La bestia

Los amuletos, si no se usan bien, pueden volverse en tu contra.

Pero deberíamos encontrar el momento para la belleza. Para recordarnos lo bueno que tiene la vida, por qué luchamos.

Tres palabras sencillas que en esta ciudad parecen no estar al alcance de nadie: «Un buen hombre».

La sangre no la ha convertido en mujer, la ha convertido en una víctima. Tal vez sea esa la verdadera metamorfosis que se produce con la menstruación.

–¿Adónde va el alma cuando sale del cuerpo, Lucía?
—Asciende al cielo y se transforma en un pájaro. Madre será un pájaro de mil colores, pequeñito, pero tan hermoso que todo el que lo vea volar caerá al suelo desmayado. Siempre estará sobre nuestras cabezas; ni tú ni yo lo podremos ver, porque el sol nos ciega, pera allí estará ella. Volando con sus pequeñas alas.

[...] castigo porque los más miserables han dejado de mirar a la Iglesia como a la única madre. Una madre que nunca se ha preocupado por darles alimentos.

Donoso se lo ha dicho más de una noche: los principios morales son perfectos para una tertulia, pero no calientan cuando hace frío.

Sabes que las lágrimas de esta gente solo sirven para entretenerte mientras te roban la cartera.

su madre se está desvaneciendo como un atardecer

Lo único que se esconde tras el nombre de la Bestia [...]: el miedo.