La familia

Tenía muchas ganas de leerlo, ya que Sara Mesa me gusta y me gustó, sobre todo su novela “Un amor” del que ya dejé mi reseña. Y bueno, le ha llegado el momento a esta, su última obra.

La familia, presentada en relatos discontinuos, nos adentra en la psicología de cada uno de los integrantes de una familia, organizada por el padre, Damián es su nombre, que les impone a todos ellos un estricto modo de vida.

Una familia compuesta por dos hijos, el mayor y el pequeño, aunque con caracteres muy diferentes, el mayor sumiso, el pequeño mucho más resuelto, una hija bastante rebelde, y una sobrina, adoptada que es , tal vez, la que puede vivir una vida más normalizada cuando ya de mayor se aleja de su familia.

También nos acerca a algunos personajes secundarios revelándonos importantes informaciones desde fuera del reducto familiar
.
Damián, el padre, les exige a todos ellos unos códigos de conducta de esos que solo son capaces de disminuir el contenido cerebral, su masa gris y sus circunvalaciones, es decir, anular en la familia todo intento de maduración y crecimiento, para afrontar la vida de un modo exitoso.

Este hombre, riguroso en extremo, que no admite que pueda desarrollarse la personalidad intrínseca de cada uno de los miembros de esta familia, este hombre que organiza absolutamente la vida de estas personas, impidiéndoles cualquier actitud de soberanía , sí sabe deslizarse por el camino de la ignominia de la mentira, por la pendiente de la ocultación, por el simulacro de una vida que no tiene, afirma con descaro que es abogado, ¿lo es? .

Habilísimo comienzo el de esta novela , parece que busca en nosotros una respuesta negando la absoluta afirmación. La frase nos chirría nada más terminar de leerla, pues todos, absolutamente todos sabemos que es una familia, todos la tenemos. Todos sabemos y tenemos por cierto, que toda familia encierra secretos y algunos terribles, incluso.

Podemos decir que la escritora cuando dice para empezar “¡En una familia no hay secretos!” nos impele, os introduce de golpe y de un modo sorpresivo a iniciar la lectura de este libro.

La familia que nos describe la autora con agudeza, lo hace usando un fino calado como el agua que moja empapando.

En el libro lo cotidiano, el vivir de esta familia, se presenta como mácula, como mancha aceitosa que se extiende por capilaridad más allá de cuanto toca.

Esta familia, esta célula social de la que nos habla Sara Mesa pende y depende del rígido, del estricto capricho de un padre duro, asentimental, autoritario, tiránico y empeñado en resolver una desviación cuasi psicopática o abiertamente psicopática a través de los hijos y esposa.

Este hombre humilla constantemente al grupo familiar imponiendo atrozmente su enfermizo y rígido criterio con la intención de que todos los miembros familiares sientan su rigor, este hombre parece no autorizarse a vivir armónica y amorosamente.

Un tirano de medio pelo sin una estructura mental sana y formada, cuya única capacidad es la de arruinar la existencia de todos aquellos que le quedan cerca.

No elegimos la familia, es evidente, lo sabemos todos, el padre, la madre, los hermanos, no son elegidos, no los atraemos a nuestro lado seleccionándolos previamente.

Nacemos y nada más hacerlo, nos recibirán unos brazos , esos primeros brazos y todas sus extensiones constituirán nuestra familia, del destino o de la suerte dependerá en, gran medida, nuestra manera de estar en el mundo, nuestra existencia , en definitiva.

Habilísima la autora, si al principio de la novela nos anima al disenso, ya que en toda familia hay secretos, para terminarla, nos reclama un pensamiento, una solución abierta pero pretendiendo que vayamos hacia la comprensión compleja de las conductas humanas.

Para esto, para conseguir este fin, verterá unas lágrimas por los ojos de este padre inaceptable que hemos ido conociendo a través de la novela .

En esta obra, vemos como la libertad está prohibida, el libre albedrío apaga su impulso aplastado por la obligatoriedad de asumir el dictado de un padre que dicta con rigor todo , absolutamente todo lo que tiene que ocurrir dentro de las paredes de una casa.

Nada escapa a su centro, nada puede torcer su dictamen, los niños, incluso, se verán obligados a jugar a los juegos elegidos por el padre.

La imaginación, pues, será regulada, no expansiva, no abierta, no nutricia Lo mismo va a ocurrir con el modo y manera de abordar los estudios , el dictado sin fisuras de las normas será única y exclusivamente competencia de este hombre desde todo punto de vista, inasumible.

La única competencia irremediable de los hijos y la esposa será claudicar a la libertad, será asumir y doblegarse ante este cabeza de familia, absolutamente descontrolado emocionalmente, que solo finge a través de la tiranía, el control. La madre acabará también dominada pero convertida en dominadora.

La figura de Gandhi, siempre presente, será un referente a imitar por este hombre que ve en él una determinación rigurosa que le anima a él, como figura a seguir sus pasos. Naturalmente, Gandhi será una representación libre y obsesiva en la cabeza de Damián.

Es verdad que no recurre jamás a la violencia física, su campo de acción es siempre el uso de la violencia psicológica para imponer su discurso y su dominación.

Podemos decir, que la impotencia es el germen que alimenta esta obra , a esta familia , en definitiva.

Los antecedentes vividos por estos hijos solo podían dar como modo de vida , ya de adultos, estructuras insolventes que no hacen más que despeñarse en la vida realmente existente, vidas sin auténtica vida.

Y contando solo pequeñas anécdotas y mínimos detalles nos mostrará la verdadera quiebra de todos sus integrantes.

De niño disfrutaba con aquellos pasatiempos llamados "Une los puntos". El 1 con el 2. El 2 con el 3. El 3 con el 4. al llegar al último número podíamos ver una figura reconocible. Un animal, un objeto, un lugar... El dibujo resultante era más preciso cuanto más cercanos estuvieran los puntos entre sí.

Sara Mesa con La familia deja que el lector una los puntos y rellene huecos. El retrato inicial con un padre opresor y dictatorial, una madre aquiescente y dos niños y dos niñas muy diferentes entre sí es preciso, pero a medida que avanza el tiempo y vamos comprobando, gracias a cada relato, qué ha sido de cada miembro de la familia los puntos se van alejando y el conjunto queda menos definido. Dicen que el todo es la suma de las partes y cada una de las partes brilla gracias a la maestría de la autora a la hora de narrar situaciones donde los conflictos asfixian a las soluciones. Podría parecer que a este puzle novelado le faltan piezas, pero uniendo los puntos podemos comprender la evolución de los personajes. Somos porque fuimos.

Me ha gustado La familia. Es muy complicado abarcar y transmitir tanto en tan solo 232 páginas. Sé que durante días seguiré pensando en este proyecto de familia feliz, que era cualquier cosa excepto feliz.

Partiendo de que Sara Mesa me gusta y en que su libro Un amor me encantó empiezo la familia con altas expectativas.
Me encuentro con una familia muy especial un Padre con una personalidad que raya el maltrato psicológico a lo largo de todo el libro, una madre que asume el papel de ama de casa sumisa subyugandose a todo lo que el marido dice, a ese "proyecto" que el tiene en mente. Durante todo el libro pienso en ese complejo de inferioridad tan grande que edad arrastrar el señor para comportarse como hace pero en ningún momento la autora me permite ver nada de eso. Hay tres niños, cada uno desarrolla su personalidad en ese clima que asfixia su educación y que marcará para siempre su futuro. Un futuro que estará bastante lejos de lo que su padre pretende ...

El libro narrado por capítulos contados desde la perspectiva de cada personaje se va desarrollando lentamente y van apareciendo datos que van conformando un puzle que esperas montar al final....

Por qué me ha defraudado?
Porque a partir del 70% ya sabes que no te va a contar lo que esperas, que te quedan muy pocas páginas y que el libro se queda corto. Para mas inri los tres o cuatro últimos capítulos no revelan nada de la historia. En el capítulo contra la domesticación el narrador es un misterio, no es ninguno de los hijos pero esta narrado desde un nosotros que se incluye en la voz de un hijo. Ese capitulo es también como un relato aparte, sin sentido, como si no perteneciera al libro. No tiene que ver con el hilo de la historia. El capitulo de Rosa y su historia se queda corto. Y los dos últimos son como un añadido que hasta saber las intenciones de la autora me han dejado fuera de juego.

He disfrutado leyéndolo claro, porque me alucinan los personajes de Sara Mesa, ese ambiente familiar austero, asfixiante, que somete bajo palabras rodeadas de cariño a una familia que no es capaz de explicar las cadenas que les impiden dar un paso fuera de las rejas que los contienen... Pero bajo mi punto de vista no lo ha concluido bien, y no hablo de un final cerrado, hablo de un desarrollo de los personajes más amplio. El proyecto me ha parecido estupendo, llevarlo a cabo no tanto....

De todos modos seguiré leyendo a esta autora.

Último libro de esta autora que tanto me gusta. Me preguntaba cómo podía haber tanta disensión de opiniones en las reseñas de este libro y, al leerla, he podido entender el porqué. Y es que “La familia” parece un libro hecho a retales, que han intentado ser cosidos entre ellos para formar un conjunto sin conseguirlo. Curiosamente casi todas las historias que contiene son buen ejemplo de la literatura de Sara Mesa, pero al tratar de unirlas entre ellas hay algo que falla.

En esta novela se nos cuenta la historia de una familia (sigo dándole vueltas a qué habrá llevado a la autora a usar el artículo LA en vez de UNA para el título) bastante peculiar desde el punto de vista de cada uno de sus miembros. La primera historia nos da una visión general de la familia desde el punto de vista de Martina, la hija adoptada, lo cual es muy acertado porque en cierto modo ofrece una mirada desde fuera puesto que solo lleva un mes con ellos. La familia está compuesta por un padre bastante severo (aunque no quiere dar esa impresión) que promulga el ascetismo de Gandhi para él y para su familia, no dejando que entre tecnología en la casa y ayudando de un modo supuestamente altruista en organizaciones creadas por él mismo. Su mujer pareció revelarse tras nacer su primer hijo, pero cuando se quedó embarazada del segundo siguió a rajatabla lo establecido en el “proyecto” de su marido. Por último están sus tres hijos naturales, Damián (el mayor, pavisoso y con tendencia a engordar), Rosa (más rebelde, se escapará de casa para estar un chico y terminará quedándose embarazada) y Aquilino (el pequeño y más avispado, que no pone pegas a sus padres pero les da mil vueltas cuando quiere).

Los siguientes capítulos tendrán como narradores a cada uno de ellos y, desde sus distintas perspectivas, iremos completando el puzle familiar. Y en cada parte, como decía antes, hay mucho de Sara Mesa: esa intromisión en lo íntimo que te hace sentir incómodo, situaciones turbias frente a las que no sabrías cómo reaccionar y una preocupación por lo marginal. Pero el salto de un capítulo a otro te desubica, cuesta ordenarlos en el tiempo y son de un interés desigual. Quizás esto fue algo buscado por la autora, pero a mí no ha terminado de convencerme. Aún así conseguí ver destellos de la Sara Mesa que me gusta, y por ello ha merecido la pena la lectura.

Tengo una relación amor-odio con Sara Mesa. Me gusta mucho cómo escribe, cómo maneja las palabras... pero el conjunto de sus novelas me defrauda. En esta novela nos cuenta una historia a trozos, pero realmente no sabes qué es lo que estás leyendo. Una verdadera lástima.

Sara Mesa toma cosas que forman parte del ADN de la existencia humana, como el amor o la familia y te golpea con ellas mostrando su lado más perverso, hostil y asfixiante hasta dejarte un regusto amargo de verosimilitud y realidad.

Desde la primera página, esta historia te secuestra para hablarte de la familia como elemento vertebrador de lo que somos, ya sea por presencia, ausencia o, en este caso, por asfixia. Los diferentes personajes de esta historia, en calidad de hijos, muestran las consecuencias de la crianza, las huellas que las figuras parentales dejan en nosotros y determinan la forma en la que miramos el mundo y nos miramos a nosotros mismos. de cómo las expectativas, lo proyectado en nosotros, nos moldea sin darnos cuenta. Las heridas que esas figuras dejan de niños determina nuestra existencia como adultos.

Una auténtica maravilla.

Con diferencia, el libro de Sara Mesa que más me ha gustado.

Es la primera novela que leo de la autora y forma parte de mi reto "Leer autoras nuevas".

En Sara Mesa me ha sorprendido la gran capacidad que tiene para introducirte en la vida de sus personajes desde la primera página, te hace sentir lo que ellos sienten. al inicio de la obra yo era esa niña a la que no dejaban escribir en su diario con candado, yo sufría con ella la extrañeza de esa familia tan cuadriculada y llena de normas, por ello no será esta novela la única que lea de la autora.

Breve sinopsis:

En esta familia se comparte todo, en esta familia

¡Qué ganas tenía de volver a leer a la que se ha convertido en una de mis autoras favoritas!
Desde que salió su última novela, no podía esperar a introducirme en sus páginas.

La familia es una novela en la que no he reconocido tanto el estilo narrativo de Mesa y sin embargo sí la creación de esos ambientes incómodos y opresivos que suelen caracterizar a sus obras.

La familia nos muestra a unos personajes que viven bajo una estricta supervisión del padre de familia, un hombre inflexible, de opiniones tajantes y capaz de producir con su presencia una tensión bastante palpable. En este sentido, la novela consigue transmitir al lector estas sensaciones.

Sin embargo, la forma en que está estructurado el libro me ha resultado un poco extraña, en cuanto que los capítulos narran diversas experiencias de los distintos miembros de la familia y algunas, en mi opinión, quedan como historias inconclusas de las que me hubiese gustado saber más. Por momentos, me parecía estar ante una obra de relatos, si bien es cierto que el nexo común es la sombra y el efecto de la presencia de este “patriarca”.

No puedo decir que no haya disfrutado de la lectura, porque leer a una autora que me encanta siempre es un aliciente, pero no creo que sea de las mejores historias de Sara Mesa. Me sigo quedando con “un amor” y las sensaciones que me provocó, así como con su calidad narrativa.

En cualquier caso, si no has leído nada de ella, recomiendo que te aproximes a su peculiar obra.

Reseña:

Una familia en la que el padre busca que todo sea perfecto y que sus normas se cumplan. Unos padres que no dejan salir y relacionarse a sus hijos con nadie y que dicen guardar las formas, ser educados con el prójimo y no ser egoístas.
Una familia llena de reglas, orden y disciplina donde el ambiente resulta claustrofóbico.
Me he liado a veces con los saltos en el tiempo, no sé muy bien qué pretende hacer saber la escritora con esta historia, como es la primera vez que leo algo de ella igual me he perdido algo. Se lee enseguida, pero no me ha parecido nada más que la historia de una familia.

Sara Mesa y sus atmósferas inquietantes, incómodas, desconcertantes. Es experta en provocar una sensación de alarma, de intranquilidad, y en hacer que te acompañe durante todo el relato.

"En esta familia no hay secretos". Es lo que pretende el padre y cabeza de esta familia, que prime la confianza entre todos los miembros, que no hayan reservas entre ellos. Por el bien de todos, según él, para conseguir ser ese modelo famillar con unos principios y valores claros y firmes. Pero hay en sus palabras y en sus actos algo sutil y velado que esconde mucho más, unas intenciones más profundas de las que quizá ni él mismo es consciente, una necesidad de control enfermiza, una dominación disfrazada y encubierta que subyuga a toda la casa.

Sara va destapando y desentrañando todo lo que hay bajo la superficie poco a poco, sin prisa, a través cada personaje, en situaciones cotidianas aparentemente banales, entre el pasado y el presente, pero que son muy reveladoras. El contraste entre lo que hay dentro de esas cuatro paredes y el exterior se hace cada vez más evidente y desencadena reacciones diferentes y muy significativas.

Sé que este libro ha tenido opiniones de todo tipo, entiendo que haya gente a quien ha podido decepcionar porque no tiene una estructura típica, no resuelve todas las inquietudes y preguntas del lector ni ofrece toda la información que quizá quisiéramos obtener. Pero para mí ha sido de lo mejor que he leído de la autora quizá junto a "Cara de pan". Interesante, reflexiva, incómoda y capaz de infundirte un sinfín de emociones distintas. Qué bien haberle dado otra oportunidad, porque para mí esto es un rotundo sí.