta forma nos vamos planteando cuestiones sobre las que normalmente pasamos de puntillas, así comprendemos el suicidio de su hermano como respuesta a la falta de horizontes, a la sensación de no pertenecer a ningún sitio.

Dura, durísima novela que nos hace reflexionar sobre el "yo no soy racista" que todos hemos dicho alguna vez. Revisemos nuestras creencias, leamos lo que dice Brenda y veamos si la mantenemos.

No sé si conocen a esta autora, dicen que "Casas vacías" es su mejor obra, ¿me la recomiendan?

Primer libro que leo de la autora, y me dejó sin palabras. Durísimo, desesperanzador, triste, incómodo, real.

Si pudiera resumir este libro en una sola palabra sería : miseria.
Los personajes son increíbles, duros, valientes pero las circunstancias de la vida les hace miserables y solitarios.
La historia empieza con el suicidio de Diego, y su hermana , la narradora de esta historia, nos cuenta desde que son pequeños, la infancia de ambos en México, su mudanza a Madrid y como sobreviven aún país que les da la espalda.

Los temas sociales que trata este libro son escalofriantes, el racismo, la esclavitud moderna, la falta de empatía, el odio, la muerte de seres queridos o de conocidos, la desigualdad social, la tristeza, la familia y después de todo esto, tener que sobrevivir a ello, o como Diego, que no pudo soportarlo.

He sentido una tristeza e incomodidad a lo largo de toda la lectura. Ha habido momentos que mi estómago se revolvía de la injusticia, esto le pasa mucho a la protagonista que siente esa angustia desde dentro del estómago.

Tengo que reconocer que es un libro que empieza muy bien, pero es verdad que a partir de la 4° parte se me ha hecho repetitivo y aburrido. Asi que no se cómo calificarlo. Pero si en mis manos cae otro libro de la autora lo leeré sin dudarlo. Eso sí, no creo que sea un libro para todo el mundo.

Últimamente he tenido más de una decepción con libros premiados, pero no pude dejar escapar este al verlo en la biblioteca y después de sus recientes premios.

Ceniza en la boca, de @despixeleada y publicado por @sextopisoeditorial, nos cuenta la historia de una hermana y un hermano. Este último, Diego, el pequeño, acaba de quitarse la vida saltando desde un quinto piso, y su hermana nos irá contando su presente, su pasado y su futuro con este hecho como punto central.

Si por algo destaca esta novela es por su "sencillez", la manera de contarlo que tiene la autora la hace totalmente especial. La trama no es nada novedosa pero me ha tenido enganchado a sus páginas desde su inicio y me ha dejado con ganas de más.

Una novela que trata muchos temas y muy bien. Una historia en la que dichos protagonistas se trasladan de su "triste" vida en México para buscar una nueva oportunidad en España, algo que les generará muchas dificultades por su origen.

¿Merecidos todos los premios que está recibiendo? No lo sé porque no he leído las suficientes novedades, pero sí puedo decir que es una maravilla de principio a fin. Sobresaliente.

El inicio de esta historia es la imagen de Diego saltando desde un quinto piso. A partir de ahí, su hermana, protagonista y narradora de la historia, nos da a conocer los motivos que llevaron a su hermano pequeño a quitarse la vida. Además, a través de un diálogo interior, descubriremos cómo la vida golpeó con dureza a nuestra protagonista en muchos otros momentos de su vida. Nos muestra un retrato de la violencia, la precariedad de su México natal y la de la España que los recibe, la discriminación, la humillación, el racismo con el que tiene que combatir cada día. Es una historia personal, de desesperación, de no encontrar su lugar en el mundo, de pérdida, de abandono social.

La crítica a la maternidad no deseada pero implantada se hace ver en muchas ocasiones. La niña que no pudo ser niña, la madre que no quiso ser madre. En esta historia encontramos a la madre que deja a sus hijos para ir a buscar mejor vida a otro país, la hermana mayor que es obligada a ser madre de su hermano pequeño, la abuela que es incapaz de trasmitir amor, las tías que sufren en silencio violencia física en sus hogares… El poco reconocimiento que existe para los cuidados que normalmente recaen sobre el universo femenino.

La narración de Ceniza en la boca es rápida, desordenada. Se escribe como se cuenta, sin interrupciones, sin detenerse a respirar. No es una historia que se cuente, se grita.

Es un libro con un trasfondo emocional muy duro, tan crudo como la vida. Muy necesario en los días que vivimos, donde la palabra integración cobra aún más sentido si cabe.

“Cuando Diego cantaba no quiero vivir así, pero no quiero morir, no entendía a qué se refería hasta que sucedió lo de mi tía Carmela. Qué pinche razón tenías, Diego, qué de cosas comprendiste desde siempre. Porque una se hace tonta, cree que entiende y sigue, pero él, él no quiso seguir. ¿Para qué seguir? ¿para qué vivir en una ciudad que lo hacía sentir poco bienvenido y ponía todo en su contra?, ¿para qué regresar con mis abuelos y volverse militar?, ¿y luego qué? Sangre, sangre, sangre, sangre y sangre”

“Y quizá ese es el poder del silencio: mantenerte aislada”.
En una entrevista de Ana Pastor, Brenda Navarro habla de « la pérdida de una verdad que nunca vamos a tener ». Esta novela relata ese duelo, ese esfuerzo por comprender y encajar todas las piezas. En ese proceso, se revisitan relaciones, situaciones familiares y hasta las propias vulnerabilidades. Las verdades. Los silencios. Los abandonos. Su peso.
Como trasfondo, la importancia de “sentirse en casa”, ese lugar propio en el que sentir amor y seguridad, en el que poder mostrarse confiado.
Su lectura me ha recordado mucho al ensayo de Judith Butler “Los cuerpos que importan”. La protagonista de esta novela representaría una de esas vidas consideradas sin valor: lo vemos en la descripción de ese México violento y corrupto pero también en la de esta España racista y clasista. ¿Cuáles son las posibilidades de que la protagonista, Diego y su familia vivan una vida protegida? Nulas, pues el orden social existente limita los accesos al bienestar social a determinadas personas. Se desgrana en cierto modo este orden social, en el que predominan los prejuicios y se reconocen los privilegios. Es un libro sobre la violencia sistémica, la que arraiga en el estado y las instituciones, incluida la familiar. Es la historia de un desarraigo y la búsqueda de oportunidades para enraizar y construir de nuevo. La novela nos narra los obstáculos a los que que ese proceso se enfrenta: ¿quién tiene acceso a verdaderas oportunidades?, ¿para quién los privilegios, incluida la posibilidad de seguir viva?, ¿qué cuenta la mirada de los demás cuando se posa sobre el extranjero o el inmigrante? He sentido vergüenza de formar parte de un sistema que asume a diario que “así es como funciona todo” (espeluznante la conversación con el tutor de Diego en el instituto, contexto que me toca más de cerca). La narración en primera persona y el léxico para mi conocido me han conectado mucho con la narración, pese a no tener nada en común con la protagonista.
El estilo lleva a la confusión, no hay linealidad temporal ni estructura clara que diferencie monólogo interior, reflexiones y diálogos, pero una vez que dejas de buscar el orden, todo funciona con sentido plenamente lógico.

Esta novela narra el viaje emocional de una joven que intuye las razones del suicidio de su hermano. Una historia de separaciones y abandonos, de pérdida e iniciación a la vida, en la que Brenda Navarro aborda con enorme valentía cuestiones esquivas como la desigualdad, la xenofobia o el desarraigo. Un libro que quema y plantea la dolorosa pregunta de qué vida merece la pena ser vivida.

En especial, lo que más me gusta de las novelas de Brenda Navarro, es que no te dejan indiferente. Lo mismo me paso con su anterior novela “Casas vacías”. Leerla es un viaje emocional intenso, porque sus historias te sacuden, duelen. Sus palabras son un golpe de realidad, sin ambigüedades ni vueltas. Cuenta las verdades como son, tal cual se sienten, por más incomodas que sean. Es experta en meter el dedo en la llaga: migración, maternidades variadas, violencia corporal y emocional, desapariciones forzadas, lazos familiares, suicidio, feminismo.

Me gusta mucho su escritura, el ritmo y las palabras que reflejan a la perfección el dolor de muchas personas que viven estas cuestiones a diario. Tremendo, duro, valiente. Vale la pena muchísimo leer a esta autora.

Booom! bom! pumm…!! No se con qué palabras describir el golpe que te da en el corazón este libro ya tan solo con leer los primeros párrafos. Más aún cuando tras terminarlo compruebas todas las emociones que deja Brenda Navarro en tan solo 196 páginas.

En esta ocasión, Brenda Navarro nos presenta a través de un monólogo interior, la vida nada fácil que ha llevado la protagonista, una mujer joven mexicana que lucha por comprender las razones del suicido de su adolescente hermano, hecho que se le quedará por siempre taladrando su cabeza.

El destino de esta mujer le lleva desde su infancia a crecer en México a marchas forzadas, sintiéndose abandonada, a cargo del peso familiar y conviviendo desde pequeña junto a su abuela, con un padre totalmente desconocido y una madre que se marcha repentinamente a España a por un futuro mejor, ejerciendo de madre para hacerse cargo del cuidado de su hermano.

Ambos terminan emigrando hacia Madrid y posteriormente ella hacia Barcelona, con el fin de sentirse realizada y luchar por una vida sólida y digna. Lo que se va a encontrar es justo lo contrario, recibiendo una y otra vez violencia emocional e injusticias.

Los únicos empleos precarios que logra conseguir es el reparto de comida a domicilio o hacerse interna dedicándose al cuidado de mayores, prácticamente por obligación.

Brenda Navarro consigue dar voz a multitud de mujeres que luchan por un futuro mejor, encadenando trabajos esclavos. Golpea con su texto cada uno de los problemas reales de esta sociedad, ya no solo tratando temas como el suicido de muchos adolescentes, sino la normalización del racismo en España con los inmigrantes sudamericanos, donde está tan normalizado los trabajos mal pagados tan solo por no haber nacido aquí.

Una novela emocional que pasa directamente a ser unas de mis lecturas favoritas de este año en el que logra remover tu cabeza y se te queda ahí golpeándote una y otra vez con el testimonio de una joven, sola ante el mundo, que lucha por seguir adelante a pesar de las trabas que le pone la vida, obligada a crecer y a madurar anticipadamente. ¿Vale la pena vivir así en un mundo tan injusto, racista y machista?
Tan solo te digo que deberías de correr ya hacia una librería para a hacerte con él.
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