¿Por qué hay personas con las que conectas nada más conocerlas y otras con las que no? ¿Qué une a dos vidas para que, de pronto, al mirarse, se sonrían?
|
¿Por qué hay personas con las que conectas nada más conocerlas y otras con las que no? ¿Qué une a dos vidas para que, de pronto, al mirarse, se sonrían?
|
–¿Qué te duele, Luna? –Ese es el problema, que no lo sé. |
A veces nos esforzamos en disimular nuestras reacciones ante lo extraño, cuando lo normal es que lo extraño nos extrañe, ¿no?
|
Llegará un momento en que estaremos todos co, conectados sentimentalmente. Ya no po, po, podremos ¡vale! hacernos daño, porque al hacerle daño a alguien nos lo estaremos haciendo también a nosotros, co, como la madre que siente dolor al gritarle a su hijo.
|
Admite que le hubiera gustado que la teoría de Luna fuera cierta, le hubiera gustado que las personas tuvieran vínculos especiales con otras personas, que pudieran compartir energías, que pudieran sentir la alegría y el dolor de otros a pesar del tiempo y la distancia... Le hubiera gustado que las personas, al morir, formaran parte de otras personas, porque eso significaría que no podríamos hacer daño a nadie, pues nos lo estaríamos haciendo a nosotros mismos...
|
Recuerda ahora una de esas preguntas extrañas que solo Luna podía hacer. ¿Por qué uno no muere nunca en sus sueños? Al final era ella misma quien se respondía: uno nunca muere en su pesadilla porque la conciencia siempre lo despierta a tiempo.
|
Nadie valora poder andar porque es lo normal nadie valora despertarse en una cama sin tubos, sin vias conectadas al brazo... sin dolores, porque es lo normal. Nadia valora esos regalos de la vida.
|
Negamos lo que no vemos, lo que no comprendemos. Lo negamos hasta tal punto que nos ponemos en contra. Solo para mantener nuestras creencias.
|
¿no sería bonito que todos estuviéramos conectados de tal forma que no pudiéramos hacer daño a nadie porque nos lo haríamos a nosotros mismos?
|
- Usted y yo hemos sentido el mismo dolor. Ese que, aunque se esconda durante el día, cada noche viene a visitarnos: el dolor de una pérdida. Un dolor que no desaparece nunca porque en realidad está sustituyendo a la persona que se fue.
|
Manolito ...