Porque hay quienes se te mueren aunque sigan respirando y se muevan frente a tí.
|
Porque hay quienes se te mueren aunque sigan respirando y se muevan frente a tí.
|
Entendí que no hay verdades,sino puntos de vista.
|
Como que nos faltaba algo, pero todos lo negaban. ¿Faltarnos algo? ¡Al contrario! Si lo habíamos conseguido todo: casa, papeles, mamá! ¿Qué nos podían amputar? Pues México, pensaba yo. Nos amputan México. Pero México no como país, sino como lo que dicen que es saudade. Te da saudade, te enfermas, te mueres un poco. ¿Cómo no iba a entender a Diego?
|
No había toda una vida por delante, al contrario: migajas, piezas de rompecabezas sueltas, un reloj con el tic tac avanzando y una serie de acontecimientos abollados, encimados los unos de los otros sin rumbo fijo. Nada de vida por delante, ni para Diego ni para mí. Al menos mi hermano tuvo la claridad de verlo y tomar el riesgo de ser el único que decidía sobre su destino.
|
Los españoles te ofrecen su casa, pero nunca te dan la dirección.
|
Pero era verdad, yo tenía papeles por mi mamá y no tenía hijos y no tenía a quién mantener y yo sentía que desde su punto de vista yo no había sufrido lo que ellas y lo que me exigían era que hurgara en mis miserias y las sacara a la luz y las usara como bandera para que todas fuéramos miserables y dolientes y personificáramos eso que justo estaban esperando de nosotras.
|
Mucha historia, mucho odio, mucha rebelión, pero ahí estábamos: la familia viviendo del piso de la abuela y la mexicana sirviéndoles, como hacía más de quinientos años. Que si catalanes, que si españoles, que si andaluces, nada, para mí todos eran lo mismo y para ellos todas nosotras éramos lo mismo. Ni más ni menos.
|
No nos violaron, hermanito, no nos han hecho un daño horroroso de ese que sale en las noticias, ni hemos naufragado en pateras, ni nos han pegado, ni hemos salido en vídeos virales en los que nos gritan de cosas, pero sí que estábamos lastimados y eso era lo más cerca que estábamos de ser iguales a todos a los que nos decían que nos parecíamos.
|
“Desde que llegamos a España estábamos como amputados, pero sin diagnóstico. Como que nos faltaba algo, pero todos los negaban. ¿Faltarnos algo? ¡Al contrario! ¡Si habíamos conseguido todo: casa, papeles, mamá! ¿Qué nos podían amputar? Pues México, pensaba yo. Nos amputan México. Pero México no como país, sino como lo que dicen que es saudade. Te da saudade, te enfermas, te mueres un poco”.
|
Para mí, irnos de México significaba huir de la violencia que terminó arrasando con mi familia, pero en España nos esperaba otro tipo de violencia, una menos aparatosa pero igual de cruel, en donde te exigen lealtad mientras te violentan minuciosamente porque no eres como ellos.
|
"Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo" ¿El personaje de qué libro está hablando?